Investigación pública

January 8, 2018 | Author: Anonymous | Category: Trabajos y Tareas, Economía y Empresa
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EL POR QUÉ DE LA INTERVENCIÓN PÚBLICA. Los Sectores Públicos desempeñan importantes tareas asignativas y redistributivas. ¿Qué es lo que justifica la intervención pública en la asignación de los recursos de una economía de mercado? ¿En qué áreas debe producirse la intervención?. ¿Bajo qué condición? La teoría de la falta del mercado se ocupa de dar respuesta a esta cuestión desde la perspectiva de la moderna Economía de Bienestar. La unidad básica de referencia en el análisis del estado de Bienestar es el individuo. 1. EFICENCIA ECONÓMICA. Definicion−el mejor uso posible de los recursos limitados de los agentes económicos. Un sistema económico es eficiente cuando no es posible reasignar los recursos existentes de tal forma que algún/os individuo/s mejore/n sin que otro/s empeore/n. A una asignación eficiente se le llama Pareto eficiente o Pareto Óptima. Se dice que una asignación A es Pareto superior a otra B Cuando al pasar de B a A algún individuo mejora sin que nadie empeore una asignación es Pareto Óptima si y sólo si no existe ninguna otra que cree Pareto superior a ella. La actividad económica se compone de actividades de producción y de actividades de consumo. La eficiencia exigirá entonces, primero, producir eficientemente y a continuación, distribuir lo producido entre los individuos de la forma más acorde con sus preferencias. • Análisis de la eficiencia en la producción. Suponemos que existen sólo 2 bienes producidos, X eY, que se producen a partir de cantidad fija de capital (lc) y trabajo (L). La asignación eficiente de factores de producción entre industria será la que resuelva el problema siguiente: MAX. X(kx,lx) (*)x,y(func. De produccion de los bienes Sujeto a Y(ky,ly)=y x,y) Kx+ky=k Kx,ky,lx,ly(cantidad de capital y trabajo Lx+ly=l Dedicada a la produccion) Consideremos que x e y= ♦ Productividad marginal de los factores más (Creciente) ♦ P. M. Decreciente (Estrictamente Cóncava) En término de la Ec. de Bienestar la asignación será eficiente si se igualan las relaciones marginales técnicas de sustitución factorial entre sectores o industrias: RMTS x,kl=RMTS y,kl RMTSx,kl=(dx/dkx)/(dx/dlx) RMTSy,kl=(dy/dky)/(dy/dly) Caja de Edgeworth

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. Eficiencia económica E,F=Asignación eficiente G=Asignación ineficiente Las combinaciones de Y e X que resultan de resolver [1] xa diferente valores de Y constituye la frontera de posibilidades de producción. −Análisis de la eficacia en el consumo. ♦ 2 Individuos. (A, B) ♦ 2 Bienes (X, Y) en cantidad fija (X e Y) Una asignación eficiente será la que resuelva el problema: MAX. Ua(Xa,Ya) Sujeto a Ub(Xb,Yb)=U−b Xa+Xb=X Ya+Yb=Y Óptimo consumo:RMS a,xy=RMS b,xy RMS a,xy=(du a/dx a)/(du a/dy a) RMS a,xy=(du b/dx b)/(du b/dy b) En esta situación representada en la caja de Edgeworth de intercambio por las puntas de tangencia entre las curvas de indiferencia de los individuos A y B, la valoración de X en términos de unidad entregadas (recibidas) de Y será igual para ambos consumidores, con lo que las ganancias potenciales de bienestar a través del intercambio habrán sido agotadas. El análisis de la eficiencia en el consumo toma la cantidad de X c Y como fijas. Para determinar la condición de eficiencia global deberemos tener en cuenta que en realidad estas cantidades son variables, y para alcanzar una asignación Pareto óptima, deben ser producidas eficientemente. Entonces, las condiciones de eficiencia global se obtendrán resolviendo el problema: MAX. U a(X a,Y a) Sujeto a U b (X b, Y b)=U b X a+ Xb= X Y a + Y b=Y Y=F(X)

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Donde F. Es la función de transformación o ecuación de la frontera de posibilidades de producción. La solución de esto implica que: RMS a,xy=RMS b,xy=RMT xy Una Asignación globalmente eficiente, es aquella en la que se igualan las valoraciones relativas individuales entre sí, por c demás esta valoraciones marginales se igualan al Coste marginal físico de producir por términos de Y. El cumplimiento de la Condición de Ef. Global = Implica E. Producción y Consumo. Para que una asignación sea globalmente eficiente, es necesario que el valor subjetivo de X en términos de Y sean igual al Coste marginal de producir X. El punto E de la frontera de posibilidades de producción determina una asignación globalmente eficiente. La frontera de posibilidades de utilidad, no determina cuál a la utilidad máxima que puede obtener el individuo A dado un nivel predeterminado de utilidad para el B. La zona de la frontera HKJ es el Conjunto de asignación Pareto superior C C, dentro de éste, solo son Paretos óptimos la punta del segmento H) 2. ¿SON EFICIENTES LOS MERCADOS COMPETITIVOS?. En competencia, las empresas tratan de maximizar su beneficio, dada los precios de los productos y de los factores y la tecnología de la producción. En el caso del bien X, la empresa demandará la cantidad de factores que resuelvan el problema siguiente: MAX. Bx=px X− wLx−rKx Sujeto a X =X(Lx,Kx) Donde Bx es el beneficio, porque es el precio de X, W es el salario y r el tipo de remuneración de los servicios del capital. Por su parte, los consumidores tendrán de maximizar la utilidad, adquiriendo cantidades de bienes de acuerdo con sus preferencias y tomando como datos los precios y las participaciones en la propiedad del capital de las empresas. En el caso del consumidor A, el equilibrio competitivo se alcanza como solución al problema: MAX. Ua=Ua(Xa,Ya) Sujeto a Px Xa+Py Ya=Ra Py es el precio de Y. Ra = es la renta disponible para el gasto del consumidor A. Las empresas productoras de Y y el consumidor B resuelven problemas de decisión análogos a los indicados en [7] y [8]. Las elecciones de equilibrio de la empresa satisfarán: Px=W/PMx,l= R/ PM x,k 3

Py=W/PMy,l=R/PM y,k Esta condición de equilibrio indica que una empresa demandará trabajo y capital hasta el punto en el que la última unidad adquirida de cada factor reciba como retribución el valor de su productividad marginal. En el caso de las empresas productoras de X, esta condición implica w=px pm x,l y g=px pm x,k de esta regla precio=coste marginal,se obtiene: RMTSx,kl=PMx,k/PMx,l=r/w=PMy,k/PM y,l=RMTSy,kl Px/Py= r/PM X,K/(r/PM y,k)=w/PMx,l/(w/PM y,l)=RMTxy Cuando cada consumidos trata de resolver el problema de maximización del bienestar, llevará la demanda de X e Y hasta el punto en que la ratio de utilidades marginales de ambas se iguale c la relación de sus precios respectivos. Como todos los agentes se enfrentan a los mismos precios, las elecciones de equilibrio de los consumidores tendrán la siguiente propiedad: RMSa,xy=Px/Py=RMS b,xy Que establece la igualdad, es equilibrio, de la valoración marginal de X en términos de Y para todos los consumidores y el precio relativo de X en términos de Y. Combinando la condición [11] y [12], es claro que un sistema de precios competitivos satisface la condición necesaria de una asignación eficiente. 3. TIPOS DE INTERVENCIÓN PÚBLICA: INSTRUMENTOS: El Sector Público interviene en el funcionamiento de la economía de mercado de muy diversas formas. El Estado tiene como una de sus funciones primarias la de definir y proteger los derechos de propiedad mediante una estructura legal básica. Asimismo la garantía de las condiciones competitivas básicas incluye, entre otras, normas sobre contratos, quiebras, prácticas monopolísticas, condición de concurrencia, garantías de calidad y uso de la información confidencial. Esta estructura legal dentro de la que los individuos, la empresa y el propio estado pueden actuar y relacionarse ante sí, requiere a su vez, de las instituciones necesarias para su eficacia práctica. Paralelamente, el Sector Público puede adoptar un papel muy activo en la regulación de la transacción económica. Sin embargo, mucha de las regulaciones públicas son de gran trascendencia para el funcionamiento eficiente de los mercados, especialmente cuando la información es imperfecta. El Sector Público puede, por otra parte, interferir directamente en el funcionamiento del mercado mediante la financiación de su actividad propia, a través de impuestos sobre el gasto, la renta o riqueza, así como también financiando la actividad privada, subvencionando determinados gastos o producciones. Los impuestos y las subvenciones afectan a la actividad económica alterando las restricciones presupuestarias de los consumidores y las empresas. Si la actividad legislativa del Estado hace posible los intercambios competitivos, la intervención pública mediante la regulación y la financiación consigue alterar la asignación competitiva de los recursos sin trastocar el mecanismo básico de mercado. El Sector Público asigna Capital de propiedad estatal y empleados públicos porque para producir cuatro grandes tipos de bienes y servicios:

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• Producciones que no son comerciables en el mercado. • Bienes y servicios reales comerciables. • Servicios Financieros. • Servicios de Seguro (Jubilación, Desempleo,...) La intervención pública en la producción de bienes y servicios puede realizarse de dos formas: Directamente, mediante producción pública, e indirectamente, a través de producción privada, combinando en este caso con financiación y regulación pública. Para designar a ambos tipos de intervención pública en la producción utilizamos el término provisión pública. Los impuestos y subvenciones interfieren con las decisiones económicas alterando las señales de precios a los que corresponden los consumidores y productos. Una forma más indirecta de incluir reasignaciones de recursos en el mercado es la que ofrecen la transferencia de rentas. 4. LA INTERVENCIÓN PÚBLICA PARA LOGRAR LA EFICIENCIA: LOS FALLOS DE MERCADO. A continuación se analizan sucintamente los principales factores causantes de estos fallos de mercado que pueden justificar −siempre de forma condicionada− la intervención pública. • COMPETENCIA IMPERFECTA. El supuesto de competencia perfecta en todos los mercados se traduce en dos exigencias para el adecuado funcionamiento de una economía de mercado: ♦ igual poder no económico, y ♦ comportamiento precio aceptante de todos los agentes. Esto puede fallar cuando en algún mercado las barreras de entrada se concretan en situaciones de monopolios. Un monopolista conseguirá maximizar sus beneficios con una producción para la cual se igualan el ingreso marginal y los costes marginales. Esta situación es ineficiente. En efecto, si el bien X es un bien numerario, en Xm se tiene que RMS xy>RMT xy. Partiendo de la producción de equilibrio Xm, los consumidores estarán dispuestos a pagar BXm por una unidad adcard de X cuyo coste marginal de producción, AXm, es inferior a la valoración de los demandantes en AB paretos. La producción competitiva óptima en el sentido de Pareto es Xc; Caracterizada por ser aquella en la que el precio competitivo que los consumidores están dispuestos a pagar, Pc, es igual al coste marginal. El coste es bienestar de la ineficiencia viene dado por el triángulo sombreado ABC, área que resulta de la diferencia entre la pérdida de excedente del consumidor y los beneficios puros del monopolista. Estos beneficios puros son una renta que el monopolio obtiene por la exclusiva en la explotación. Las competencias sin barreras los eliminarían por completo. Tres son las intervenciones públicas mediante las cuales la ineficiencia concede por el monopolio podría ser eliminada: • Regulación. • Producción Pública. • Financiación.

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Un caso especial de monopolio es el de los denominados monopolios naturales en la provisión de ciertos servicios públicos. Existe monopolio natural en industrias que presentan costes medios decrecientes para cualquier nivel de producción, debido a la existencia de fuertes costes fijos, buena parte de ellos irrecuperables. Ejemplos típicos pueden ser los de las empresas productoras de energía eléctrica, los servicios de telecomunicaciones, el abastecimiento de agua, las líneas aéreas o ferroviarias o el transporte colectivo en las grandes ciudades. La importancia de las barreras tecnológicas a la entrada como posible causa. Socialmente es más barato producir mediante monopolio que hacerlo a través de muchas empresas en competencia. El problema del monopolio natural se plantea por la necesidad de incurrir en fuertes costes fijos para producir a costes marginales relativamente pequeños, lo cual conduce a que los costes medios sean decrecientes para cualquier volumen de producción. Se producen Xm unidades a un precio de venta pm, generándose unos beneficios monopolísticos de GFBpm pesetas. Al ser Xe el nivel de producción que iguala precio y coste marginal, el coste de ineficiencia derivado de la gestión puramente privada de un monopolio es el área sombreada ABC. El problema del monopolio natural deriva del hecho de que los precios de venta que permiten obtener beneficios o no incurrir en pérdidas son siempre superiores al coste marginal. • BIENES PÚBLICOS. Un bien público es aquel caracterizado por la propiedad de que, una vez se ha producido una cantidad C, ésta puede ser consumida simultáneamente por todos los individuos. Que el consumo de un bien sea no rival significa que el coste marginal de que un individuo adicional se sume al consumo de ese bien es cero. En la práctica se pueden encontrar diversos ejemplos de bienes públicos. Una carretera no congestionada puede ser utilizada por dos o más conductores a la vez sin que ello disminuya la seguridad y la rapidez del tránsito para todos ellos. Lo mismo ocurre con la investigación médica básica. Así, cuando un científico descubre una vacuna contra una enfermedad, todos los individuos pueden beneficiarse en igual medida de este adelanto. La defensa nacional, las leyes, los tratados internacionales o las emisiones abiertas de programas de televisión y radio son otros ejemplos de bienes públicos. La no rivalidad establece una diferencia entre los bienes públicos y los privados. Cuando un bien es privado, cada unidad puede ser utilizada por un solo individuo: la manzana que consumo el individuo A no puede ser consumida por el B. Cuando el bien es público todos pueden consumir simultáneamente la misma unidad del bien: un programa de televisión puede ser consumido por A y B. En el mundo real lo más frecuente es que el consumo de una unidad del bien por parte de un individuo adicional sí disminuya la cantidad disponible para el resto, aunque en menos de una unidad. Así, un aumento suficientemente grande en el número de casa protegido por un parque de bomberos reducirá el grado de protección efectiva que disfruta cada casa contra la eventualidad de un incendio. A estos bienes cuyo consumo es sólo parcialmente rival se les denomina bienes públicos impuros. Impuros son simplemente un caso intermedio entre los bienes públicos puros (los que verifican la no rivalidad en términos estrictos) y los bienes privados (cuyo consumo es totalmente rival). Habitualmente se suele diferenciar entre dos clases de bienes públicos (ya sean puros o impuros): no excluibles y excluibles. Un bien público es no excluible cuando, a un coste razonable, no se puede impedir que consuma el bien quién no pague por él. Cuando, por contra, se pueda excluir del consumo a quien no pague, decimos que el bien público es excluible. Una autopista es un ejemplo de bien público excluible, porque se pueden poner unos controles de peaje e impedir que circulen quienes no paguen. La defensa nacional, por contra, es un bien público no excluible, ya que sería muy costoso −si no imposible− dejar a una persona indefensa ante agresiones exteriores en tanto se protege a su vecino. La diferencia entre bienes excluibles y no excluibles establece la posibilidad o imposibilidad de provisión del 6

bien a través del mercado. Cuando un bien es no excluible, la provisión privada es imposible, ya que no se puede evitar el consumo de quien no pague. Consecuentemente, lo que haría cualquier individuo racional sería no pagar por el bien público, consumiendo a coste cero la cantidad pagada por el resto: el individuo trataría de ser usuario gratuito del bien público. Como todos los individuos se comportarían igual, la empresa se encontraría con que nadie está dispuesto a pagar por el bien público y, consecuentemente, el bien terminaría por no producirse. En el caso de un bien público excluible, la provisión privada es posible. Sin embargo, esto sólo significa que el mercado producirá cantidades positivas del bien, aunque no garantiza que el nivel de producción del mercado sea eficiente. Centraremos nuestra atención en los bienes públicos puros. El punto de partida de nuestro análisis será el establecimiento de las condiciones que determinan una asignación eficiente de un bien público. Para ello, debemos comenzar por subrayar que la provisión eficiente de un bien público conlleva que se deba excluir a nadie de consumir el bien. En efecto, una vez que se ha producido una cantidad G del bien público, el coste marginal de que alguien consuma esa cantidad ya producida es cero. Por tanto, si permitimos a alguien previamente excluido el acceso al consumo, su utilidad aumentaría a un coste cero para la sociedad. Es decir, el individuo mejoraría (en la utilidad que le reporta el consumo) y nadie empeoraría (porque el coste de su consumo es cero) Para determinar el nivel eficiente de provisión del bien público, supongamos que existen sólo dos individuos, A y B, dos bienes privados, X e Y, y un bien público, G. Con el prerrequisito de consumo conjunto del bien público por parte de todos los individuos, la cantidad eficiente del bien público vendrá determinada por el siguiente problema de maximización condicionada:

Donde RMSAAGY y RMSBGY son las valoraciones marginales del bien público en términos del bien privado para los individuos A y B, y RMTGY es el coste marginal de producción del bien público en términos del bien privado Y. A la ecuación se denomina condición de Samuelson para la provisión eficiente de bienes públicos. Esta condición establece que la producción de un bien público debe llevarse hasta el punto en el que la suma de valoraciones marginales individuales, denominada valoración marginal social, se iguales al coste marginal de producción del bien público en términos del bien privado. Su interpretación económica es inmediata. Como cada unidad del bien público es consumida por todos los individuos, el lado de la izquierda es el valor que tiene para los consumidores la última unidad producida del bien público. Cuando Y es el numerario, a esta cantidad se le denomina beneficio marginal social del bien público. El lado de la derecha es el coste marginal de producirse cada unidad de bien público. La eficiencia exige entonces que la producción de un bien público se lleve hasta el punto en el que el beneficio marginal de su consumo se iguale a su coste marginal de producción. La figura representa la determinación del nivel eficiente de provisión de un bien público. La línea RMSAGY es la valoración marginal que otorga al individuo A cada unidad de G. Cuando Y es el numerario, esta línea representa simplemente la cantidad de dinero que A estaría dispuesto a pagar por cada unidad de G. Se puede interpretar entonces como una curva de «demanda» del bien público por parte del individuo A. Por razones análogas, RMSBGY es la curva de «demanda» de G por parte de B. La «demanda agregada» se obtiene sumando verticalmente las «demandas» individuales. Esta suma es la función denominada RMSAGY + RMSBGY La «oferta» del bien público está representada por la línea de coste marginal, RMTGY. El nivel de provisión 7

eficiente se alcanza en G*, donde los beneficios marginales sociales y el coste marginal de producción se igualan. En este óptimo, ambos individuos consumen la misma cantidad de G, pero obtienen beneficios marginales distintos de su consumo. El individuo A obtiene un beneficio marginal de OTA, y el B un beneficio de OTB. En esto la provisión eficiente del bien público se diferencia de la del privado, que exige que todos los individuos tengan beneficios marginales iguales y, generalmente, consuman cantidades diferentes del bien. Provisión óptima de un bien público. La incapacidad del sector privado para proveer eficientemente los bienes públicos da lugar a un fallo del mercado, y abre la posibilidad de que la intervención pública mejore la asignación competitiva. Sin embargo, esta ganancia sólo se producirá si el Sector Público es capaz, de establecer un mecanismo de provisión que garantice a todos los individuos el nivel eficiente G*, La figura sugiere un mecanismo eficiente de provisión pública que podría aplicarse si el Sector Público conociese las funciones individuales de «demanda» del bien público. En efecto, supongamos que al individuo A se le hiciera pagar un precio pA = OTA por consumir el bien público y al individuo B un precio de pB. A estos precios se les permite consumir tanta cantidad de G como demanden. Obviamente, ambos individuos demandarán G* y el resultado de este mecanismo será eficiente. Es decir, se podría lograr una provisión eficiente del bien público a través de un mecanismo descentralizado de precios que hiciera pagar a los individuos precios diferentes por el consumo del bien. Estos precios deberían ser iguales a los respectivos beneficios marginales en dicho óptimo. Este mecanismo de provisión eficiente pone claramente de manifiesto la diferencia entre los bienes públicos y los privados. La eficiencia en un mercado privado exige que todos los individuos paguen el mismo precio pero consuman cantidades diferentes del bien. En el caso de un bien público, la eficiencia exigirá que todos consumieran la misma cantidad pero pagaran precios diferentes. A los precios pA y pB se les denomina precios personalizados o «precios de Lindahl» La conclusión del análisis es que, si bien los bienes públicos abren la posibilidad de una intervención pública que mejore la eficiencia, no constituyen una justificación absoluta de esta intervención, porque es poco probable que la propia actuación pública garantice la eficiencia. • EFECTOS EXTERNOS. Generalmente las decisiones de unos agentes económicos afectan al bienestar de otros agentes. Por ejemplo, el aumento de la demanda de automóviles, al incrementar su precio, «beneficia» a los constructores de coches y a los oferentes de los inputs que utilizan (trabajadores, empresas suministradoras, etc.) De igual formas, una empresa constructora que aumente la oferta de viviendas «perjudica» a los actuales propietarios, porque abarata el precio de las mismas, pero «beneficia» a los adquirientes. En ambos ejemplos, las interacciones entre agentes se manifiestan a través de variaciones en los precios, consecuencia de los desplazamientos de las curvas de demanda y oferta de mercado. Estos desplazamientos son consecuencia de variaciones en las valoraciones marginales de los bienes por parte de los individuos (RMS) o en los costes marginales de producción para las empresas, o en ambos. Existen, sin embargo, otras interacciones entre agentes que no se manifiestan a través de los precios del mercado. Un ejemplo que es objeto de un interés creciente en las sociedades avanzadas es el de la contaminación producida por algunas industrias. El fumador que molesta con su humo al no fumador, o el bar que, por no estar insonorizado, molesta a todos los vecinos del inmueble son otros ejemplos habituales de interacciones ajenas a los precios de mercado. A todas estas interacciones entre agentes que se manifiestan directamente y no a través del sistema de precios se les denomina efectos externos o, de forma más breve, externalidades. Se dice que un bien es generador de efectos externos si su producción o su consumo afectan a los beneficios o al bienestar de agentes distintos de sus productos o consumidores originales sin que esta interdependencia tenga su reflejo en los precios. 8

Las externalidades pueden ser positivas (economías externas) y negativas (deseconomías externas) Una externalidad es positiva cuando la actuación del agente aumenta el bienestar de los agentes receptores. Por ejemplo, que una persona utilice el autobús en vez de su coche puede producir diferentes externalidades, tales como la reducción de la contaminación o de la congestión de vehículos en las calles. Una externalidad es negativa cuando la actuación de un agente disminuye el bienestar de otros agentes. La contaminación, la emisión de ruidos por obras de construcción o por aterrizajes en los aeropuertos, son algunos ejemplos de externalidades negativas. Existen otras diferenciaciones interesantes para caracterizar los tipos de externalidades, entre las cuales cabe mencionar las siguientes: externalidades entre consumidores (por ejemplo, el efecto del consumo de tabaco sobre los fumadores pasivos); externalidades entre empresas (por ejemplo, el impacto de la contaminación de las aguas por empresas petrolíferas sobre la producción de las empresas pesqueras); externalidades entre empresas y consumidores (por ejemplo, la contaminación del aire por emisiones industriales); externalidades entre empresas y trabajadores (por ejemplo, la formación en el empleo aumenta el capital humano); externalidades entre sectores públicos (así una reducción en los impuestos sobre el capital en el país A puede atraer capitales invertidos en el país B y, de esta forma, perjudicarle), etc. A diferencia de las interacciones vía precios, los efectos externos redundan en pérdidas de eficiencia económica. La razón esencial es que cuando un agente produce un efecto externo no tiene que pagar ningún precio si causa un perjuicio a otros (es decir, si la externalidad es negativa), ni recibes ninguna compensación si causa un beneficio (externalidad positiva). Como resultado, los precios de mercado, al no incluir las valoraciones marginales de los perjudicados (o los beneficiados) por el efecto externo, dejan de ser señales que orientan eficientemente las decisiones de producción y consumo, y los agentes emisores sobreproducirán las actividades que generan externalidades negativas e infraproducirán las que generan externalidades negativas. Para clarificar la naturaleza del problema que causan los efectos externos consideremos el siguiente ejemplo. Una empresa produce un determinado bien X. En el proceso productivo emite humos que contaminan el aire y perjudican a los residentes en una ciudad cercana a la empresa. La figura representa esta situación. La línea Sp es la función de oferta de la empresa, igual al coste marginal privado. La línea D es la demanda de mercado del producto X, y mide el beneficio marginal privado que obtienen los consumidores de cada unidad del bien X. La línea Se' por su parte, refleja el coste marginal externo o daño marginal que causa cada unidad del bien a los residentes en la ciudad. Su pendiente positiva refleja el supuesto de que una cantidad creciente de contaminación implica perjuicios crecientes. El equilibrio competitivo se produce en el punto A, donde el precio y la cantidad producida son, respectivamente, pm y Xm. Este nivel de producción, sin embargo, no es eficiente, ya que es posible encontrar otro que permite que todos los agentes estén mejor. Corregir o «internalizar» una externalidad es lograr que los precios reflejen todos los costes y beneficios marginales de una actividad generadores de externalidades se ajuste a su nivel eficiente. La internalización de un efecto externo se puede alcanzar mediante distintos tipos de intervención pública: • Legislación básica: En presencia de efectos externos, existe un margen de ganancia para todas las partes afectadas. La pregunta que surge es la siguiente: ¿Por qué no negocian los afectado para generar esta ganancia neta y la reparten de alguna forma?. El primer paso necesario para que se produzca esta negociación es que se delimiten los derechos de propiedad. Sin embargo, el problema común a todas las externalidades relevantes es la inexistencia de derechos de propiedad bien atribuidos o que puedan hacerse efectivos sin grandes costes. Por ejemplo, en el caso de la contaminación es necesario que se determine si el aire limpio es un derecho de los perjudicados, o si más bien son los productores los que tienen derecho a contaminar la atmósfera. Si se pudiesen delimitar estos derechos de propiedad, podrían surgir un «mercado» en el que el contaminador negociase con el contaminado el permiso para contaminar (si el derecho se asignase al perjudicado) o la cuantía del pago al contaminador para que redujese su nivel de 9

actividad (si el derecho se asignase al contaminador) Coase (1.960) fue quien primero resalto la importancia de la asignación de los derechos de propiedad para la internalización de los efectos externos. El denominado teorema de Coase establece que, si la información es perfecta y la negociación entre las partes afectadas no es costosa, la asignación de derechos de propiedad redundará en la internalización del efecto externo. La conclusión es simple: excepto en el caso en que existen pocos agentes afectados por un efecto externo, las soluciones privadas a las externalidades a través de la negociación apuntadas por el teorema de Coase son difícilmente aplicables. Al igual que ocurría con los bienes públicos, la reducción en los costes de negociación y el problema del usuario gratuito justifican una intervención pública que vaya más allá de la mera delimitación de los derechos de propiedad. • Regulación: Cuando el Sector Público conoce el nivel eficiente del efecto externo, puede recurrir a la regulación para tratar de internalizarlo, fijando mediante normas legales los niveles eficientes de producción o de consumo. Así, si en la figura BD es el daño marginal asociado a un nivel de contaminación M que da lugar al nivel de producción eficiente Xe'. Con esta producción, el precio máximo que estarán dispuestos a pagar los consumidores por cada unidad de X es pe' y el precio mínimo al que están dispuestos a vender los productores es ph. En principio, el precio final, se situará en cualquier punto entre estas dos cantidades. No obstante, es probable que la competencia entre los consumidores por adquirir la cantidad disponible de bienes eleve el precio hasta pe'. En primer lugar, para determinar el nivel de contaminación óptimo M es necesario conocer la función Se de daño marginal de los afectados pero éstas no son observables y se carece de incentivos para revelarlas correctamente. El segundo problema surge cuando, en vez de haber una sola empresa contaminante, existen muchas. En este caso el Sector Público, deberá determinar qué cuota de contaminación se asigna a cada empresa. En tercer lugar, la regulación es una solución coactiva que puede resultar más difícil de aplicar en el caso de los efectos externos positivos. Es muy raro, por ejemplo, que se adopten medidas directas que obliguen a los ciudadanos a utilizar transportes públicos o a adquirir servicios sanitarios. A pesar de estos problemas, la regulación es probablemente la intervención pública más frecuente a la hora de internalizar los efectos externos negativos. • Financiación: El Sector Público puede lograr la internalización de la externalidad mediante impuestos y subsidio. En el ejemplo de la figura, un impuesto de t pesetas por unidad producida desplazaría la función de coste marginal privado, que se convertiría en Sp + t, donde t = BD. Lógicamente cuando una actividad genera un efecto externo positivo, ésta debería subvencionarse en lugar de someterse a impuestos. La imposición correctiva, se enfrenta a problemas de información como conocer el daño marginal causado por el efecto externo. • Otras soluciones: Los efectos externos dan lugar a asignaciones ineficientes porque sus generadores, al adoptar sus decisiones, no toman en cuenta el bienestar de los receptores. Una forma de solventar este problema consistiría en crear unidades de decisión más grandes que englobasen a generadores y a receptores. Esta solución, es aplicable sólo si el efecto externo afecta a pocos agentes. Además de las soluciones analizadas, se podría recurrir a la subasta de los derechos de propiedad. 10

RECURSOS DE PROPIEDAD COMUN Son bienes o factores productivos a cuyo servicio todo el mundo tiene libre acceso, como por ejemplo los bancos pesquero. La existencia de estos recursos da lugar a un fallo de mercado debido a su utilizacion a coste cero, esto es porque al ser asi no incentiva a reinvertir en ellos con el peligro de la sobreexplotacion y su posteriror desaparicion. Tambien plantea problemas de efectos externos en las empresas, cuando una empresa usa un recurso de propiedad comun,esta reduce la cantidad disponible para las demas. Si fuese un recurso de propiedad privada, la empresa pagara por el recurso su precio de uso eficiente, pero al ser a coste cero no tiene en cuenta el perjuicio causado a los demas al reducir la cantidad disponible del recurso. Tomando el ejemplo de la pesca, suponemos que existe h empresas pesqueras, cada una de las cuales contrata Lh pescadores. El volumen total de capturas, x es una funcion del numero total de pescadores , L : x=F(L)=F("Lh). Se supone que la productividad marginal del trabajo es positiva F´>0 y decreciente F´´
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