Investigaciónes en Apoyo de una Economía de Conservación en la

January 20, 2018 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Investigaciones en Apoyo de una Economía Conservación en la Zona Maya de Quintana Roo:

de

Informes Sobre Proyectos de Investigación Colaborativa entre Instituciones Académicas en Mexico, los EEUU, y la Organización de Ejidos Productores Forestales de la Zona Maya (OEPFZM)/Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) Incluye investigaciones llevadas a cabo por: la y la Universidad de Quintana Roo (UQROO), Florida International University (FIU), el Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) y University of Florida (UF).

Editado por David B. Bray (FIU), Victoria Santos Jiménez (OEPFZM) y Natalia Armijo (UQROO) Agosto, 2003

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Gracias al generoso apoyo de la Fundación Ford y de la Fundación William and Flora Hewlett por su colaboracion en muchas de las investigaciones compiladas aquí y a la publicación de este reporte

Publicado por: la Organización de Ejidos Productores Forestales de la Zona Maya (OEPFZM): Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, México y el Institute of Sustainability Science, Latin American and Caribbean Center( ISSLAC), Florida International University, Miami, Florida.

Para pedir copias: dirigirse a la Ing. Victoria Santos Jiménez, OEPFZM, Calle 66 #728, Col. Centro, CP 77200, Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, México Tel: 983-8341103, correo electrónico [email protected] o al Dr. David Bray, Department of Environmental Studies, Florida Interational University, Miami, FL 33199. Tel: 305-3486236, correo electrónico: [email protected]

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INTRODUCCIÓN Este documento divulga varios proyectos de investigación que se han emprendido desde 1999 en colaboración con la Organización de Ejidos Productores Forestales de la Zona Maya (OEFPZ)/Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNROCA). En ese año, la Universidad de Quintana Roo en colaboración con Florida International University (FIU) en Miami y la OEPFZM, recibieron el financiamiento de la Fundación Ford para una serie de proyectos de investigación destinados a generar investigación académica nueva que podría ser de ayuda a los que manejan los ecosistemas productivos del centro de Quintana Roo y a su organización principal en la región, la OEPFZM. Posteriormente, Florida International University recibió un financiamiento separado de la Fundación Ford y soporte adicional de la Fundación William and Flora Hewlett para apoyar varios proyectos de investigación sobre manejo forestal comunitario en México, algunos de los cuales tuvieron también un foco en la Zona Maya de Quintana Roo. Las investigaciones presentadas aquí son informes preliminares o resúmenes de tesis, publicaciones e informes más largos y más académicos. Los textos completos de estos temas académicos están disponibles pidiéndolos a los autores. Las investigaciones presentadas aquí representan un esfuerzo de construir una comunidad dedicada a la "ciencia de la sustentabilidad" entre los investigadores académicos y los que manejan los ecosistemas productivos de Quintana Roo, organizados en la OEPFZM/UNORCA. La Ciencia de la Sustentabilidad hace un llamamiento a la investigación que está “enfocada en el carácter de las interacciones naturaleza-sociedad, en nuestra habilidad de guiar esas interacciones a lo largo de trayectorias sostenibles y en maneras de promover el aprendizaje social que será necesario para navegar la transición a la sustentabilidad” 1. La ciencia de la sustentabilidad ha sido descrita también como “basada en un lugar e integrativa” en el sentido que ésta trabaja con instituciones locales tomando enfoques multidisciplinarios e interdisciplinarios para ayudar a resolver problemas ambientales y de desarrollo. Esperamos que éste sea el primero de una serie de informes en colaboraciones de investigación con la OEPFZM/UNORCA y otras organizaciones pequeñas de agricultores en Quintana Roo y en otras partes.

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Kates, Robert W. et. al. 2001. Sustainability Science. Science. 292:641-642.

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INDICE 1.

EL CAMBIO EN LA COBERTURA Y USO DEL SUELO COMO INDICADOR DE LA CONSERVACIÓN: UN RESUMEN DE ESTUDIOS DE CASO EN REGIONES CON MANEJO FORESTAL COMUNITARIO Y ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS

Elvira Durán, Jean-François Mas & Alejandro Velázquez

2.

NUEVAS PERSPECTIVAS SOBRE EL MANEJO DEL BOSQUE EN EL CENTRO DE QUINTANA ROO: EL TRABAJO DE LA ORGANIZACIÓN DE EJIDOS PRODUCTORES FORESTALES DE LA ZONA MAYA (O E PFZM)/ U N I Ó N N A C I O N A L D E O R G A N I Z A C I O N E S R E G I O N A L E S CAMPESINAS AUTÓNOMAS David B. Bray

3.

A S U N T OS EC OL Ó GICO S DE L MANE JO FO RE S T AL CO MUNIT ARIO E N Q UINT ANA RO O , MÉ XICO .

Henricus F. M. Vester y Ma. Angélica Navarro Martínez

4.

ANÁLISIS TECNICO DEL SISTEMA DE MANEJO CONOCIDO COMO PLAN PILOTO FORESTAL DE QUINTANA ROO Juan Manuel Torres Rojo

5.

MAPEO PARTICIPATIVO PARA EL MANEJO FORESTAL COMUNITARIO Y PLANIFICACIÓN DEL USO DE SUELO Y LAS DINÁMICAS DE COBERTURA DEL SUELO EN DOS COMUNIDADES MAYA EN QUINTANA ROO, MÉXICO Christopher T. Beck, Edward A. Ellis, Carmen C. Cáceres

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6.

L AS FUE R ZAS IM PUL S O R A S DE T RÁS DE L DE S CE N S O DE L A APIC UL T URA DE AB E JAS S IN AGUIJÓ N E N E L E S T ADO DE Q UINT ANA R O O , MÉ XIC O Christine E. Cairns, David B. Bray, Rogel G. Villanueva

7.

POLITICAS, PLAGAS Y BIODIVERSIDAD NO PLANEADA: INTERACCIONES ENTRE LAS DIMENSIONES SOCIALES Y ECOLOGICAS DE LOS PROYECTOS AGROFORESTALES DEL CENTRO DE QUINTANA ROO, MÉXICO Alexis Eclevia Racelis

8.

PART ICIPACIÓ N E N RE F O R E S T ACIÓ N: L A MANO DE O B RA E N L AS UNIDAD E S DO MÉ S T ICAS Y UN DE S AFÍO PO L ÍT ICO , E S T UDIO DE CAS O DE T AB I, Q UINT ANA RO O , MÉ XICO

Shannah Metz

9.

ANÁLISIS Y SUGERENCIAS PARA UN TURISMO SUSTENTABLE EN EL EJIDO DE X-MABEN Stephanie Cohan

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1. EL CAMBIO EN LA COBERTURA Y USO DEL SUELO COMO INDICADOR DE LA CONSERVACIÓN: UN RESUMEN DE ESTUDIOS DE CASO EN REGIONES CON MANEJO FORESTAL COMUNITARIO Y ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS1

Por Elvira Durán, Jean-François Mas & Alejandro Velázquez Instituto de Geografía, UNAM, Circuito Exterior, Ciudad Universitaria, C. P. 04510, México D. F., México. Tel./Fax + 52 43 247149

Introducción

Un número considerable de publicaciones científicas han documentado el rápido deterioro ambiental mundial observado durante las últimas décadas. Los patrones de cambio en la cobertura nativa ocurren por causas naturales (e.g, huracanes, vulcanismo); pero es ampliamente aceptado que hoy día dominan los inducidos por la acción humana. El hombre, por lo tanto, es considerado como el principal disparador de la desertificación, deforestación, fragmentación y pérdida de la biodiversidad. Esto es especialmente relevante en las regiones tropicales, donde los patrones de conversión de condiciones nativas a antrópicas son preponderantes. Como una respuesta al proceso de deterioro ambiental, se ha adoptado una política de conservación a nivel mundial que promueve, entre otras medidas, el decreto de áreas naturales protegidas (ANPs). La eficiencia de las ANPs es muy variable ya que dependen de las situaciones socio-políticas particulares de cada nación. Bruner y colaboradores (2001), al evaluar la efectividad de un grupo de ANPs, concluyen que éstas constituyen el mejor modelo para la conservación. En respuesta, Vanclay (2001) argumenta que no hay evidencias contundentes para considerar que las ANP representan la alternativa idónea para la conservación. Para los trópicos, con particulares excepciones, las ANPs no parece asegurar la permanencia del capital natural (Hansen et al., 1991; Velázquez et al., 2001a). Mas allá de dicha controversia académica, es urgente la búsqueda de otras alternativas de conservación y uso racional de los recursos naturales. Esto es de particular importancia para las regiones tropicales ya que albergan la mayor fuente de germoplasma e irónicamente, es donde se registran las tasas mas significativas de pérdida en las coberturas naturales (Bocco et al., 2000) México es un claro ejemplo de los países que, al tiempo que alberga gran biodiversidad mundial, experimentan tasas de degradación acelerada (Velázquez et al., 2002). Una alternativa que se ha señalado como aliada en la conservación es el manejo forestal Versión abreviada en español del artículo “Land-use Cover Change in Community-Based Forest Management Regions and Protected Areas in Mexico,” entregada para consideración al University of Texas Press en Julio, 2003. 1

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comunitario. Las razones que apoyan dicha alternativa son diversas, pero destacan dos: 1) la mayor parte de la diversidad biológica se distribuye en territorios de propiedad comunal o ejidal 2) existen múltiples ejemplos de empresas forestales comunitarias prósperas (tanto en bosques como selvas), que han logrado conciliar el uso forestal y la conservación (Velázquez et al., 2001a; Merino y Segura, 2002). Entre estas empresas, destacan aquellas que integran altas tasas de producción de madera, constante generación de empleos y que han adoptado estrategias para conservar e incrementar sus coberturas forestales. Hasta ahora, no obstante, no existen estudios que cuantifiquen su eficiencia y la comparen con el modelo convencional de conservación, que es el de las ANPs. El debate académico sustenta la necesidad de realizar investigaciones que aporten evidencias sólidas que permitan compararla eficiencia de las ANPs con otros modelos de conservación (Bruner et al., 2001; Vanclay, 2001). Este estudio aporta evidencias en favor de la hipótesis que sostiene que territorios de propiedad común y con una sólida organización social, mantienen coberturas forestales con una eficiencia comparable a las de las ANPs. Específicamente, se analizaron los procesos de conversión en los terrenos de dos organizaciones ejidales dedicadas al manejo forestal comunitario. Los resultados fueron comparados con lo que ocurre en las ANPs.

ÁREA

DE ESTUDIO

El estudio se efectuó en dos regiones de México: la primera, se encuentra en el estado de Guerrero donde prevalecen las coberturas de bosques, y la segunda, en el Estado de Quintana Roo donde la selvas son la cobertura predominante. En ambos casos, se realiza manejo forestal comunitario, la tenencia de la tierra es ejidal, y los ejidos se agrupan en organizaciones sociales, a saber: la Organización de Ejidos Forestales “Hermenegildo Galeana” en Guerrero (OEFHG) y la Organización de Ejidos Productores Forestales de la Zona Maya “Felipe Carrillo Puerto” en Quintana Roo (OEPFZM). Perfil de las organizaciones La función central de dichas Organizaciones es proporcionar asesoría técnica, vincular a los ejidos con las dependencias oficiales y gestionarles apoyos recursos y permisos, además de participar en las negociaciones regionales para regular el precio y el mercado de la madera. En el caso de la OEFHG-Guerrero también coordina acciones de seguridad para garantizar el libre tránsito de todos los sectores relacionados con la producción forestal, a fin de que en los ejidos se favorezca la inversión de recursos. Aunque las dos organizaciones presentan distintas condiciones culturales, sociales, y ambientales (Cuadro 1.1); tienen como actividad común el manejo de masas forestales naturales, mismas que son sujetas a extracción selectiva. De acuerdo a sus respectivos planes de manejo, en los ejidos de Guerrero se emplea principalmente el Método Mexicano de Ordenación de Montes (SEMARNAP, 1998). En la OEPFZM-Quintana Roo, por su parte, se usa el Método de Tratamiento por Selección, en su modalidad individual o de bosquetes.

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En Guerrero, la actividad forestal inició a mediados de los 70´s con la empresa “Vicente Guerrero” (FOVIGRO) Posteriormente, los ejidos continuaron la extracción de madera en forma colectiva o individual. En Quintana Roo, recursos la actividad industrial extracción en gran escala inició a mediados de los años 50´s a través de las concesiónones a distintas empresas madereras, por ejemplo, a la empresa Maderas Industrializadas de Quintana Roo. Dichas empresas se encargaron de la extracción de grandes volúmenes, sin generar ventajas para las comunidades dueñas del bosque. En Quintana Roo, las bases para un mejor manejo de la selva se plantearon con el Plan Piloto Forestal y posteriormente, se les dio continuidad a través de la agrupación de los ejidos en organizaciones (Santos et al., 1998). Históricamente, el manejo forestal en ambas regiones responde a circunstancias particulares, pero desde mediados de los 80´s, los ejidos han sido los responsables directos de la extracción de la madera. Los aprovechamientos, en su gran mayoría, se realizan con base en planes de manejo autorizados. De dicha fecha, data la inquietud de los ejidatarios por organizarse para ordenar el manejo de sus bosques, conseguir mercado y mejores precios. Los beneficios directos de estas empresas incluyen impactos positivos en la creación de empleos, estabilidad social, han abierto nuevas fronteras para el sector académico interesado en nuevas alternativas de manejo de recursos naturales, y han ganado un lugar en la agenda política nacional e internacional.

METODOLOGÍA

El análisis de los procesos de conversión El análisis de cambio de vegetación y uso del suelo consiste en la comparación de dos o más bases de datos de fechas diferentes. En este estudio se consideró como fundamental en hacer comparaciones de bases de datos espacialmente explicitas; para ello, se recurrió a la base de datos de uso del suelo y vegetación (t1) generada por INEGI denominada “serie I” (generada entre 1968 y 1986). La segunda base de datos (t2) fue la que se generó para la cartografía del Inventario Nacional Forestal 2000 (Palacio-Prieto et al., 2000). El trabajo de campo se efectuó con la ayuda de mapas y espacio-mapas (compuestos en color de imágenes de satélite geo-referenciadas) y un geo-posicionador (GPS). Los sitios de muestreo se caracterizaron bajo un formato de campo que incluyó la identificación de los taxa dominantes, la geomorfología, el suelo y el grado de perturbación. Adicionalmente, entre cada punto se hicieron observaciones para verificar la correspondencia entre la cartografía y la vegetación in situ. El esfuerzo de muestreo se efectuó en toda la superficie de los ejidos involucrados e implicó, cuando menos, 12 días de trabajo de campo en cada caso. El análisis de cambio consistió en el cruce de los mapas corregidos de las dos fechas: para la OEFHG-Guerrero t1=1979 y t2=2000 mientras que para la OEPZM-Quintana Roo t1=1980 y t2=2000. El análisis de cambio se efectuó para el conjunto de los ejidos, pero se

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puso especial énfasis en un subgrupo integrado por los ejidos donde el manejo forestal comunitario es parte central de su economía (10 ejidos para la OEFHG-Guerrero y 12 para la OEPFZM-Quintana Roo). Los ejidos incluidos en el análisis se muestran en la figura 1.1. Las tasas de cambio obtenidas se expresaron en valores porcentuales multiplicando el resultado por cien. A partir del cruce de mapas de las fechas t1 y t2 se construyó una matriz de cambios, conformada por las superficies transformadas de cada categoría de t1, a otra categoría en t2. Los distintos proceso de conversión fueron identificados y espacialmente representados en un mapa de cambios para cada región. Comparación con las ANPs Las tasas de cambio que resultaron del análisis de cambio de los 10 ejidos de OEFHGGuerrero y los 12 de la OEPFZM-Quintana Roo, fueron comparadas con las tasas de cambio que resultaron de un análisis de cambio análogo (mismas fuentes de información) para 74 áreas naturales protegidas decretadas antes de 1993. La base de datos de referencia (t1) para las ANPs se derivó de INEGI (serie II). Las ANPs excluidas del análisis corresponden a ambientes marinos, ANPs decretadas después de 1993 y con superficies insignificantes para el análisis. Las ANPs analizadas representaron el 60% de la superficie total de las ANP`s de México, decretadas hasta junio del 2002 . La tasa de cambio fue comparada estadísticamente entre lo que ocurrió en las dos regiones estudiadas (como un conjunto) y las ANPs. La hipótesis esperada es que no hay diferencia significativa entre ambas tasas cambio.

RESULTADOS Cambios en los ejidos de la OEFHG-Guerrero Los 10 ejidos forestales analizados, ocupan una extensión de 115,494 ha. Dicha extensión, hasta el año 2000, presentó un 92 % coberturas de afinidad natural. El análisis de cambio documentó dos procesos de cambio: la deforestación y la re-vegetación. Adicionalmente se identificó el porcentaje de permanencia de las coberturas analizadas. En esta región se observó que la deforestación ocurrió en 8,986 ha entre 1979 y el año 2000; lo que representa un 7.78% de la superficie original (t1). El proceso opuesto, la re-vegetación, se presentó en un 29% (372 ha) de la superficie original ocupada por coberturas antrópicas, o sea agricultura y pastos basicamente. Como consecuencia, tan sólo el 71% de los areas agropecuarios permaneció para t2; mientras que, un 92% permaneció para las coberturas naturales. La tasa de deforestación anual (-0.4%) mostró una mínima pérdida de las coberturas naturales. En contraste, las coberturas asociado con usos agrícolas y pastos se incrementaron substancialmente con una tasa de cambio de 9.7% anual, con respecto a su superficie original correspondiente a t1 Cambios en los ejidos de la OEPFZM-Quintana Roo

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Los 12 ejidos forestales analizados ocupan una extensión de 131,842 ha. Dicha extensión, hasta el año 2000, presentó un 95 % coberturas naturales. El análisis de cambio en esta región, mostró que la deforestación ocurrió en 5,364 ha entre 1980 y el 2000, lo que representan un 4.9% de la superficie original (Fig. 1.1). El proceso opuesto, la revegetación, se presentó en un 94.8% (20,763 ha) de la superficie original ocupada por coberturas de agricultura.. Como consecuencia, tan sólo el 5.24% de éstas coberturas de usos agrícolas permaneció para t2; mientras que para las coberturas naturales (basicamente bosques) permaneció un 95% (Fig 1.7). Por lo tanto, la tasa de crecimiento anual de bosques era de 0.63% anual. En contraste, las coberturas de agricultura disminuyeron con una tasa de 5.8% con respecto a su superficie original. Esto último, mostró una tendencia opuesta a lo observado para la región de Guerrero. Cambios en las ANPs Las 74 ANPs incluidas en el análisis cubren una superficie del 79% (8,834,201 ha) del área total decretada como ANPs para todo el país en 1993. Estas, para el año 2000, albergaron un 93.8 % de coberturas de afinidad natural. Del análisis de cambio se observó que la deforestación ocurrió en 97,118 ha; lo que representa un 1.24 % de la superficie original (t1). El proceso opuesto, la re-vegetación, se presentó en un 0.06% (243 ha) de la superficie original ocupada por coberturas antrópicas. Por lo anterior se deduce que el 99.9% de las coberturas antrópicas permaneció para t2; mientras que, el 98.8% permaneció para las coberturas de afinidad natural. La tasa de conversión anual (-0.2%) mostró también una mínima pérdida de las coberturas naturales. Las coberturas antrópicas, en contraste, se incrementan a una tasa de 3.4% con respecto a la superficie original. Comparación entre ANPs y Ejidos Los ejidos en su conjunto, por más de 20 años, han logrado conservar un 95.1% de las coberturas de afinidad natural que tenían originalmente (t1). En comparación, las ANPs han mantenido el 98.8 % de dichas coberturas, entre 1993 y el año 2000. Las coberturas antrópicas disminuyeron en los ejidos en un 29.3 % y para las ANPs incrementaron en un 26.7 %, ambas con respecto a su superficie original. La tendencia de la tasa de recuperación de las coberturas naturales para los ejidos en su conjunto (0.14%) fue opuesta en signo a lo observado en las ANPs. Esto mismo se registró con la tasa cambio en las coberturas agrícolas, pero para las ANPs los usos agrícolas crecieron en 3.38%, mientras que ocurrió lo contrario en los ejidos (-1.65.7%). El análisis estadístico no mostró diferencias significativas entre las tasas de cambio para los ejidos y las ANPs.. Sin embargo, el balance entre la re-vegetación y la deforestación entre los ejidos y las ANPs mostró que las ANPs tienden a perder sus coberturas naturales mientras que los ejidos a recuperarlas

DISCUSIÓN Procesos de cambio en ejidos versus ANPs Las actividades del ser human en desmontar bosques se han considerado como uno de las mayores amenazas para la conservación de la biodiversidad.. Sin embargo, los cambios

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registrados en los ejidos analizados muestran que el manejo forestal no necesariamente se traduce en una pérdida permanente de las coberturas naturales. La tendencia a la disminución de las coberturas naturales y el incremento de las coberturas agrícolas y de pasto observado en las ANPs, que contrasta con lo que ocurre en los ejidos, no difiere significativamente considerando el ritmo y la magnitud con la que ocurren dichos cambios. Esto es importante al considerar que las metas de ambos modelos son substancialmente diferentes. Los ejidos tienen como propósito central la producción forestal y uso del bosque, mientras que las ANPs están sujetas a una política de protección y fomento a la conservación de las coberturas naturales. El decremento en las coberturas agrícolas observado en ejidos forestales (4.6 %; 11,410 ha) ocurre a pesar de los cambios en la población durante las dos últimas décadas. En contraste, las 97,118 ha (1.24%) de aumento en las coberturas agricolas registrado en las ANPs indica que, no obstante los decretos para su protección, las actividades agropecuarias representadas en las coberturas antrópicas continúan incrementándose en ellas. Esto ocurre preferentemente en las ANPs que tienen características que facilitan dichas actividades tales como terrenos de fácil acceso, topografía preferentemente plana y suelos de alto potencial agropecuario. Esto sugiere que la eficiencia para la conservación en las ANPs depende en mayor proporción de las características anteriores y no así de su decreto legal o del plan de manejo oficial al que están sujetas (Mas et al., en preparación). Esta situación ha sido documentada para otras regiones tropicales del mundo (Hansen et al. 1991; Vanclay, 2002; Woodwell, 2002) y para diversas regiones de México (Velázquez y Romero, 1999; Velázquez et al., 2001a). El proceso de deforestación en las ANPs ocurre indistintamente del tipo de cobertura naturales original; las cuales se transforman principalmente en áreas de cultivo y pastizales en proporciones similares. En contraste, la deforestación en los ejidos resultó ser un proceso más dirigido; en caso de Guerrero aumentaron los pastizales y, en el caso de Quintana Roo, las áreas de cultivo. La deforestación registrada en la OEFHG-Guerrero ocurrió principalmente en las coberturas de menor importancia comercial para el manejo forestal actual (las selvas). Esto sugiere que en OEFHG-Guerrero la población ha dirigido el uso de su territorio hacia las actividades localmente más rentables (el manejo forestal y la ganadería). La deforestación en los ejidos de la OEPFZM-Quintana Roo incidió principalmente en las selvas altas y medianas perennifolias y subperennifolias, las que se transformaron a cultivos. A diferencia de Guerrero, en Quintana Roo las dos principales actividades económicas (la agricultura y el uso forestal) parecen estar compitiendo en el territorio. Los ejidatarios están consientes de esta situación y para conciliar ambas actividades han delimitado zonas de uso agrícola y de uso forestal independientes. Esta práctica ha sido respetada de manera generalizada en los últimos años. El proceso de re-vegetación en proporción es substancialmente mayor en los ejidos que en las ANPs. En las ANPs, el proceso de re-vegetación parece ser parte de la sucesión natural (de coberturas antrópicas a coberturas naturales insipientes) y ocurre en proporciones insignificantes comparado con la superficie deforestada. En los ejidos la re-vegetación se observa en las coberturas de afinidad natural que son de importancia para la actividad forestal que realizan (pino-encino y pino en Guerrero y selvas altas y medianas subperennifolias en Quintana Roo). En síntesis, los patrones de re-vegetación en las ANPs siguen procesos naturales independientes de su condición legal; mientras que en ejidos la 11

recuperación obedece a procesos socialmente dirigidos al fomento de coberturas de valor comercial, a través del control de incendios, reforestación y específicamente agrosilvicultura en el caso de los ejidos de la OEPFZM-Quintana Roo. En suma, los ejidos analizados encaminan el uso de su territorio de manera organizada bajo un modelo de ordenamiento territorial; mientras que los procesos de conversión en las ANPs incluidas en el estudio siguen un modelo impredecible e independiente de su condición como área protegida. Los territorios dentro de las ANPs que más tenderán a perder su cobertura original son aquellos con características adecuadas para afines de la actividad agropecuaria. Agentes desencadenadores de los procesos En los casos de estudio analizados en este trabajo, la acción humana es el principal conductor de la dinámica de las coberturas. La política en torno a las ANPs en México se ha fortalecido tanto operativa como legalmente en los últimos 10 años a través de diversos programas, decretos y fondos. Para fomentar la conservación en las ANPs el gobierno necesita destinar recursos humanos y económicos a través de distintas dependencias que restringen o regulan la acción humana. Los recursos en general son insuficientes y en ocasiones confrontan los intereses sociales con los legales, en aras de generar un beneficio ambiental y social indirecto. En el caso de los ejidos forestales los ejidatarios son los principales responsables de ejecutar las acciones que determinan los procesos de cambio. Aunado a esto, los ejidos logran traducir gran parte de los procesos de cambio en bienes económicos y materiales que repercuten en beneficios directos para ellos y el ambiente. A largo plazo el balance costo-beneficio indica que las ANPs necesitan reorientar sus mecanismos operativos para lograr una mayor eficiencia. Los ejidos bien organizados que cuentan con un plan de manejo forestal comunitario, en cambio, también deben ser considerados entre las estrategias de conservación de mayor rentabilidad a largo plazo. Al igual que una ANP no eficiente, es claro que la actividad forestal colectiva no exitosa incide desfavorablemente en la integridad funcional de los ecosistemas autóctonos (Merino y Segura, 2002). Para los ejidos bien organizados esta pérdida parcial se transforma en múltiples beneficios que aseguran la conservación de lo que permanece incluyendo los bienes y servicios ambientales indirectos (1.1) tales como la recarga del manto freático, la permanencia productiva de los ecosistemas, la aportación con productos a múltiples mercados locales, entre otros (Daily et al., 1996). Las regiones con mayor deforestación, tanto de las ANPs como fuera de ellas coinciden con zonas donde la estructura social comunitaria ha sido desarticulada, independientemente de los recursos monetarios asignados. Por ejemplo, las áreas protegidas del sur de la Cuenca de México (Velázquez y Romero, 1999; Velázquez et al., 2001b), y las Reservas de la Biosfera de la Mariposa Monarca (Ramírez, 2002), Montes Azules, y Calakmul entre otros. En estos casos, las pérdidas económicas, ambientales, culturales y sociales son significativamente mayores a los dos casos de grupos de ejidos analizados anteriormente. Bajo este escenario, y en términos puramente económicos, es necesario buscar medidas que fomenten la consolidación de organizaciones forestales comunitarias aliadas de la conservación (Bocco et al., 2000, Velázquez et al., 2001a).

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Considerando los resultados de este estudio, es recomendable fomentar programas que fortalezcan la consolidación de planes de manejo forestal comunitario amigables con el ambiente, como una alternativa complementaria con los programas de conservación vigentes. Agradecimientos

Se reconoce el apoyo de ambas organizaciones para la verificación de campo y la información brindada. Especialmente a la Ing. Victoria Santos de la OEPZM de Quintana Roo y al Sr. Leonides Chávez e Ing. Jesús Albarrán de la OEFHG de Guerrero. Se agradece la asistencia técnica de Rutilio Casto y Tania Fernández para la realización del análisis cartográfica y la edición de los mapas finales. El soporte financiero para este estudio provino del Instituto de Geografía de la UNAM y de la Fundación Ford, a través del contrato Número 1010-0595 con el Departamento de Estudios Ambientales de la Florida International University en Miami, EEUU. Referencias

Bocco, G.; A. Velázquez y A. Torres. 2000. Comunidades indígenas y manejo de recursos naturales. Un caso de investigación participativa en México. Interciencia 25 (2): 9-19. Bruner, A.G.; R.E. Gullison; R.E. Rice y G.A.B. da Fonseca. 2001. Effectiviness of Parks in Protecting Tropical Biodiversity. Science 291(5501): 125-128. Daily, G. C.; S. Alexander; P. R. Ehrlich, L. Goulder, J. Lubchenco; P. A. Matson; H. A. Mooney; S. Postel; S. H. Shneider; D. Tilman y G. M. Woodwell. 1996. Ecosystems services: Benefits supplied to human societies by natural ecosystems. Issues in Ecology 2:1-16. Hansen, A. J.; T. A. Spies; F. J. Swanson y J. L. Omán. 1991. Conserving biodiversity in managed forests. Lessons from natural forests. Bioscience 41(6):382-392. Lambin, E. F.; B. L. Turner; J. G. Helmut; S. B. Agbola, A. Angelsen; J. W. Bruce; O. T. Coomes; R. Dirzo; G. Fischer; C. Folke; P. S. George; K. Homewood; J. Imbernon; R. Leemands X. Li; E. F. Moran; M. Mortimore; P. S. Ramakrishnan; J. F. Richards; H. Skanes; W. Steffen, G. D. Stone; U. Svedin; T. A. Veldkamp, C. Vogel y J. Xu. 2001. The causes of land-use and land-cover change: moving beyond the myths. Global Environmental Change 11:261-269.

Merino, L. y G. Segura. 2002. El manejo de los recursos forestales en México (1992-2002). Procesos, tendencias y políticas públicas. Pp 237-256. En: E. Leef, E. Escurra, I. Pisanty, P. Romero (eds.). La transición hacia el desarrollo sustentable. INE-SEMARNAT, UAM, PNUMA.

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Palacio-Prieto, J. L.; G. Bocco; A. Velázquez, J. F. Mas; F. Takaki-Takaki; A. Victoria; L. Luna-González; G. Gómez-Rodríguez; J. López-García; M. Palma; I. Trejo-Vázquez; A. Peralta; J. Prado-Molina; A. Rodríguez; R. Mayorga-Saucedo y F. González. 2000. La condición actual de los recursos forestales en México: resultados del Inventario Nacional Forestal 2000. Investigaciones Geográficas 43:183-203. Vanclay, J. K.; A. G. Bruner; R. E. Gullison; R. E. Rice y G. A. B. da Fonseca. 2001. The effectiveness of parks. Science 293(5532):1007 Velázquez, A; G. Bocco y A. Torres. 2001a. Turning scientific approaches into practical conservation actions: the case of Comunidad Indígena de Nuevo San Juan Parangaricutiro, México. Environmental Management 5:216-231. Velázquez, A; F. J., Romero; H. Cordero-Rangel y G. Heil. 2001b. Effects of landscape changes on mammalian assemblages at Izta-Popo volcanoes, Mexico. Biodiversity and Conservation 10:1059-1075. Velázquez, A., J. F. Mas, J. R. Díaz-Gallegos, R. Mayorga, P. C. Alcántara, R. Castro, T. Fernández, G. Bocco, E. Ezcurra y J. L. Palacio. 2002. Patrones y tasas de cambio de uso del suelo en México. Gaceta Ecológica INE-SEMARNAP México 62:21-37. Lista de Cuadros y Figuras Cuadro 1.1. Procesos de cambio en las coberturas de los ejidos organizados y no organizados y las ANPs, con relación a su situación financiera y sus implicaciones en sociales, económicas y en el medio ambiente. Figura 1.1. Sitio de estudio. Los asteriscos indican los ejidos forestales de cada organización que fueron considerados para los análisis de los procesos de cambio. Figura 1.2 Tasas de cambio anual. a) Para los grupos de ejidos forestales y las ANPs; b) Para los ejidos y las ANPs. Figura 1.3 Distribución espacialmente explicita de los procesos de conversión ocurridos entre 1980 y el año 2000 en 12 ejidos forestales de la OEPFZM-Quintana Roo.

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Cuadro 1.1. Procesos de cambio en las coberturas de los ejidos organizados y no organizados y las ANPs, con relación a su situación financiera y sus implicaciones en sociales, económicas y en el medio ambiente. Los signos (+ y -) indican el sentido y la magnitud de los procesos de cambio.

Procesos de cambio

Situación Financiera

Beneficios

Áreas Naturales Protegidas

Ejidos Organizados

No Organizados

Deforestación

++

++

++++

Revegetación

+

+

--

Permanencia natural

+++

++

+

Permanencia antrópica

+

++

++++

Responsabilidad

Gobierno

Ejidos

Actores externos

Fuente de Inversión

Gobierno

Es mayor por parte de los ejidos y menor de otras fuentes externas

Es menor por parte de los ejidos y mayor de otras fuentes externas

Balance Económico

Negativo

Positivo

Negativo

Sostenibilidad a Largo Plazo

Poco viable

Viable

Inviable

Sociales

Incipientes

Múltiples

Parciales

Económicos

Negativo

Positivo

Negativo

Ambientales

Se mantienen

Se mantienen

Se deterioran

Ejidos

15

16

2. NUEVAS PERSPECTIVAS SOBRE EL MANEJO DEL BOSQUE EN EL CENTRO DE QUINTANA ROO: EL TRABAJO DE LA ORGANI ZACI ÓN DE EJIDOS PRODUCTORES FORESTALES DE LA ZONA MAYA (O E PFZM)/ U N I Ó N N A C I O N A L D E O R G A N I Z A C I O N E S R E G I O N A L E S CAMPESINAS AUTÓNOMAS1 Por David Bray Barton El aprovechamiento de caoba y cedro ha sido una tradición muy larga en Quintana Roo, pero es sólo desde mediados de los años 80 que este aprovechamiento ha estado bajo el control de las comunidades con sus propias empresas forestales comunales (EFCs), organizadas en organizaciones inte-comunales o de segundo nivel como la Organización de Ejidos Productores Forestales de la Zona Maya (OEPFZM) y la Sociedad de Productores Ejidales Forestales de Quintana Roo (SPEFQR). Lo que se ha intentado en Quintana Roo, el manejo sostenible de los bosques tropicales, ha sido considerado imposible por algunos investigadores. El caso más sostenido contra la viabilidad ecológica y económica del manejo sostenible de los bosques tropicales, ha sido desarrollado por investigadores asociados con Conservación Internacional (CI) (Reid y Rice 1997; Rice et al. 1997; Bowles et al. 1998; Harder y Rice 1999; Rice at al. 2001a; Rice at al. 2001b). Estos autores argumentan que los esfuerzos por promover un Manejo Forestal Sostenible (MFS) han sido inútiles en gran parte porque siempre será más provechoso cosechar tantos más árboles de tamaño comercial en el tiempo más corto posible e invertir las ganancias en otros sectores. El grupo de CI ha argumentado además que las políticas que promueven el MFS están condenadas probablemente al fracaso porque ellas típicamente   

 

1

Promueven el uso de especies tropicales poco conocidas. Sin embargo, ni los precios ni las tasas de crecimiento son ya más favorables para las especies tropicales poco conocidas como lo son para las especies más comerciales. Promueven un aprovechamiento más eficiente. Sin embargo, el aprovechamiento eficiente industrialmente podría ser también sumamente insostenible. Promueven la seguridad de la tenencia de la tierra, (igualado a “duraciones más largas de concesión” o “propiedad privada” -enfasis mío), pero no mejoran los desincentivos financieros para el MFS y pueden aún alentar la liquidación rápida del recurso. Prohíben las exportaciones de madera en rollo, promueven procesos de valor agregado y más impuestos gubernamentales (“captura de renta”), prácticas improbables de contribuir al MFS. Promueven la certificación de madera, lo cual nunca agregará suficiente valor de mercado para compensar los costos mucho más altos del MFS.

Traducido del ingles por Rosa Cossio.

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Un examen conciso de esta literatura revela que esta generalización se ha hecho casi enteramente sobre la base del MFS bajo un tipo de tenencia de la tierra y condición contractual. El potencial para el MFS bajo formas alternativas de tenencia de la tierra y de arreglos institucionales es considerado raramente. La evidencia de Quintana Roo sugiere que los bosques manejados comunitariamente presentan un caso muy diferente. El manejo forestal comunitario bajo arreglos seguros de tenencia de la tierra y con las empresas forestales comunitarias (EFCs) manejando el aprovechamiento, presenta un conjunto completamente diferente de condiciones para el MFS que el aprovechamiento por empresas privadas en tierras públicas bajo concesiones. A un nivel conceptual, las EFC’s son sólo un aspecto de una relación multifacética entre una comunidad y sus bosques; como resultado, los cálculos tradicionales de la tasa de descuento fallan en capturar los procesos de toma de decisiones en el uso forestal en las comunidades y las EFCs. El impacto del inicio del aprovechamiento de madera controlado por las comunidades puede ser visto en las tendencias generales en el aprovechamiento de caoba y cedro en Quintana Roo, desde los años 30. Esta es la primera vez que este conjunto completo de datos ha sido armado para mostrar el impacto del aprovechamiento maderero comunitario.

Figura 2.1: Volumen Total Aprovechado de Caoba y Cedro en Quintana Roo, 1938-2001 100000 90000 80000 70000

m3

60000 50000 40000 30000

Fuente: 20000  1939-1979: Dachary, Alfredo C. & Stella M. Arnaiz B. 1983. Estudios 10000 Socioeconómicos Preliminares de Quintana Roo: Sector Agropecuario y Forestal 0(1902-1980). Puerto Morelos: Centro de Investigaciones de Quintana Roo. 1938 1943 1948 1953 1958 1963 1968 1973 1978 1983 1988 1993 1998  1980-1986: Informe de labores del gobierno de Pedro Joaquín Coldwell. 1987. Año  1987-1990: Análisis Estadístico de los Estados Unidos Mexicanos, ediciones 1990 y 1988-1989, INEGI, 1992 y 1990 1993-2001: SEMARNAP; 1991-1992: Argüelles Suárez, A. 1999. Diagnóstico de las Poblaciones de Caoba en Mexico. Chetumal Esta gráfica muestra las figuras para el estado entero de Quintana Roo desde 1938 al 2001. La gráfica muestra una diferencia pequeña en el volumen extraído en el concesionario y el período del concesionario paraestatal/privado; el plan de manejo de MIQROO no

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disminuyó la cosecha. Los picos a mediados de los años 50 se deben al aprovechamiento que se realizó rescatando la madera caída después del Huracán Janet en 1954. Como la gráfica aclara, el manejo comunitario bajo el proceso del PPF resultó en una reducción dramática y estabilización de la cosecha de caoba, en tres etapas. En la primera etapa, de 1984-1988, los volúmenes extraídos fueron reducidos en 22% para el período de cinco años, comparado al período de los últimos cinco años (1979-1983) bajo MIQROO. Después de este período inicial de aprovechamiento, se notó que había habido problemas de medida en la primera ronda de los inventarios participativos y se llevaron a cabo inventarios participativos nuevos y más cuidadosos, resultando en reducciones adicionales en los volúmenes extraídos. Entre 1993-2001, el volumen promedio de aprovechamiento de caoba fue de 9,904 m3, una reducción del 78% desde los últimos cinco años bajo la paraestatal. Esto tuvo impactos económicos serios al nivel comunal, tal que comunidades como Noh Bec y Laguna Kaná redujeron su volumen de aprovechamiento en 29% y 37% sólo en el primer período de reducción, a pesar del hecho que el aprovechamiento de madera fue una fuente clave de ingreso comunitario, una decisión que un extractor privado que trabaja en tierras públicas sería improbable de tomar. Se ha argumentado que “la mayoría de las compañías de aprovechamiento de madera en los trópicos se ocupan de la cosecha rápida de un número limitado de especies de árboles valiosos porque esto es provechoso” (Rice et al. 2001a) y que en Bolivia, los volúmenes extraídos “exceden grandemente” a aquellos en el plan de manejo (Hardner and Rice 1999). Esto no es reflejado en el patrón de aprovechamiento de madera por las comunidades de Quintana Roo. Parece que las 61 comunidades con permisos de aprovechamiento de madera en Quintana Roo siguen generalmente la ley, respetan los inventarios y han tomado los pasos hacia una cosecha más sostenible reduciendo sus volúmenes de aprovechamiento constantemente a través del tiempo (Bray 2001).

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Figura 2.2: Volumen Total de Maderas Preciosas Extraído en Laguna Kana, Quintana Roo 1800 1600 1400 1200 1000 m3

Autorizado Aprovechado

800 600 400 200 0 1963 1973 1976 1979 1984 1988 1992 1996 Años

También se han hecho investigaciones sobre los patrones de aprovechamiento de madera al nivel comunal en el centro de Quintana Roo. Se hizo el esfuerzo de recuperar los patrones de aprovechamiento en la comunidad de Laguna Kaná en base a los registros del ejido en la casa ejidal. En la mayor parte del municipio de Felipe Carrillo Puerto, el aprovechamiento de madera no empezó sino alrededor de 1960, casi todo por contratistas pequeños, no por MIQROO, aunque algún aprovechamiento rescatando madera caída producto del Huracán Janet, empezó después de éste en 1955. Una reconstrucción parcial de la historia del aprovechamiento de caoba y cedro se presenta en la Figura 2.2. Para períodos anteriores al inicio de la OEPFZM, tenemos sólo datos muy fragmentados y casi siempre sólo de los volúmenes autorizados, no de las cantidades verdaderamente extraídas. Sin embargo, observamos un patrón muy semejante a lo que se observó a nivel de todo el estado. Hubo volúmenes muy grandes de madera extraída antes del período de la OEPFZM y del PPF. Desde entonces no hubo controles durante este período, siendo muy probable que los contratistas aprovecharan madera constantemente a tasas más altas que las autorizadas. La lección es clara, para el tiempo en que las comunidades tomaron el control de sus propios bosques, ellos heredaron bosques empobrecidos donde había estado ocurriendo el aprovechamiento de madera de forma insostenible durante un cuarto de siglo o más. Cambio de Uso de Suelo entre 1970s-2001 A pesar de los problemas de manejar bosques empobrecidos, la estrategia de la OEPFZM/PPF de los inventarios participativos, el establecimiento de áreas forestales permanentes (AFPs) y la organización de las EFCs parecen haber tenido un impacto importante en el mantenimiento de un nivel muy bajo de deforestación en décadas

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recientes. Este impacto puede ser demostrado por un análisis de la imagen remota presentada a continuación. Figura 2.3

Es aparente de la imagen mostrada que ha habido relativamente poca pérdida neta de la cobertura forestal en el centro de Quintana Roo sobre los últimos 25 años. Algunas de las áreas rosadas grandes en la mitad superior de la imagen de 1976-1984 son de aclareos para pasto de ganado hechos por el gobierno durante los años 70. En la mayoría de los casos, los aclareos fueron hechos, pero el ganado nunca fue entregado y las áreas fueron o usadas para la milpa o reconvertidos en bosque.

21

Tabla 2.1: Cambios en las clases de Uso de suelo/Cobertura de suelo de 1976 a 1984 y de 1984 al 2000 en el centro de Quintana Roo Cambios de Uso de suelo/Cobertura de suelo Bosque a Intervenido % del área total tasa anual (%) Permanece Intervenido % del área total Permanece Forestado % del área total Intervenido a Bosque % del área total tasa anual (%) Perdida de Cobertura Forestal Anual tasa anual (%)

1976 - 1984 Area (ha) 89,614 12 1.5 49,593 7 432,013 59 66,823 9 1.1

1984 - 2000 Area (ha) 78,575 11 0.9 70,582 10 432,065 60 70,116 10 0.8

2,849 0.4

705 0.1

La Tabla 2.1 muestra que el área total cambiada de bosque a intervenido fue de 12% entre 1976-1984 (1.5% tasa anual), pero cayó a 11% (0.9% tasa anual) de 1984-2000. Sin embargo, de 1976-1984, el 9% del área total cambió de intervenido a bosque, una tasa de recuperación del bosque de 1.1% por año y este paso continuó con el 10% del área cambiando de intervenido a bosque en el período 1984-2000. Si consideramos ambos bosque maduro y secundario como bosque, hubo una tasa anual neta de pérdida de cobertura forestal de sólo el 0.4% de 1976 a 1984 y el 0.1% de 1984-2000. Además, vemos que el 11% de intervención del bosque de 1984 al 2000 (tasa anual de 0.9 %) estuvo casi directamente contra balanceado por un 10% de aumento en barbecho y secundario. Este análisis revela el mosaico dinámico del uso del suelo en la región y que no todos los procesos están dirigidos linealmente hacia la deforestación. Aún más sorprendente, comparado con las figuras para otras regiones del México tropical, la tasa de deforestación y de cambio de uso de suelo disminuyeron verdaderamente después de los años 80. El análisis combinado de sensor remoto, estadística espacial e institucional presentado en este artículo, se utiliza para argumentar que el área Maya Macehual del centro de Quintana Roo puede ser clasificada como una región que tiende hacia la sostenibilidad como un paisaje. Para nuestros propósitos, un paisaje sostenible sería uno que exhibe tasas bajas acumulativas de deforestación (por lo menos por debajo del 1% anualmente) con tendencias de uso de suelo que sugieren que esta tasa baja podría ser mantenida, fijada la fase para una transición hacia ganancias netas en el paisaje forestado en algunos casos. Un paisaje sostenible es también un paisaje de trabajo, uno en el cual los seres humanos continúan luchando por su subsistencia y uno en el cual algunas tendencias hacia la pérdida del capital natural son contrarrestadas por otras que tienden a aumentarla (Haines-Young, 2000). Por ejemplo, en la Zona Maya, la tendencia para descensos en el volumen de caoba en algunas sub-regiones puede ser contrarrestado por un aumento en caoba en plantaciones pequeñas y

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con el ecoturismo como un uso del bosque. Sin embargo, las mini plantaciones de caoba pueden estar creando presiones agrícolas nuevas en las AFPs. Para un mejor entendimiento del significado de las tendencias de uso del suelo en la Zona Maya, revisaremos las tasas regionales de deforestación en México. En estudios regionales recientes, tasas de deforestación fluctuando de 4.3% a .32% han sido reportadas, muy por debajo del 4.3%12.4 % reportado por el Banco Mundial (1995). Sin embargo, como se mencionó antes, las tasas de 4.3% a 1.4% son todas para áreas que son o zonas de colonización o áreas agrícolas asentadas por largo tiempo. Las tasas por debajo de .5% son en su mayor parte áreas que tienen áreas protegidas en su centro. En un área de la Lacandona reportado por de Jong (2000) con una tasa de deforestación de .3%, el 80% de ésta fue clasificada como un área protegida. En el caso de la parte sur de la Península de Yucatán reportado por Turner II et al. (2001), con tasas de deforestación de .32% a .39%, una parte significativa del área de estudio está ocupada por otra área protegida, la Reserva de Biósfera de Calakmul. En la Zona Maya de Quintana Roo, reportamos tasas de deforestación de 0.1 al 0.4 por ciento, pero sin áreas protegidas en la región de estudio. Ver Tabla 2.2. Tabla 2.2: Tasas Regionales de Deforestación en México (1970’s-2000) Región

Años

Tasa Anual (%) 1970’s-1990’s 4.3-12.4

SE México

Estados del SE México Tuxtlas Veracruz

de 1977-1992

1.9

1976-1986

4.3

1979-1989

2.8

Marqués de Comillas Bosque Lacandona (1ra Región) Bosque Lacandona (2da Región) Estado de Morelos

Mediados 2 1970’s-1990’s 1973-1989 1.4

Bosque Lacandona (3ra 1970’s-1990’s .3 Región) Península de Yucatán 1969-1997 .32 - .39 (Sur) Quintana Roo (Centro)

1984-2000

.1

Notas

Fuente

Banco Mundial (1995) Cairns et al. (2000) Dirzo & Garcia (1992) O’Brien (1998) De Jong et al. (2000) Bosque tropical seco Trejo & Dirzo (2000) 80% Area Protegida De Jong et al. (2000) Reserva de Biosfera Turner II et Calakmul (Area al. (2001) Protegida) Area no Protegida Bray et al. (en Sub.)

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El concepto de toda la parte este de Yucatán, incluyendo ambos el centro de Quintana Roo y la parte sur de Campeche, como un paisaje que tiende hacia la sostenibilidad es reforzado por los hallazgos del Inventario Nacional Forestal del 2000, que mostró que el área definida como “la parte este de Yucatán” que incluye los bosques de Quintana Roo y la región de Calakmul, tiene el segundo porcentaje más alto de cobertura forestal en México, mientras otro estudio encontró que Quintana Roo preservó el 74% de su área total de tierra en bosque “primario” (Jhones et al., 2000). Hay desafíos para lograr un paisaje realmente sostenible en la Zona Maya. Por ejemplo, parece que los 25 años de aprovechamiento no sostenible de madera que precedió al PPF en la región, dejó a las comunidades con bosques apreciablemente empobrecidos y después de más de 15 años de cosechas estabilizadas a niveles históricos bajos, unas pocas comunidades están enfrentando el descenso o la desaparición de volúmenes comerciales de caoba. Las prácticas silviculturales actuales no han tenido éxito en completar las reservas de caoba y se necesita aplicar prácticas nuevas para asegurar la regeneración de caoba en los bosques naturales. La comercialización de madera de especies tropicales maderables poco conocidas y de productos forestales no maderables necesita ser reforzada también. La migración temporaria creciente hacia los corredores turísticos a lo largo de la costa de Quintana Roo genera también preguntas acerca de los costos de oportunidad del manejo sostenible de los recursos naturales. Con un descenso en el volumen de aprovechamiento de madera y la asociada degradación del bosque, hay una gran necesidad por una planificación nueva del uso del suelo “más allá de las AFPs” en los ejidos más pequeños. Desde 1998, programas gubernamentales nuevos, implementados por las organizaciones asociadas con la OEPFZM, en agroforestería y agricultura sostenible han sido lanzados en la región. Hay también potencial para el ecoturismo basado en las comunidades y los productos nuevos del ecosistema (tales como crianza de loros en cautiverio) en la región, lo cual está ya reduciendo la necesidad por el aprovechamiento de madera en algunos ejidos. El efecto total de la historia, las prácticas tradicionales de uso del suelo y las prácticas nuevas de uso del suelo canalizadas a través de organizaciones, ha sido la estabilidad de la cobertura forestal. Esto sugiere una trayectoria de uso sostenible de un paisaje habitado, que nos puede ayudar a clarificar los elementos necesarios para una transición hacia el uso sostenible del suelo en los trópicos. Este estudio sugiere que las áreas forestales que han sido utilizadas intensivamente por las poblaciones humanas residentes por muchas décadas pueden mostrar también tendencias dinámicas hacia la estabilidad de la cobertura forestal, aún si ocurren algunos cambios en la estructura o la composición. Este caso de la Zona Maya sugiere que el mantenimiento de la cobertura forestal no es un resultado de estar en un área remota. Así como la deforestación y la degradación, el mantenimiento de la cobertura forestal tiene también “fuerzas causantes”. No es un proceso pasivo, pero un resultado de instituciones humanas particulares que interactúan con el ambiente forestal.

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Referencias citadas Bowles, I. A., R. E. Rice, R. A. Mittermeier, and G. A. B. d. Fonseca. 1998. Logging and Tropical Forest Conservation. Science 280:1899-1900. Bray, D. B. 2001. The Mayans of Central Quintana Roo. Pages 3-17 in S. C. Stonich, editor. Endangered Peoples of Latin America, Struggles to Survive and Thrive. The Greenwood Press, Wesport, Connecticut. de Jong, B. H. J., Susana Ochoa-Gaona, Miguel Angel Castillo-Santiago, Nepatalí Ramírez-Marcial and Michael A. Cairns. 2000. Carbon Flux and Patterns of LandUse/Land-Cover Change in the Selva Lacandona, Mexico. Ambio 29:504-511. Haines-Young, R. 2000. Sustainable development and sustainable landscapes: defining a new paradigm for landscape ecology. Fennia 178:7-14. Hardner, J. J., and R. Rice. 1999. Rethinking Forest Concession Policies. in K. Keipi, editor. Forest Resource Policy in Latin America. Inter-American Development Bank, Washington, D.C. Jhones, C. C., L. Gama, L. Giddings, V. RIco-Gray, and A. Velázques. 2000. Caracterización de los paisajes terrestres actuales de la península de Yucatán. Investigaciones Geográficas 42:28-39. Reid, J. W., and R. E. Rice. 1997. Assessing Natural Forest management as a Tool for Tropical Forest Conservation. Ambio 26:282-286. Rice, R. E., R. E. Gullison, and J. W. Reid. 1997. Can Sustainable Management Save Tropical Forests? Scientific American:44-49. Rice, R. E., C. A. Sugal, S. M. Ratay, and G. A. Fonseca. 2001a. Sustainable Forest Management: A Review of Conventional Wisdom. Advances in Applied Biodiversity Science 3:1-29. Rice, R. E., C. A. Sugal, P. C. Frumhoff, E. Losos, and R. Gullison. 2001b. Options for Conserving Biodiversity in the context of Logging in Tropical Forests. in I. A. Bowles and G. T. Prickett, editors. Footprints in the Jungle: Natural Resources Industries, Infrastructure, and Biodiversity Conservation. Oxford University Press, New York. Turner II, B. L., S. C. Villar, D. Fostser, J. Geoghegan, E. Keys, P. Klepeis, D. Lawrence, P. M. Mendoza, S. Manson, Y. Ogneva-Himmelberger, A. B. Plotkin, C. P. Salicrup, R. R. Chowdhury, B. Savitsky, L. Schneider, B. Schmook, and C. Vance. 2001. Deforestation in the Southern Yucatan Peninsula. Forest Ecology and Management 154:353-370. World Bank. 1995. Mexico: Resource Conservation and Forest Sector Review. 13114-ME, The World Bank, SARH, Washington, D.C.

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3. ASUNTOS ECOLÓGICOS DEL MANEJO FORESTAL COMUNITARIO EN QUINTANA ROO, MÉXICO. Por Henricus F. M. Vester y Ma. Angelica Navarro Martinez Introducción Hoy día más que nunca es muy importante saber sí la extracción forestal comercial selectiva es sustentable en el sentido ecológico y productivo ya que hay científicos que piensan que no es posible hacer explotación forestal en los trópicos de tal manera que se conservan los ecosistemas. Nuestro objetivo es evaluar tal hecho para los bosques de la zona maya quintanarroense. 100000 90000 80000

3

Volumen (m )

70000 60000 50000 40000 30000 20000 10000 0 1938 1943 1948 1953 1958 1963 1968 1973 1978 1983 1988 1993 1998

año

Figura 3.1. Volumen total cosechado de caoba y cedro de 1938-2000 en Quintana Roo (Bray, datos no publicados). La figura 3.1 muestra la historia de los aprovechamientos de 1938 a 2000 (Bray, datos no publicados), mostrando que en los últimos 10 años el volumen extraído ha disminuido notablemente y llego a un nivel constante, lo que podría significar que se ha llegado a un nivel de aprovechamiento sustentable en cuanto a la producción. Sin embargo, hay críticas sobre el sistema de manejo aplicado. La principal de ellos es que el sistema de manejo forestal en Quintana Roo no considera la ecología de las especies y las características de los ecosistemas. Por esta razón, revisamos en el presente estudio la ecología de caoba y algunos asuntos ecológicos relacionados al manejo como el mantenimiento de la estructura de poblaciones arbóreas, la diversidad de árboles y la productividad de especies de interés económico. 

Versión abreviada y traducida de “Ecológical issues in community tropical forest management in Quintana Roo, México. En: Bray, D.B., Merino Pérez, L. and Barry, D. In press. The community managed forests of Mexico.

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Nuestro interés es saber:   

¿Cuál es el efecto de aprovechamiento sobre la cantidad de especies en la selva? ¿Cómo se puede mantener el tamaño y la estructura de la población? ¿Se puede incrementar la tasa de crecimiento de especies comerciales sin afectar la función ecológica, y especialmente la diversidad de especies?

Los ecosistemas y la ecología de caoba La caoba tiene una distribución amplia desde sur América hasta en México, y crece óptimamente en el bosque seco (Mayhew y Newton, 1998) como las selvas de Quintana Roo. Es un árbol que llegar a dominar el bosque por su estatura alta. Sus semillas son dispersas a distancias de 30 a 80 m de la copa. En la mayoría de los bosques donde crece la caoba hay relativamente pocas plántulas y juveniles, lo cual ha originado preguntas sobre la ecología de plántulas. Al respecto se ha encontrado que la luz no es un factor limitante para su germinación, pero la restricción de luz disminuye fuertemente su crecimiento y puede conducir a la mortalidad de plántulas. Factores como la humedad y la depredación de semillas, también juegan un papel importante en el establecimiento de plántulas, los cuales en muchos casos pueden ser más importantes (Mayhew y Newton, 1998). La caoba prefiere suelos medianamente drenados (Mayhew y Newton, 1998). Miranda (1958) observo que esta especie crece preferentemente en la transición entre selva baja inundable y la selva mediana subperennifolia en paisajes con grandes pendientes y tanto en colinas como en valles, en paisajes con poco relieve. En Quintana Roo hay dos niveles de dinámica en los bosques de caoba, 1) la infrecuente pero extensiva presencia de disturbios como huracanes seguidos de incendios forestales y la agricultura de roza-tumba.-quema y 2) la dinámica en el bosque por claros frecuentes de tamaño pequeño (< 200m2) creados de manera natural y por aprovechamiento. Ambos pueden generar las circunstancias para la regeneración de la caoba. Metodología La presente investigación fue realizada en dos ejidos de la zona maya: Laguna Kana y Xhazil. Algunos datos adicionales fueron compilados de estudios en Naranjal Poniente y Petcacab, ambos aledaños a nuestra zona de estudio. En cada uno de los ejidos se realizaron dos estudios: 1) un transecto para conocer las etapas de desarrollo y la estructura del bosque (eco-unidades) y 2) establecimiento de parcelas para conocer la composición arbórea del bosque.

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Biodiversidad e impacto del aprovechamiento Hasta ahora, en la zona maya quintanarroense no se ha registrado perdida de especies debida a la extracción forestal. La riqueza de especies encontradas en los dos ejidos (Laguna Kana y Xhazil) fue muy similar. En Laguna Kana y en Xhazil encontramos un total de 82 y 86 especies de árboles y epífitas, respectivamente. Aunque se observó que hay diferencias en la composición de ambos ejidos, hace falta incrementar el muestreo para registrar la biodiversidad completa. La mayoría de las especies en una muestra de 20.000 individuos son raras (tabla 3.1), solo Manilkara zapota (zapote, chicle), Gymnanthes lucida (yaití), Pouteria reticulata (zapotillo), Bursera simaruba (chaca) y Brosimum alicastrum (ramón) contienen el 40 % de los individuos. Se encontraron 30 especies comunes entre las que se encuentran Pseudobombax ellipticum (amapola), Simira salvadorensis (chactekok), Dendropanax arboreus (sacchaca), Piscidia piscipula (jabin), Simarouba glauca (negrito, pasa’ak) y Lysiloma latisiliquum (tzalam), Entre las especies escasas están Guiacum sanctum (guayacan), Platymisium yucatanum (granadillo), Cordia dodecandra (siricote) y Cesalpinia mollis (chacte viga). La rareza de las especies mencionada puede ser por varias razones. Por ejemplo, especies como P. piscipula y L. latisiliquum generalmente crecen en bosques secundarios, pero son también típicas de bosques más secos. Especies que son raras pero que tienen un área de distribución amplia son menos vulnerables a la extinción, mientras que alguna parte de bosque se mantenga en su estado natural. Sin embargo, especies con una distribución más restringida (endémicas, por ejemplo de la Península) pueden ser más susceptibles. De las 57 especies de árboles endémicas mencionadas por Ibarra-Manriquez et al. (1995), encontramos que en los bosques de Laguna Kana y Xhazil hay 19 especies, 7 de las cuales están en la categoría de raras y 6 en la de escasas (tabla 3.1). Al revisar su ecología y distribución encontramos que todas las especies raras y endémicas que encontramos se adaptan a otros tipos de vegetación como los bajos y los sakalches. Tabla 3.1 Abundancia de especies arbóreas encontradas en cuatro ejidos forestales en Quintana Roo, México. Classificación de No. % de individuos Abundancia Clase (No. Ind.) especies Muy abundante > 1000 5 41.5 Abundante 500 < X < 1000 8 19.3 Común 100 < X < 500 30 28.9 Escasa 50 < X < 100 21 5.9 Rara < 50 104 4.3 TOTAL 168

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Dinámica de poblaciones de caoba en Xhazil y Laguna La dinámica de poblaciones de árboles es determinada por la producción de semillas, germinación, mortalidad y tasas de crecimiento de los árboles individuales. El manejo forestal es principalmente dirigido a estas características. La presencia de plántulas (individuos ≤ 60 cm de altura y con dap < 1 cm) de especies deseadas es fundamental para la producción sostenida de madera así como el mantenimiento de una tasa de crecimiento diamétrico que asegure árboles de suficientes diámetros. Plántulas La densidad de plántulas de caoba en el bosque manejado generalmente se considera insuficiente (Argüelles, et al., 1998; Snook, 1999; Brokaw et al., 1999; Negreros-Castillo y Mize, 2003). Por lo que se introduce un stock de plántulas después de la extracción de la madera (reforestación). Con base en un estudio de dinámica poblacional en Xhazil se encontró que en este bosque (500 ha) hay una densidad de 6 caobas ≥ 15 cm de dap por ha, de los cuales en promedio 2 árboles tienen un dap > de 55 cm. Asimismo, se observo que la población tiene una estructura discontinua (figura 3.2, abajo) y posiblemente refleja la historia de los aprovechamientos (hace 40, 20 y 2 años antes del monitoreo). El número de muertos entre 1999 y 2000 fue de 185 (66% de sobrevivencia) y el número de nuevas plántulas fue de 106. Aunque existe una mortalidad considerable en las plántulas el número de nuevos individuos parece suficiente para asegurar la regeneración de la caoba. Aquí observamos que en la parte del bosque donde se hizo el estudio poblacional la densidad de caoba es relativamente alta (11 árboles mayores a 15 cm en 5 ha.). También observamos que la caoba generalmente crece en grupos relativamente concentrados, Por lo que no se puede generalizar estos datos para todo el bosque. 10

Figura 3. Estructura poblacional de Swietenia macrophylla en X-Hazil (Navarro, no publicado). La clase diamétrica de 1 cm contiene 524 individuos.

8

7

6

5

4

3

2

1

48 50

46

42 44

40

36 38

32 34

30

26 28

22 24

20

16 18

14

8

10 12

6

4

2

0

0

Frequencia (Numero de individuos)

9

Dbh (cm)

29

Incremento anual

La tasa de crecimiento es importante debido a que el ciclo de cosecha es determinado por la suposición de que árboles entre 35 y 54 cm de dap alcanzaran un diámetro de cosecha en 25 años. En los planes de manejo usados por las organizaciones forestales en Quintana Roo la tasa de crecimiento anual para caoba es usualmente 0.8 cm y para otras especies es de 0.4 cm. Datos sobre incremento diamétrico para bosques naturales son raros. Cambranis (2000) calculo los incrementos diamétricos anuales para especies forestales con base en datos de parcelas permanentes en los ejidos Petcacab y Naranjal Poniente conformando los datos comúnmente usados en los planes de manejo (Tabla 3.2). Para caoba, otros autores han registrado tasas de crecimiento que van desde 0.43 hasta 1.37 cm. Nuestros datos probablemente son una subestimación ya que se midió un crecimiento negativo en clases diamétricas altas. Lo importante de esta observación es que la caoba tiene el potencial para un crecimiento más alto de lo que toma como promedio, pero es necesario considerar las situaciones bajo las cuales obtiene este crecimiento. De la literatura se sabe que la húmedas es muy importante para la caoba y que crece mejor cuando su copa está libre de otras copas una ves que ha desarrollado un tronco de suficiente altura.

30

Tabla 3.2: Incremento anual por clase diamétrica para especies forestales en parcelas de muestreo de 1.5 ha en el ejido Naranjal Poniente, Quintana Roo. El dato para Swietenia macrophylla son del ejido Petcacab (4.3 ha) y es calculado en diferentes clase diamétricas (en paréntesis). Dentro del paréntesis se indica el número de individuos. Existe una diferencia de tres años entre mediciones. Datos de Naranjal Poniente son de la OEPFZM; Datos de Petcacab dela SPFEQROO, S.C. Especie ICA 10-20 20-30 30-40 40-50 >50 Swietenia macrophylla 0.8 Alseis yucatanensis

0.1

Bursera simaruba

0.4

Piscidia piscipula

0.2

Pouteria reticulata

0.2

Brosimum alicastrum

0.7

Manilkara zapota

0.4

Blomia cupanoides

0.3

0.8 (15-25) (6) 0.2 (29) 0.3 (5) 0.4 (9) 0.4 (29) 0.6 (4) 0.5 (11) 0.2 (10)

1.6 (25-35) (6) 0.1 (10) 0.6 (10) 0.5 (5) 0.2 (8) 0.4 (10) 0.3 (20) 0.3 (10)

1.2 (35-45) -0.8(45-55) -1.4 (>55) (6) (4) (4) ----0.3 (7) -0.5 (4) ---

---

---

-0.2 (2) ---

---

1.0 (8) 0.3 (14) 0.8 (1)

0.3 (2) 0.3 (4) ---

2 (1) 0.5 (3) ---

---

Arquitectura forestal La figura 3.3 muestra el mapa de eco-unidades (unidades de regeneración) realizado a partir de uno de los transectos de vegetación en Xhazil donde en 1998 se extrajeron 8 individuos de caoba con dap alrededor de 70 cm. Las diferentes fases de desarrollo de las eco-unidades están representados por diferentes colores. Se encuentran regeneración reciente (innovación), regeneración avanzada con árboles que no han logrado su altura máxima (agradación), parches de árboles maduros (biostasis), parches en degeneración donde los árboles están muriendo (degradación) y parches donde los árboles en el dosel se mueren para ser reemplazados por árboles potenciales del subdosel y sotobosque (transición). En el transecto aun hay 5 caobas con dap entre 30 y 50 cm. También observamos abundante regeneración de esta especie, principalmente en la fase de innovación a 410 m. La figura también muestra claramente que la caoba crece en parches (ver fig 4, 30-50, 220-250 y de 370-420 m). Estos parches son de al menos 250 m2. La fase de agradación (Fig. 3.4) entre los 30 y 60 m (Fig. 3.3) es el resultado de la extracción de los 60’s, en este transecto los árboles de caoba tienen dap entre 13 y 32.5 cm. De este transecto y 7 otros que cartografiamos la mayor parte (entre 40 y 95%) de la superficie se encuentra en una fase de transición, la cual es susceptible a aperturas del dosel por fuertes vientos debido a lo irregular de la superficie. El (0-24), (0-12) y (3-23) % 31

corresponde a las fases de agradación, innovación y biostasis, respectivamente. Solo en la última los árboles pueden considerarse maduros. Las plántulas crecen mejor en la fase de innovación y los juveniles pueden encontrarse en fases de agradación. El mapa de eco-unidades ilustra el mosaico del bosque y muestra las áreas donde ocurren diferentes dinámicas constituyendo una herramienta útil a los forestales para su toma de decisiones. Asimismo, permite la reorientación de los inventarios forestales.

32

Figura 3.3. Mapa del transecto1 en X-Hazil. Se muestran las eco-unidades (verde oscuro en biostasis, verde medio en transicion, verde claro en aggradation, amarillo en innovación y café in degradación), caminos de arrastre (líneas negras), tocones (*), árboles muertos(+), árboles caídos (>--- 30 cm (.). El transecto tiene una longitud de 500 m y un ancho de 20 m. La eco-unidad en aggradation (ver también Fig. 5) entre 0 y 40 m originada de aprovechamiento forestal en 1960. Las dos eco-unidades in innovation fueron causadas por la caída de dos Manilkara zapota, y la extracción de una caoba ybun chactekok (Ss) a 34 m. Caminos de extracción de 1960, 1980 y 1998 no son claramente diferenciados. A 60 m justo justo debajo del camino de extraccion hay un parche formado por la caída de ramas de caoba lo cual ocasiono la caida de otros árboles. A 60m se corto una caoba en 1998 con un diamétro estimado de 80 cm. Entre 60 y 80 m hay una eco-unidad en degeneration. Otra Manilkara zapota perdió una rama durante la caíad de la caoba. Entre 80 y 100 m hay dos eco-unidades en biostasis formadascada una por un par de árboles del presente. Una de ellas formada por dos árboles de katalox (Sc) de los cuales uno fue afectado por un huracán. El área alrededor de estos árboles ha estado sujeta a la fuerte influencia de la extracción, debido a que hay varios carriles de extarcción. Parte de esta área está en innovation y parte en aggradation. A 200 m un chechem (Mb) de 40 cm dap fue cortado en 1998. A 250 m justo fuera del transect una caoba de 70 cm fue cortada en 1998. Cerca de este sitio a 240 m hay un grupo de 3 caobas de 40 a 50 cm dap. Entre 210 y 250 m los carriles de extarcción han creado una apertura a bajo del dosel, creando una eco-unidad en transición donde muchos árboles potenciales forman aún un dosel no cerrado. En este sitio (arriba de los 270 m) chak te kok (Ss) fue cosechado en el año 2000. Entre 300 y 330 m hay una eco-unidad en biostasis Manilkara zapota, principalmente. La eco-unidad en innovation a 350 m fue formada por la caída de las caobas en los 370 m, cortadas en 1998, las cuales tenian dap de alrededor de 70 cm. A 410 m otracaoba fue cortada en 1998 con un dap estimado de 70 cm. En the eco-unidad en innovation a la izquierda del tocon se encuentra un lote de regenneración de caoba. La caoba cortada a 470 m en 1998 tenía un dap de alrededorde 70 cm. Esta cayo en la dirección de 450 m y formo la eco-unidad in innovación entre 435 y 450 m. La eco-unidad en innovation entre 450 y 480 m es causada por la extracción de dos árboles grandes de tzalam (Ll) de 40 y 60 cm dap los cuales fueron cortados en 1999. Elos dejaron una pila de ramas cerca del Yaxnik (Vg) en el centro de la eco-unidad. Ay - Alseis yucatanensis, Ba - Brosimum alicastrum, Bb - Byrsonima bucidaefolia, Bs - Bursera simaruba, Cg - Caesalpinia gaumeri, Ca - Coccoloba acapulcensis, Cc - Coccoloba cozumelensis, Cs - Coccoloba spicata, Da - Dendropanax arboreus, Ec - Eugeni capuli, Gc - Guettarda combsii, Ll - Lysiloma latisiliquum, Ls - Luhea speciosa, Lx Lonchocarpus xuul, Mz - Manilkara zapota, Nc - Nectandra coreacea, Op - Ottoschulzia pallida, Pr - Pouteria reticulata, Pc - Pouteria campechiana, Pe - Pseudobombax elipticum, Sc - Swartzia cubensis, Sg - Simarouba glauca, Sm - Swietenia macrophylla, Ss - Simira salvadorensis, Vg - Vitex gaumeri.

33

Figura 3.4. Transecto de bosque en fase de aggradación ubicado a los 35 m en la Fig. 4. Todos los árboles son potenciales, los cuales aún están extendiendo sus copas. Los árboles 5 y 20 son caobas. Otros árboles: 1,3,12: chacni (Eugenia sp.); 2,17, 28: yaxche (Vitex gaumeri); 4 : chacte kok (Simira salvadorensis); 6: chac kax (¿?); 7: poom (Bursera copal); 8: Chaca (Bursera simaruba); 9, 11, 18: Chocche (Zygia stevensonii); 10, 13: laurel (Nectandra coreacea); 14: kanisté (Pouteria campechiana); 15: sac chaca (Dendropanax arboreus); 16, yaiti (Gymnanthes lucida); 19: tzalam (Lysiloma latisiliquum); 21, 23, 26: Chechem (Metopium brownei); 22: chauche (Ficus sp.); 24: tzol (Exothea paniculata); 25, 27: zapotillo (Pouteria reticulata)

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Conclusiones Aún existe poco conocimiento sobre bosques tropicales para proponer un sistema de manejo sustentable. De los datos presentados en el presente documento concluimos que la riqueza de especies arbóreas no se encuentra en peligro por la explotación forestal. Sin embargo, no hemos evaluado el efecto de la extracción selectiva sobre la diversidad de fauna. La caoba puede crecer en claros formados por la extracción forestal, entonces consideramos estos suficientes para mantener la población. El Crecimiento diamétrico es muy variable y depende de la precipitación, y de la posición del árbol con respecto a otros árboles, su posición social. Esta última puede ser mejorado por medio de intervenciones silviculturales. Las unidades de regeneración (eco-unidades en fase de innovación) cubren < 10% de la superficie y la costumbre es inventariar menos superficie para plantas pequeñas, o sea que, la población de regeneración es subestimada. Sin embargo, para asegurar regeneración en claros naturales y de aprovechamiento se necesitan al menos 1 árbol maduro de caoba por hectárea en la cercanía. Falta hacer explícitos en los inventarios las áreas/suelos con alto/bajo potencial de caoba para agilizar las intervenciones forestales. Referencias Argüelles Suárez, L.A., Sánchez Román, F., Caballero Rodríguez, A., and Ramírez Segura, E. 1998. Programa de manejo forestal para el bosque tropical del ejido Noh Bec. Tropica Rural Latinoamérica, Chetumal, México. Brokaw, N.V.L., Whitman, A.A., Wilson, R., Hagan, J.M., Bird, N., Mallory, E.P., Snook, L. K., Martins, P.J., Novelo, D., White, D. and Losos, E. 1999. Hacia una silvicultura sustentable en Belice. In: Primack, R.B., Bray, D. B., Galletti, H. A. and Ponciano, I. (eds.): La selva maya. Conservación y desarrollo. Siglo veintiuno editores, México. Pp. 297- 283. Cambranis-Muñoz, D. 2002. Evaluación del crecimiento diamétrico en árboles tropicales en la zona maya de Quintana Roo. Reporte de residencia, Instituto Tecnológico Chetumal, Chetumal, México. Dickinson, M. B. 1998. Tree regeneration in natural and logging canopy gaps in a semideciduous tropical forest. Ph.D. Thesis. Florida State University, USA. Ibarra-Manríquez G., J. L. Villaseñor, R. Durán. 1995. Riqueza de especies y endemismos del componente arbóreo de la Península de Yucatán. Biol.. Soc. Bot. Mex. 57: 49-77.

35

Knol, S. 2003. The mapping and definition of forest types in the Mexican Maya-region. Msc. Thesis. University of Wageningen, Wageningen, The Netherlands. Mayhew, J.E. and Newton, A.C. 1998. The silviculture of Mahogany. CABI. Wallingford, UK. Miranda, F. 1958. Estudios acerca de la vegetación. In: Los recursos naturales del sureste y su aprovechamiento. Edic. Inst. Mex. Rec. nat. reov. Mexico vol 2 pp. 215-271. Negreros-Castillo, P. and C. W Mize. 2003. Regenerating mahogany (Swietenia macrophylla King.) from seed in Quintana Roo, Mexico: the effects of sowing method and clearing treatment. In: Lugo, A.E., Figueroa-Colón, J.C. and Alayon, M. (eds.): Big-leaf Mahogany, genetics, ecology and management. Ecological studies 159. Springer, New York. Pp 278-287. Snook, L.K. 1993. Stand dynamics of Mahogany (Swietenia macrophylla King) and associated species after fire and hurricane in the tropical forests of the Yucatan peninsula, Mexico. Dissertation, Yale University. Snook, L.K. 1999. Aprovechamiento sostenido de caoba (Swietenia macrophylla King) de las selvas de la península de Yucatán México. Pasado presente y futuro. In: Primack, R.B., Bray, D. B., Galletti, H. A. and Ponciano, I. (eds.): La selva maya. Conservación y desarrollo. Siglo veintiuno editores, México. Pp. 98-119.

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4. ANÁLISIS TECNICO DEL SISTEMA DE MANEJO CONOCIDO COMO PLAN PILOTO FORESTAL DE QUINTANA ROO1 Por Juan M. Torres R.2 1. INTRODUCCION El manejo forestal en México se ha caracterizado por un constante ensayo y error de diferentes combinaciones de prácticas silvícolas con principios de regulación y ordenación forestal, algunos con resultados muy exitosos y otros con resultados desastrosos. Estos ensayos han pasado desde la aplicación directa de principios desarrollados en otras condiciones ecológicas y de operación, hasta el diseño de procedimientos “caseros”, basados en principios técnicos bien fundamentados y funcionales bajo condiciones de operación local. En la mayoría de los casos, los procedimientos nacionales surgieron como alternativas que trataban de solucionar “temporalmente” el problema de regular la corta bajo la premisa de un desconocimiento parcial de la dinámica de los bosques y una necesidad de sistematizar y justificar los aprovechamientos forestales. Este es el caso de la alternativa de manejo forestal en la selva de Quintana Roo (Argüelles, 1990) conocida como “Plan Piloto Forestal” (PPF). Esta alternativa de manejo tiene por objeto fomentar el manejo sostenible del bosque tropical realizado por los propios ejidos y comunidades forestales (Argüelles, 1999) e incluye no solo principios ecológicos, dasonómicos y económicos, sino tiene un fuerte componente de principios sociales que idealmente aseguran su operatividad en bosques tropicales de propiedad comunal. La evaluación de algunos resultados del uso del sistema de manejo ha llevado a realizar adecuaciones interesantes (Carreón et al., 1990; SPFEQR, 1990) que permiten reorientar los lineamientos del sistema para aproximar las metas teóricas de manejo forestal (ordenación y regulación). A pesar de ello, varios autores han puesto en tela de juicio algunos supuestos y/o algunos principios del sistema de manejo (Snook, 1991 y 1993; Negreros et al., 2000), sin

embargo, no se ha generado alguna evaluación del sistema que muestre sus bondades o deficiencias, o bien, su cercanía o lejanía con las metas, llámense ecológicas, económicas o sociales del manejo forestal. Este resume sintetiza los resultados de una evaluación parcial del sistema de manejo forestal definido en el PPF. En algunos casos se presentan evidencias empíricas de los criterios de evaluación, mientras que en otros solo se definen alternativas de evaluación.

1

Este resumen es un substracto del artículo: Análisis tecnico del sistema de manejo aplicado en las regiones forestales tropicales del sureste de Mexico. Torres R., J.M., D.B. Bray y P. Negreros. 2 Adscrito al Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), Carretera México-Toluca 3655 Lomas de Santa Fe, México D.F. 01210, e-mail: [email protected]

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2. EL SISTEMA DE MANEJO FORESTAL DEL PPF Flachsenberg y Galletti (1999) señalan que el modelo de manejo definido en el PPF es una “copia” del modelo definido por MIQRO (Medina et al., 1968) con la adición de “medidas silvícolas que aseguran un mínimo de racionalidad técnica”. Sin embargo, los objetivos planteados en el sistema de manejo forestal del PPF (Argüelles et al., 1993) van más allá del simple control de la corta definido por MIQRO y señalan entre otras cosas: a) “establecer un equilibrio entre el volumen que se extrae y el que se repone en el mismo periodo de crecimiento” (sostenibilidad de la cosecha), b) “crear las condiciones ambientales necesarias para que los árboles puedan reproducirse y desarrollarse adecuadamente” (regeneración) y c) “buscar que en el bosque existan siempre individuos de todos los tamaños y edades, de tal manera que cada año se puedan cortar los que ya están suficientemente grandes” (regulación de la cosecha acompañada de una sostenibilidad de la estructura y mezcla de especies). Para el logro de tales objetivos el sistema de manejo tiene varias medidas silvícolas y de manejo, mismas que tienen como base los siguientes supuestos:  Toda el área de cosecha tiene el mismo rendimiento.  El volumen de arbolado con diámetro superior a 55 cm corresponde al volumen cosecha.  La periodicidad de los ciclos de corta es de 75 años.  La estructura actual esta balanceada y se conserva balanceada.  La sola apertura del dosel y las plantaciones de enriquecimiento aseguran la regeneración de las especies guía. 3. ANÁLISIS DE LOS SUPUESTOS DEL SISTEMA DE MANEJO FORESTAL DEL PPF

A continuación se hace un análisis de cada uno de los supuestos del sistema de manejo forestal del PPF (SMPPF) arriba señalados, enfatizando sus implicaciones en el mantenimiento de un flujo continuo (o de mínima varianza) y permanente de bienes y servicios derivados del bosque tropical. Toda el área de cosecha tiene el mismo rendimiento. El supuesto de que el volumen de cosecha de las especies guía debe ser similar en cada área de corta y dentro de éstas, en cada bloque, presupone que cada bloque y área de corta tienen el mismo rendimiento (equiproductivo). Gracias a este supuesto, es posible definir una ordenación de la cosecha con áreas de corta del mismo tamaño y supuestamente tener un método de control (del volumen de cosecha) por área. La ordenación de la corta por área sin duda es una excelente selección para este tipo de bosque, ya que la fisiografía es casi plana y la definición de las áreas o secciones de corta

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anual se puede realizar de una manera sencilla3. Sin embargo, la regulación de la corta tiene un problema, ya que un principio básico del método de control por área es que las áreas o secciones de corta deben ser equiproductivas, esto es, deben tener el mismo rendimiento, lo cual garantiza que proporcionen un volumen de cosecha sostenido a lo largo del tiempo. Dado que este no es un criterio de selección y delimitación de las áreas de corta en Quintana Roo es muy probable que las áreas de corta no sean equiproductivas y que la regulación de la corta no se realiza en forma apropiada. De aquí que resulta evidente que cosechar los mismos volúmenes en cada área de corta causará una sobre explotación de algunas áreas y una subexplotación de otras, independientemente de que el volumen de cosecha en toda la zona sea sostenible o no. Existen dos formas de comprobar que esta dinámica de liquidación excesiva de áreas deficitarias se está desarrollando. La primera es por la simple comprobación de los volúmenes en dos inventarios sucesivos. Si la liquidación se esta llevando a efecto se esperaría que aumente la varianza en los volúmenes de caoba en inventarios sucesivos, dado que se abre más la brecha entre áreas de corta sobre explotadas y aquellas subexplotadas. Una segunda forma de comprobar que la dinámica de liquidación de áreas deficitarias se esta llevando a efecto es el análisis de los volúmenes de cosecha. En este caso se esperaría una reducción de los volúmenes de cosecha con el paso del tiempo debido a dos efectos; el primero es un efecto de corto plazo ocasionado por el aumento en la varianza de los volúmenes por área de corta que forzará a reducir los volúmenes de las áreas excedentes para hacerlos coincidir con los de las áreas deficitarias. El otro es un efecto de largo plazo ocasionado por forzar la cosecha de áreas de corta similares con volúmenes de cosecha diferentes y dentro de un bosque deficitario y con discontinuidades en sus categorías de edad (i.e. el mayor porcentaje de arbolado se encuentran en un estado maduro). Este último efecto ha sido ampliamente documentado y se le conoce como “efecto declinante de la corta” (Bell, 1977; McQuillan, 1986; McQuillan, 1991). Ambos efectos se pueden constatar al revisar la dinámica de los volúmenes de corta de la zona en los últimos 15 años. El volumen de arbolado con diámetro superior a 55 cm corresponde al volumen cosecha. La estimación del volumen de cosecha a partir de un diámetro comercial mínimo ha sido por décadas la regla de cosecha más usada bajo sistemas de selección, sin embargo esta regla tiene ventajas y desventajas. La primera desventaja es que en poblaciones maduras el número de árboles arriba de este diámetro mínimo puede ser muy grande, dando como resultado una corta excesiva debido a la abundancia de arbolado maduro. La corta excesiva puede considerarse como una liquidación del arbolado maduro (excedente) y puede ser recomendable en la medida que no sea tan severa que ponga en peligro la reproducción de la especie4, o bien, que cree reducciones en los volúmenes de cosecha por debajo del volumen de sostenible en periodos subsecuentes.

3

Además de estas ventajas, el procedimiento permite reducir los costos de extracción, ya que el bosque parte de una situación ordenada (aunque no regulada). 4 Snook (1999) señala que es notable la falta de regeneración en selvas aprovechadas.

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Una forma de comprobar que este nivel de cosecha no pone en peligro el futuro rendimiento es analizando la estructura actual. Si tal estructura permite obtener un volumen de cosecha sostenible en futuros ciclos de corta, entonces la liquidación no ha sido excesiva5 (a pesar de que los volúmenes posteriores sean menores). Para probar esta hipótesis se consideró la información de crecimiento del segundo plan de manejo del ejido Noh Bec (Argüelles et al., 1998) y las estimaciones de inventario del Ejido Laguna Kana, mismas que se muestra en el Cuadro 5.1. Cuadro 4.1. Crecimiento promedio de caoba en Quintana Roo. Crecimien to Categorí Crecimient Crecimient Crecimie acumulad a Número o en o en nto en o en diamétri de diámetro volumen volumen volumen ca árboles/ (cm/año/ár (bf/año/ár (m3/ha/añ (m3/ha/añ (cm) ha bol) bol) o) o) †† †† ††† ††† † †

Crecimiento acumulado en volumen por ciclo de corta (m3/ha/25 años) †††

0-25

2.68

0.240

1.100

0.0070

0.0070

0.1739

25-35

2.03

0.410

3.250

0.0156

0.0225

0.5631

35-45

1.26

0.515

5.150

0.0153

0.0378

0.9459

45-55

0.93

0.565

7.100

0.0156

0.0534

1.3355

55-65

0.48

0.610

8.900

0.0101

0.0635

1.5875

65-75

0.22

0.570

8.400

0.0044

0.0679

1.6965

75-85

0.13

0.510

7.800

0.0024

0.0703

1.7563

0.17

0.500

7.300

0.0029

0.0732

1.8295

>85 †

Fuente: Promedio de inventarios reportados en Carreón et al., 1990 y Argüelles et al., 1998 †† Fuente: Promedio ajustado derivado de información de Argüelles

La estructura promedio de tamaños es una estructura con cierto balance en categorías intermedias y muy desbalanceada en categorías inferiores. Sin embargo, no existe ninguna base para asegurar que la relación de tamaños entre categorías (factor q de Liqourt) sea la más apropiada, sobre todo conociendo el comportamiento reproductivo y las condiciones de desarrollo de la caoba. A pesar de ello es posible argumentar que la estructura de tamaños es muy homogenea en las dos comunidades de referencia (Laguna 5

Observe que aquí se considera el crecimiento neto en volumen (crecimiento menos mortalidad) de las categorías de tamaño inferiores y no se hace referencia al crecimiento en diámetro como comúnmente se ha argumentado (Snook, 1993; Snook, 1999). Es posible que el rendimiento en volumen con diámetro comercial no se logre en el periodo previsto, sin embargo, si el crecimiento neto en volumen de las categorías inferiores es mayor o igual al volumen de cosecha se garantiza que no se exceda el volumen de corta. Tal volumen será sostenible aunque no corresponda a las necesidades comerciales.

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Kana y Noh Bec) y bajo varios supuestos podría ser una indicación de la estabilidad de la estructura. Con base en este argumento, el rendimiento poblacional de caoba es igual al crecimiento acumulado por las categorías inferiores a la categoría de diámetro mínimo durante el ciclo de corta (25 años), mismo que de acuerdo al Cuadro 1 es del orden de 1.34 m3/ha/ciclo de corta. Tal rendimiento resulta inferior a las posibilidades de cosecha calculadas para los dos ejidos de referencia, por lo que se puede argumentar que la liquidación del excedente es excesiva. Adicionalmente se puede observar que el rendimiento de las categorías inferiores a 25 cm (0.0070 m3/ha/año) es inferior al valor promedio de las categorías de inventario superiores (0.0155 m3/ha/año), lo que confirma que aunque la posibilidad se reduzca a 1.34 m3/ha el volumen de cosecha será menor en 30 años. La corta de arbolado con diámetro mínimo tiene también ventajas, como asegurar que haya cierta disponibilidad de semilla para la regeneración. Sin embargo, también origina otro problema práctico que consiste en que los volúmenes a cortar se aglutinan en los primeros frentes de corta por lo que la cosecha no se distribuye homogéneamente en toda el área de corta. El problema se acentúa cuando el aprovechamiento se realiza en frentes de corta regulares como es el caso en el área de estudio. Esta práctica puede tener un resultado positivo si la regeneración es buena en las áreas sobre aprovechadas, pero puede tener un efecto de liquidación si la regeneración no es la apropiada. Por otro lado, la práctica no permite una regulación de la estructura en cada área de corta, lo que a fin de cuentas asegurará la sostenibilidad de los volúmenes de cosecha.

La periodicidad de los ciclos de corta es de 75 años. La periodicidad de los ciclos de corta en el sistema de manejo definido en el PPF tiene un significado diferente al que se usa en la nomenclatura tradicional de manejo de masas irregulares, ya que en este caso se refiere a que después de tres ciclos de corta se recupera el volumen inicial de maderas preciosas existentes en el área y no se refiere a la recuperación de la estructura y mezcla de especies al inicio de la aplicación de las cortas. La estimación de esta periodicidad se basa en el supuesto de que el turno del cedro y/o caoba es cercano a los 75 años, de aquí que es probable recuperar a estos individuos en este periodo de tiempo. Este supuesto del PPF es el que ha originado mayor controversia, ya que se argumenta que habiendo un turno tan corto se demandará una tasa de crecimiento que no es posible lograr, por lo que el turno tan corto hace que la estrategia no sea sustentable. Sin embargo, los argumentos no tienen mucha validez técnica debido a que el volumen de cosecha no debe depender de este valor, sino de la capacidad de la masa residual de generar crecimiento.

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La estructura actual esta balanceada La liquidación acelerada de excedentes de volumen y el supuesto de que las categorías inferiores rendirán volúmenes de corta similares en los siguientes ciclos de corta presupone una estructura de tamaños (edades) balanceada. El PPF al igual que el MMOM asumen la existencia de una estructura balanceada al inicio de la intervención (Argüelles, 1991) y no solo eso, sino que la estructura balanceada permanecerá con la simple corta de arbolado comercial. Sin embargo, algunos estudios muestran la falta de regeneración (Snook, 1999), la escasez de árboles jóvenes plenamente establecidos (Miranda, 1958; Wolffsohn, 1961; Lamb, 1966; Snook, 1996), densidades regulares de árboles en reserva entre los 30-40 cm (Snook, 1993) y densidades de arbolado de tamaño comercial de 1 individuo por hectárea (Snook, 1999); en una palabra, una estructura que por ningún motivo esta balanceada. El resultado de que la estructura no esté balanceada da por resultado una variación en los volúmenes de cosecha en los siguientes ciclos de corta. El resultado parecería no tener complicaciones si se considera aislado, simplemente se asume una variación de volúmenes de cosecha. Sin embargo, se vuelve peligroso cuando se combina con los demás elementos de control de la corta dentro del sistema de manejo del PPF. Por ejemplo, si se conservan áreas de corta del mismo tamaño y se extraen los mismos volúmenes en cada una de ellas, esto quiere decir que se seguirán sobre explotando algunas áreas con el consecuente riesgo de extinción. Desde el punto de vista práctico, tal extinción puede crear una desmotivación por mantener el uso forestal de tales áreas de corta, poniendo en riesgo el uso forestal permanente de esas áreas. Finalmente, pensar en manejo irregular con una estructura balanceada es algo complicado en bosques con una sola especie, donde se puede incluso asegurar una tasa de regeneración. De aquí que pensar que se puede lograr esta meta en un bosque tropical con una enorme cantidad de especies y donde la regeneración depende en gran medida de eventos fortuitos, resulta prácticamente una meta inalcanzable.

4. RECOMENDACIONES AL SISTEMA DE MANEJO FORESTAL DEL PPF Sistema silvícola: El sistema silvícola de selección con la variante de manejar grupos en lugar de árboles individuales parece ser una opción apropiada. Al aclarar los bosquetes de caoba en cortas sucesivas con el fin de promover una regeneración se permite brindar árboles padre suficientes para la producción de semilla. De igual forma, en cortas sucesivas de fuerte impacto se expone a la regeneración avanzada a prolongados periodos de luz, necesarios para el desarrollo de la especie y la reducción de competencia de

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especies más tolerantes. Este manejo requerirá de una mayor actividad en los bosquetes, de realizar prácticas apropiadas para incentivar la regeneración, sincronizar los periodos de fructificación con los periodos de cosecha (Snook, 1999) y de realizar prácticas adicionales para asegurar que las aberturas producidas por la extracción garanticen las condiciones de luz necesarias para el establecimiento y desarrollo de la especie en sus primeras etapas. Áreas de corta del mismo tamaño: La estrategia de control a través de áreas de corta con áreas del mismo tamaño parece ser muy práctica desde el punto de vista operativo y facilita la ordenación de la corta manteniendo costos de operación relativamente constantes. Ciclo de corta: El ciclo de corta de 25 años parece un periodo razonable. Los ciclos de corta usados en la práctica varían entre 15 – 30 años (Wyatt-Smith, 1963; Graaf, 1982; Alder, 1992; Osho, 1995; Bruenig, 1996) y la variación depende de las tasas de crecimiento en volumen. Usualmente en bosques tropicales se han estimado tasas de crecimiento entre 1 – 5 m3/ha/año, con remociones de arbolado de tamaño comercial de alrededor de 2 m3/ha (Bruenig, 1996). En un manejo irregular la elección de un ciclo de corta no depende nunca del turno (de hecho, turno es un concepto que no se aplica en un manejo irregular), depende de la tasa de crecimiento y la estructura residual. En sistemas modernos de manejo de áreas tropicales los ciclos de corta se fijan de acuerdo a criterios operativos (mínimo volumen a extraer, densidad y mantenimiento de caminos, entre otros) y los tiempos de paso máximos a categorías comerciales. Evidentemente en estos sistemas los volúmenes de extracción son diferentes de área de corta a área de corta a fin de cosechar exactamente lo que el bosque rinde. De igual forma, el manejo enfatiza los tratamientos en las poblaciones residuales.

5. CONCLUSIONES El sistema de manejo de bosque usado en el sureste mexicano presenta varias deficiencias para mantener un esquema de aprovechamiento sustentable. El sistema se ha derivado de principios de liquidación que no resultan válidos dada la composición actual de la masa residual. El uso de este sistema dará por resultado una degradación de la estructura de especies preciosas reduciendo notablemente sus niveles de inventario. Si esta degradación no origina un cambio de uso del suelo es probable que la masa pueda recuperarse en un turno de aproximadamente 80-100 años. Por otro lado, la estrategia de liquidación no solo es acelerada, sino que además provoca una enorme variación en los volúmnes de cosecha, lo que da por resultado un enorme incremento en los costos de extracción. El PPF inició en 1983 con diez ejidos localizados en el sur del estado que poseían bosques tropicales, acutalmente se ha extendido a toda la Península, pero sin

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duda es importante reconsiderar los problemas que presenta como sistema de manejo de áreas tropicales.

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5. MAPEO PARTICIPATIVO PARA EL MANEJO FORESTAL COMUNITARIO Y PLANIFICACIÓN DEL USO DE SUELO Y LAS DINÁMICAS DE COBERTURA DEL SUELO EN DOS COMUNIDADES MAYA EN QUINTANA ROO, MÉXICO1 Por Christopher T. Beck, Edward A. Ellis, Carmen C. Cáceres Introducción Mientras que la elaboración de mapas permanece en gran parte bajo el dominio de instituciones gubermentales y geográficas, los indígenas alrededor del mundo están haciendo ahora sus propios mapas en sus luchas por los derechos de tierra, el control de los recursos naturales y el manejo territorial. La cartografía ha provisto a los nativos, como los Miskito, Embera, Wounaan y Kuna en América Central, así como a los nativos en Canadá, con un instrumento para legitimar sus reclamos a sus tierras y al manejo de sus recursos demostrando el uso del suelo y la ocupación tradicional en una manera que los gobiernos y los jueces entienden (Chapin 1994; Nietschmann 1995; Tobias 2000). La cartografía cultural demuestra la relación cercana entre los bosques y los patrones de vegetación con los usos y los patrones de asentamiento de los indígenas. Los mapas representan la cosmovisión y el conocimiento ecológico tradicional de los indígenas. El papel siguiente describe el proceso del mapeo participativo comunitario emprendida en dos comunidades Maya del centro de Quintana Roo, México, discute los desafíos y las oportunidades del proceso del mapeo para las dos comunidades, así como la información valiosa y el conocimiento obtenidos por los investigadores en la comprensión de las relaciones entre el disturbio natural y los patrones de uso de los recursos con las dinámicas de la cobertura del suelo. Enfoque del Proceso de Mapeo Participativo Comunitario El mapeo participativo con comunidades rurales ha llegado a ser una herramienta popular en los proyectos internacionales de desarrollo y conservación desde la década de los 80 con la adopción extensa de los enfoques de Evaluación Rural Participativa (ERP). Robert Chambers (1994:953) ha definido la ERP como “las familias de enfoques y métodos que permiten a la gente rural compartir, mejorar y analizar su conocimiento de la vida y las condiciones para planear y actuar”. La adopción de la ERP y las estrategias participativas del manejo de los recursos naturales sobre las pasadas dos décadas se debe en gran parte al fracaso del modelo de desarrollo de arriba hacia abajo y programas manejados mayormente por los expertos en el sector rural (Chambers 1994; Pretty 1995). La ERP alienta un enfoque “de abajo hacia arriba” donde los peritos foráneos juegan el papel de proveedores de información técnica y de facilitadores, alentando la participación de la gente local en reunir y organizar información, analizar problemas y evaluar las maneras diferentes de resolver los problemas. Este enfoque coloca valores altos en el 1

Traducido del inglés

por Rosa Cossio.

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conocimiento local, y busca incluir las perspectivas de grupos diferentes dentro de la comunidad. Algunas de las técnicas o herramientas utilizadas comúnmente en la ERP son las reuniones de grupo, los dibujos y las discusiones, el mapeo participativo, las caminatas de transectos, los perfiles históricos, la clasificación y el ordenamiento de ejercicios y el teatro popular (Davis Case 1990; Lara et al. 1996). El mapeo participativo en un enfoque de ERP a menudo toma la forma de hacer bosquejos de mapas usada para capturar las percepciones espaciales de la gente y analizar las diferentes uniones, patrones e inter-relaciones. Los bosquejos de mapas pueden ser dibujados sobre el suelo usando palos y materiales como piedras y ramitas, o pueden ser hechos en una manera más permanente y correcta cartográficamente (Davis Case 1990; Fortmann 1996; Rocheleau et al. 1995). Jackson et al. (1994) discute la utilidad de los bosquejos de mapas para trabajar con la gente local en definir los límites del bosque y las ocupaciones, localizar las características físicas y para representar los tipos diferentes de bosques y sus condiciones. Ellos anotan que el bosquejo cartográfico “provee la base para identificar las áreas potenciales del bosque comunitario, definiendo los grupos de usuarios del bosque, proporcionando consejo técnico, discutiendo las opciones de manejo con los grupos de usuarios del bosque, estableciendo objetivos de planificación y monitoreando (o controlando) el progreso” (Jackson et al. 1994:2). SIG y Cartografía Participativa

Los avances en las tecnologías de información espacial han resultado en posibilidades nuevas para la cartografía basada en las comunidades. Los sistemas de información geográfica (SIG), los sistemas de posicionamiento global (GPS) y la percepción remota llegan a ser cada vez más fáciles de utilizar y más económicos, y por lo tanto más accesible para los indígenas (Poole 1995). Mientras estas tecnologías avanzadas presentan muchas oportunidades nuevas para la cartografía basada en las comunidades, la fuente básica de información permanece siendo el conocimiento tradicional (Mohamed y Ventura 2000). El uso de fotos aéreas y de imágenes de satélite como una base sobre la cual se dibujan los mapas participativos está aumentando constantemente. Los reportes (o informes) del trabajo forestal comunitario en Nepal han encontrado que “las fotografías aéreas hicieron que la información, los temas circundantes al manejo forestal y los procesos participativos sean más accesibles a los analfabetos” (Mather 2000:161). Se encontró también que los grupos diferentes de usuarios ven la información fotográfica como confiable y auténtica, lo cual crea un sentido de seguridad y confianza en la información base y alienta la participación más activa en los procesos de toma de decisiones basados en las comunidades (Mather 2000; Mather et al. 1998). Las imágenes de satélite se utilizan cada vez más para la cartografía comunitaria así como los costos y la calidad de las imágenes que están disponibles llegan a ser más accesibles. Una gran variedad de mapas pueden ser elaborados utilizando la percepción

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remota de imágenes de satélite y el SIG que son útiles para el manejo de los recursos y para monitorear los cambios (Mohamed y Ventura 2000; Poole 1995). En una guía para utilizar imágenes de satélite y GPS para el mapeo con comunidades indígenas y rurales en la Amazonía Brasilera, los autores notan la facilidad con la cual la gente local reconoce e interpreta el paisaje en las imágenes. Ellos explican también la utilidad de las imágenes de satélite Landsat (con cada imagen cubriendo 185 km X 195 km) para la cartografía de territorios grandes y difíciles de acceder en el Amazonas (Alechandre et al. 1998).

Cartografía Participativa en dos Comunidades Maya Un enfoque del mapeo participativo integrando las imágenes de satélite, la percepción remota y las tecnologías del SIG fue adoptado para mapear el territorio y los usos de recursos naturales en dos comunidades Maya para la planeación de la forestería comunitaria y el uso del suelo. Las dos comunidades indígenas o ejidos (tierra poseída comunalmente), Kampokolche y Santa María Poniente, están localizadas en la parte central del estado de Quintana Roo (Figura 5.1). Esta área es conocida como la “Zona Maya”, debido a la dominancia de los Yucatec-Maya hablantes que habitan esta área. La gente Maya que habita el centro de Quintana Roo se refieren como los “Macehual” y se asentaron en los bosques orientales de la Península de Yucatan a mediados del siglo 19 buscando refugio y autonomía durante la rebelión Maya conocida como “la Guerra de las Castas” de Yucatán (Reed, 1964). Las comunidades Maya Macehual practican el cultivo de rotación (corte y quema) como su estrategia principal de subsistencia, concentrándose en la producción de maíz, frijoles y calabaza así como otras verduras, cultivos de raíz y frutas. Su estrategia de subsistencia depende también del bosque seco tropical que los rodea. Los campos agrícolas o milpas (0.25 – 2 ha) son clareados en el bosque, donde son trabajados por 3 años, después de los cuales son utilizados como huamil y generalmente trabajados otra vez después de que el huamil ha crecido. Los bosques y los huamiles los proveen también con una fuente importante para muchas de sus necesidades de subsistencia incluyendo leña, materias de construcción (como vigas y hojas de palma) para construir sus hogares, carne de monte, medicinas, frutas y forraje para sus animales. Los Maya Macehual tienen también una historia de ocupación en las actividades comerciales forestales. Ellos han estado extrayendo látex o chicle (utilizado como la base para la goma de mascar natural) por más de 80 años, así como aprovechando madera, produciendo durmientes para vias de ferrocarril y vendiendo palizada para la construcción. En décadas recientes, desde 1985, las empresas forestales comunitarias han reemplazado las concesiónes grandes industriales. Santa María es un pueblo de aproximadamente 588 personas, con un territorio comunal de aproximadamente 9,225 hectáreas. Su territorio está cubierto en gran parte por bosque maduro, y el chicle y el aprovechamiento de madera han jugado un papel importante en la economía de la comunidad por generaciones. Kampokolche es un pueblo de 521

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personas, con un territorio de 5,709 ha. Sólo una parte pequeña del territorio comunal es bosque maduro, y las actividades forestales comerciales han jugado un papel más pequeño en la economía local que en Santa María. Las comunidades de Santa Maria y Kampokolche son miembros de una organización regional de manejo forestal comunitario llamada la Organización de Ejidos Productores Forestales de la Zona de Maya (OEPFZM). La OEPFZM tiene una presencia regional fuerte, con 24 comunidades miembros. Ellos proveen a sus comunidades miembros con ayuda técnica para una variedad de actividades como el manejo forestal, agroforestería y agricultura sostenible. Durante el tiempo del proyecto, el equipo de mapeo central se compuso de investigadores de la Universidad de Quintana Roo con experiencias multidisciplinarias en los campos de Antropología, Sociología, Silvicultura y SIG. Las metas generales del trabajo fueron explorar los métodos y las tecnologías del SIG que podrían ser utilizados para trabajar con comunidades indígenas para la planificación participativa del uso del suelo y el maneio forestal comunitario, y para producir mapas e informes para las comunidades que servirían como una herramienta para los procesos de planificación al nivel local y para las interacciones con los actores externos. Más específicamente, los objetivos que guiaron el mapeo participativo y sirvieron como nuestro compromiso a la comunidad fueron los siguientes:  El análisis de cómo los diferentes recursos forestales y naturales son utilizados y manejados, quiénes los utilizan y cómo el uso de los territorios ha cambiado con el tiempo  El análisis de los problemas con el manejo del suelo y los recursos, y las maneras de dirigir estos problemas  Crear un mapa del territorio del ejido mostrando lugares y recursos naturales, tipos de comunidades de vegetación así como otros límites y características importantes  Creación de un reporte (informe) que explique el proceso cartográfico y documente el manejo de los recursos Reuniones Iniciales y Estudios

Antes del inicio del proyecto de mapeo participativo, fue importante tener el apoyo de las comunidades. Las reuniones introductorias iniciales se hicieron para presentar el proyecto y asegurar el apoyo de los líderes comunales e individuos en las comunidades, especialmente aquellos interesados en participar directamente en el trabajo. Las reuniones introductorias se condujeron tanto en Maya como en Español. La mayor parte del equipo cartográfico tuvo experiencia de investigación previa en Santa María y estuvo ya familiarizado con la comunidad y los aspectos relacionados al uso del suelo y de los recursos naturales. Sin embargo, este no fue el caso de Kampokolche. Con el propósito de aprender más acerca de esta comunidad y estar informado del uso de sus recursos, el equipo cartográfico condujo un estudio pequeño basado en entrevistas de

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grupo. Los temas claves dirigidos en el estudio fueron la historia del ejido, el gobierno comunal, las actividades principales de subsistencia y el uso y manejo de los recursos naturales. Este proceso ayudó a construir la confianza entre los miembros de la comunidad y los investigadores. Esto permitió también que los investigadores identificaran los elementos claves del contexto cultural, socioeconómico y biofísico que fueron necesarios considerar en el diseño de talleres de cartografía subsiguientes. Otro tema clave que fue necesario dirigir fue quién participó en el proceso. Los intereses de la comunidad en su totalidad se deben considerar en el proceso. Trabajando en el contexto del sistema de tenencia del ejido presentó ciertas dificultades para asegurar la participación de grupos diferentes. Por ejemplo, las mujeres generalmente no tienen derechos en el ejido y por lo tanto no tienen voz ni voto en los procesos colectivos de toma de decisiones con respecto a las tierras y a las actividades comerciales del ejido. Esto, junto con los factores culturales definidos, hizo difícil incorporar a las mujeres en el proceso cartográfico. También fue difícil incluir a los hombres jóvenes al final de su adolescencia o en sus tempranos veintes, debido a que ellos no tienen derechos en el ejido. También, la mayoría de ellos estuvieron ocupados en trabajos temporales fuera del ejido y no estuvieron presentes físicamente cuando hicimos el trabajo.

Análisis Temático y Talleres de Mapeo Las reuniones de trabajo conceptualizadas como “talleres” fueron la arena principal para el análisis participativo y el trabajo cartográfico. En cada comunidad, se tuvieron cuatro reuniones con el grupo principal de hombres que participaron en el trabajo. Los participantes fluctuaron de 20 a 65 años de edad. Las autoridades del ejido participaron y dieron su apoyo total al proceso en ambas comunidades, lo cual fue fundamental para la legitimación y el éxito del trabajo. En Kampokolche el número promedio de participantes por reunión fue cerca de 10 y en Santa María fue 7. La dinámica fue diferente en las dos comunidades. Los talleres atrajeron el interés y la participación de más personas en Kampokolche, sin embargo en Santa María, un grupo más pequeño de participantes estuvo comprometido más activamente en el trabajo. Los talleres fueron dados tanto en Maya como en Español, con una investigadora bilingüe traduciendo cuando fue necesario. Fue importante para los participantes expresarse en su propio idioma para capturar la riqueza del conocimiento y sus perspectivas. La dinámica en las reuniones y el trabajo en general entre los investigadores y los miembros de la comunidad fue una de respeto y conocimiento. Se preparó un mapa base para el taller, generado de un compuesto de una imagen de satélite Landsat ETM reciente (Marzo del 2000) impreso en tamaño grande (60 por 80 cm), para facilitar el trabajo del grupo. Los colores compuestos de la imagen utilizada como mapa base hizo fácil de distinguir las áreas agrícolas, el bosque joven en regeneración y las áreas de bosque maduro. Los límites del territorio del ejido fueron incluidos también en el mapa base.

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En el primer taller comunitario, los investigadores explicaron algunos de los conceptos básicos de los mapas, como la escala, la orientación, etc. Los investigadores explicaron también en términos fáciles de entender de dónde provino la información (percepción remota satelital) y cómo se creó el mapa. Cada miembro de la comunidad tiene su propio “mapa mental” del territorio del ejido, sin embargo ellos nunca habían visto el ejido “desde arriba” con esta tecnología. La introducción del mapa generó gran interés, propiciando la participación y la discusión. Los participantes del taller fueron muy rápidos para interpretar la imagen, encontrando los lugares importantes que son los puntos de referencia comunes, así como las áreas agrícolas donde ellos, así como otros, trabajaron. Durante la primera reunión, características como carreteras, caminos de aprovechamiento de madera, senderos, cenotes, ruinas, asentamientos abandonados y otras características mayores fueron localizadas y dibujadas en el mapa base con marcadores borrables sobre una hoja plástica transparente. Las reuniones siguientes trabajaron de manera semejante. Cada reunión fue enfocada en un tema particular relacionado al manejo forestal y al uso del suelo en el territorio del ejido. La información generada en cada reunión fue capturada en transparencias y sirvió como “capas” nuevas de información en el mapa base. Los temas dirigidos en los talleres fueron: el uso y el manejo de los recursos forestales, para subsistencia y propósitos comerciales, las relaciones y las dinámicas entre tierras agrícolas y forestales, y los cambios en el uso del suelo y en las actividades de subsistencia en décadas recientes. La información generada en los talleres fue complementada también con discusiones informales y por entrevistas semi-estructuradas con gente identificada como “expertos” en temas particulares cuando fue requerido. Para el taller enfocado en cambios en el uso del suelo con el tiempo, se utilizaron mapas adicionales para el análisis y la discusión participativa. Utilizando imágenes de satélite clasificadas de las décadas de los años 70 y 80, el estado actual del uso del suelo y de los recursos forestales fueron comparados con décadas previas. El impacto de algunos proyectos y programas significativos fueron notados durante las discusiones sobre la historia del uso del suelo, eventos importantes y actividades de subsistencia que podrían ser atribuidas a los patrones de cobertura del suelo observada en las imágenes. Para incluir las perspectivas de las mujeres en el proceso cartográfico y de análisis, se organizó un taller adicional. Estos talleres se tuvieron con alrededor de 10 mujeres que expresaron el interés de participar. En la reunión, los temas discutidos fueron los recursos forestales que las mujeres utilizaron y manejaron, y el acceso y la participación en la toma de decisiones con respecto al uso del bosque y del suelo. Más tarde, se hicieron visitas a cada una de sus casas y solares para ver los usos de los recursos forestales, y para discutir y clarificar posteriormente los temas de información que fueron mencionados en la reunión. La información reunida, como las áreas para colectar ciertos recursos forestales, fueron incorporadas luego en el mapa y también incluidas en los reportes (informes).

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Transectos de Mapeo Los transectos en el territorio del ejido fueron hechos a pie, en bicicleta y en vehículos. Los transectos fueron hechos con los participantes del taller quienes tuvieron un conocimiento detallado del territorio. Durante los transectos, puntos de GPS fueron colectados localizando y corroborando las características del mapa como los lugares importantes, los senderos y las carreteras y los tipos de uso del suelo y de vegetación. Los límites de las áreas importantes como las reservas forestales fueron trazados también con el GPS. Los transectos fueron muy importantes para que los investigadores aprendan acerca del territorio del ejido y las actividades de subsistencia de la comunidad, y para entender mejor el contexto de los temas y las discusiones de los talleres. Las discusiones durante las caminatas de los transectos fueron fructíferas, porque ellas proporcionaron la oportunidad de hablar más a fondo mientras se veían las cosas a primera mano. Ellos sirvieron también como espacios para confirmar y clarificar información generada en los talleres. En ambos ejidos, se acordó que el mapa final del ejido incluiría una clasificación de la vegetación y el uso del suelo, basados sobre las imágenes de satélite Landsat. Para hacer esto, más de 100 puntos de verificación de suelo fueron tomados con el GPS de los tipos diferentes de vegetación en partes diferentes del ejido. En cada punto, los participantes identificaron el tipo de vegetación o el uso del suelo, que se utilizaron luego para la clasificación de percepción remota.

Mapa Final e Informes Se dedicó un conjunto de reuniones finales a verificar errores, omisiones y problemas de deletreo en los mapas. Otras decisiones finales fueron decidir lo que se excluiría y lo que se incluiría, así como corregir el deletreo en el idioma Maya, porque se hicieron los mapas en forma bilingüe. Se verificó también la clasificación de la vegetación y el uso del suelo, para asegurar que la interpretación del investigador fuera correcta. Después de algunas discusiones y explicaciones por parte de los investigadores y los miembros de la comunidad, se logró un acuerdo sobre la nomenclatura final de la clasificación y se aprobó por las autoridades del ejido. Los mapas finales fueron producidos utilizando software de SIG para incorporar todas las características mapeados y los límites del ejido sobre las imágenes de vegetación y de uso del suelo así como incorporar las leyendas y las escalas. Estos mapas se muestran en las Figuras 5.2 y 5.3. Los informes finales explicaron el proceso cartográfico e incluyeron la información más importante generada en los talleres. Las versiones pequeñas del mapa final, así como los mapas que muestran el cambio en el uso del suelo y la vegetación sobre las pasadas pocas décadas, se incluyeron también en el informe de la comunidad. Los productos finales, los mapas y los informes fueron presentados en cada comunidad en una asamblea. Una versión calibrada grande del mapa (86 por 110 cm) fue enmarcada en madera y protegida con plástico para protegerlo de los elementos (la lluvia y el polvo). La comunidad decidió que ellos colgarían el mapa en la oficina de la sub-delegación, donde este fuera accesible

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a todos los miembros para consulta. Otro mapa del mismo tamaño, así como una copia del reporte (informe), fue entregado a la autoridad del ejido. En ambas comunidades, el mapa final pareció exceder las expectativas de los participantes en los talleres así como de los otros miembros de la comunidad. La reacción a los productos finales por parte de las comunidades puede probablemente ser atribuido al hecho que a diferencia de la mayoría de las promesas hechas por gente no local, nosotros cumplimos con nuestra promesa y entregamos productos finales de calidad.

Desafíos y Oportunidades de la Cartografía Comunitaria en la Zona Maya

Emprender proyectos cartográficos de esta naturaleza, utilizando GPS, percepción remota y SIG para la cartografía digital, puede generar información importante y útil. Sin embargo, esto requiere también capacitación especializada y el uso de tecnología avanzada. La cartografía con este nivel de tecnología requiere que las comunidades indígenas trabajen en colaboración con ONGs, universidades y otros actores que puedan ofrecer el apoyo necesario. El apoyo de nivel mediano o de las organizaciones de base que trabajan con comunidades indígenas y rurales, están también en una posición muy buena de ayudar a las comunidades con sus necesidades de manejo de sus recursos y de planificación del uso del suelo. Ellos tienen la ventaja de trabajar generalmente mucho más cerca con varias comunidades, así como en un compromiso a largo plazo. La adopción y el uso de estas tecnologías no son instantáneos, requiriendo capacitación especializada así como un ambiente de organización que aliente un proceso de aprendizaje compartido con las comunidades con las que se trabaja. Poole (1995) nota que los grupos indígenas en Canadá han sub-utilizado una parte grande (80%) de la tecnología del SIG que ellos han obtenido. El menciona la falta de capacitación inicial, la falta del servicio de seguimiento y los costos incrementados escondidos como algunos de los problemas principales. En el centro Quintana Roo, la OEPFZM puede beneficiar grandemente de esta tecnología para servir mejor al bosque y a las necesidades del manejo de la tierra de sus comunidades miembros. El trabajo de mapeo participativo comunitario discutido en este papel sirvió en parte para explorar las posibilidades de la cartografía y el uso del SIG para el manejo al nivel del ejido. Sirvió como un primer paso en la planificación de una estrategia para introducir las técnicas cartográficas y la tecnología asociada a la OEPFZM. Los investigadores de UQROO están trabajando actualmente en crear una base de datos SIG para la OEPFZM, integrando los datos de GPS, las imágenes de satélite y datos del manejo forestal pertinentemente digitalizados y geo-referenciados y datos del proyecto para ayudar en la toma de decisiones en las actividades de manejo de los bosques y el suelo.

Mientras la adopción y la apropriación de la tecnología presentan desafíos considerables para las organizaciones de base, la utilidad de este tipo de cartografía para las

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comunidades así como para la OEPFZM es clara. Hasta que los mapas participativos fueron producidos, las comunidades estuvieron acostumbradas a mapas con apenas los límites del ejido y un espacio en blanco adentro. El trabajo técnico forestal de la OEPFZM se traza en mapas topográficos de papel. Actualmente, la organización trabaja manualmente, dibujando sus mapas a mano y maneja una cantidad muy grande de información. Los requisitos y estudios técnicos para los permisos de aprovechamiento de madera por los ejidos miembros aumentan continuamente lo cual pone presión en el personal con tiempo e ingresos limitados. La posibilidad de producir mapas con datos digitales por computadora abre un dominio nuevo de posibilidades. El uso de imágenes de satélite clasificadas es también extremadamente útil para el manejo forestal, el inventario y el monitoreo y la planeación del uso del suelo. Evaluación de las Dinámicas de Cobertura del Suelo Las imágenes de satélite históricas clasificadas y utilizadas en el proceso cartográfico participativo también permitieron a los investigadores y a los miembros de la comunidad evaluar los cambios de la cobertura del suelo y la historia del uso del suelo y las fuerzas asociadas con estos cambios en cada ejido. En el ejido de Santa María, el trabajo de mapeo sirvió para respaldar el impacto del programa existente de manejo forestal y proporcionó evidencia clara del compromiso pasado de las comunidades para conservar sus bosques y manejarlos para actividades comerciales. Además, un análisis de percepción remota sobre el cambio temporal y espacial de la cobertura del suelo usando una imagen Landsat TM de 1984 y una imagen Landsat ETM del 2000 mostraron cuantitativamente patrones en la cobertura del suelo relacionados a la historia de impactos naturales y antropogénicas en las dos comunidades. Este análisis fue hecho por detección de cambio (change detection) entre la imagen de satelite verificada y clasificada del 2000, producida durante el proceso de mapeo y una imagen normalizada y clasificada del 1984. Santa María es alrededor de 3000 ha más grande que Kampokolche y ambos tienen poblaciones muy semejantes. Santa María Poniente, aunque se formó oficialmente como un ejido en 1985, ha formado parte del ejido Petcacab, uno de los ejidos más importantes en el manejo forestal comunitaria y en la producción de madera en la región. De hecho, ellos llegaron a ser un ejido separado después de disputas de que ellos no se beneficiaban justamente de las rentas forestales. Los recursos forestales valiosos encontrados en Santa María han sido históricamente de gran importancia económica a la comunidad, tanta para chicle como madera, y ellos han continuado con este legado forestal hasta ahora. En 1980 se reportó que más de 300 m3 de caoba fueron extraídos de la proximidad de Santa María, y en1999, Santa María tuvo permisos para cosechar más de 700 m3 de madera de alto valor (caoba y cedro Español), indicando el alcance de mantener reservas forestales maduras en el ejido.

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El ejido Kampokolche, oficialmente formado en 1962, ha tenido un uso del suelo muy diferente así como una historia de disturbio natural. Kampokolche ha sido más dependiente sobre la producción agrícola y mucho menos implicado en la actividad forestal comercial. El huracán Janet en 1955 dañó la mayoría del área del bosque dentro del ejido y provocó subsiguientemente grandes incendios durante la década temprana de los 60, degradando sus recursos forestales apreciablemente. Además, las áreas en el ejido fueron también la localización de programas de producción de ganado patrocinados por el estado al final de la década del 70 donde pastizales grandes de alrededor de 280 ha se clarearon. Para empeorar las cosas, el huracán Roxanne en 1995 destruyó también la mayoría de la vegetación restante del bosque maduro. Los impactos de estos impactos de uso del suelo naturales y humanos son claramente visibles en las imágenes de percepción remota y en el suelo también. Las actividades forestales ocurrieron en su mayor parte durante la década de los 90, implicando la cosecha de árboles de tamaños más pequeños para durmientes que cesaron al final de la década del 90. En contraste a Santa María, Kampokolche no ha sido capaz de cosechar madera de alto valor y sus recursos forestales han sido agotados en gran parte. De hecho, la clasificación de la vegetación y el uso del suelo basados en la imagen de satélite mostró algunos conflictos con el plan oficial de manejo forestal y como resultado está actualmente en el proceso de ser rediseñado por la OEPFZM; un resultado positivo del proyecto de mapeo comunitario.

Tabla 5.1. Porcentajes de los cambios de cobertura del suelo en las comunidades trazadas de los ejidos Santa María Poniente y Kampokolche Santa María Poniente Kampokolche Cobertura del suelo (%) 1984 2000 1984 2000 Bosque Primario 69 50 42 15 Bosque Secundario 8 14 22 30 Huamiles Agrícolas 10 12 22 41 Campos Agrícolas 2 11 9 14 Agua, Nubes o No Datos 11 13 5 0 Las diferencias históricas en los impactos naturales y antropogénicos sobre la cobertura del suelo en ambas comunidades se reflejan claramente en los mapas finales producidos (Figuras 5.2 y 5.3). La tabla 5.1 indica los cambios mayores en la cobertura del suelo de 1984 al 2000 observado para ambas comunidades. Entre lo más notable es la cantidad más grande de la cobertura forestal en Santa María, primario y secundario, durante 1984 y el 2000. Durante el proceso de mapeo, incluyendo caminatas de transectos, fue evidente que Santa María contuvo áreas mucho más grandes de bosque primario maduro (50%). Estas áreas de bosque primario fueron mucho más escasas en Kampokolche totalizando sólo cerca del 15%. Mientras ambos ejidos tuvieron una pérdida de bosque primario, esta tasa fue casi dos veces más grande en Kampokolche. También evidentes, fueron las proporciones mucho más grandes de bosque secundario presente en Kampokolche, lo cual refleja la cantidad histórica más grande de disturbios naturales y humanos en este ejido. La proporción de áreas bajo la producción agrícola en Kampokolche, como

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huamiles y campos agrícolas (milpas), han sido considerablemente más grande. Un aumento mucho más grande en áreas de huamil y bosque secundario durante el período de análisis puede indicar también el envolvimiento más intensivo en la agricultura acompañada de períodos de huamil reducidos. De hecho, la diferencia más llamativa en las dinámicas de la cobertura del suelo entre Santa María y Kampokolche puede ser, más que la deforestación, el aumento triple en el bosque secundario y las áreas de huamil comparado con Santa Maria. Esto pone en alarma que, en vez de deforestación, los cambios mayores de la cobertura del suelo resultados de los impactos antropogénicos y naturales en Quintana Roo, pueden ser representados como la degradación aumentada del bosque en la forma de incrementos en areas de bosques secundarios y huamiles. Además, los impactos de la dinámica de población y los cambios de infraestructura deben ser evaluados. Claramente, esto presenta la necesidad de estudios adicionales sobre el cambio de la cobertura del suelo, a escalas regionales y comunitarias, dirigiendo temas de disturbio natural, uso de los recursos naturales, crecimiento demográfico y desarrollo de infraestructura relacionado con las dinámicas de la cobertura del suelo en la Zona Maya de Quintana Roo.

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6. LAS FUERZAS IMPULSORAS DETRÁS DEL DESCENSO DE LA MELIPONICULTURA EN EL ESTADO DE QUINTANA ROO, MÉXICO1

Por Christine Cairns, David B. Bray, Rogel G. Villanueva

Antecedentes Un grupo de apicultores y meiliponicultores fueron entrevistados en la Primavera (Febrero-Mayo) del 2002 para determinar los efectos de las abejas Africanizadas (Apis mellifera scutellata) en la meliponicultura tradicional de abejas sin aguijón con la especie Melipona beecheii y para entender las fuerzas impulsoras detrás del descenso reciente en la meliponicultura en Quintana Roo. La muestra incluyó a seis apicultores de la especie Apis de dos comunidades (Betania y Kampocolche), ocho meliponicultores de seis comunidades (Betania, Santa María, Kampocolche, Tuzik, San Hermengileo y la Reserva de Biósfera de Sian Ka’an), un grupo de meliponicultores en el pueblo de Felipe Carrillo Puerto con una organización llamada Organización de Médicos Indígenas Mayas, patrocinada por una agencia gubernamental llamada Instituto Nacional Indigenista (INI) y por un grupo de mujeres en la comunidad de Dzulá quienes estuvieron involucradas en un programa de capacitación para aprender acerca de la meliponicultura. Varios temas comunes surgieron entre todos los apicultores durante las entrevistas. Cada meliponicultor entrevistado lamentó que es casi imposible encontrar a las abejas xunan kab (Melipona beecheii) e hizo el recuento de cómo una vez el bosque estaba repleto de ellas. La mayoría asocia su desaparición a la aparición de las abejas Africanizadas y un informante lo asoció también a la destrucción del hábitat debido a las prácticas de la agricultura de tala y quema desarrolladas pobremente. En todos los casos, los informantes hicieron estas asociaciones independientemente de nuestra conducción para que ellos pensaran en esa dirección. Cada uno de los apicultores de Apis con los que hablamos hizo eco de este sentimiento también. Todos los informantes con múltiples colmenas, quienes fueron meliponicultores por largo tiempo, han perdido cantidades significativas de colonias de Melipona beecheii durante las pasadas dos décadas y la mayoría culpa de esto a las abejas Africanizadas. Un informante tuvo una vez a su cuidado 40 jobones de abejas Melipona beecheii, hace sólo 20 años, y ahora no tiene ninguno, todas las colonias murieron o escaparon lentamente sobre los últimos 20 años. Temas sobre el manejo de las abejas sin aguijón

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Resumen del tesis de maestría: Effects of Invasive Africanized Honey Bees (Apis Mellifera Scutellata) on Native Stingless Bee Populations (Meliponinae) and Traditional Mayan Beekeeping In Central Quintana Roo, Mexico, por Christine Cairns. Florida International University. 2002. Traducido del inglés por Rosa Cossio.

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Los apicultores de la especie Apis están organizados y la mayoría han sido entrenados formalmente en el pasado por organizaciones, parientes o por programas gubernamentales. Sin embargo, el conocimiento tradicional de la meliponicultura fue una vez pasado del padre al hijo y el conocimiento fue compartido entre los miembros de una comunidad. La miel producida por las abejas sirvió como una conexión entre el hombre y Dios en las ceremonias religiosas. Así se les dio a las abejas una posición alta en la jerarquía de los animales importantes en la cultura Maya (DeJong, 1999). Hoy, los meliponicultores son contadísimos. Aquellos que eligen mantener a las abejas tienen por lo tanto un capital social pequeño para utilizar, en otras palabras ellos tienen una red limitada o inexistente de conocimiento compartido y ningún sistema organizado para aprender lo que ellos necesitan saber para mantener a las abejas sin aguijón. La mayoría de los meliponicultores más jóvenes con los que hablamos se basaron estrictamente en las memorias de la niñez de sus padres o abuelos quienes mantuvieron abejas. De estas memorias ellos fueron capaces de recordar los principios de cómo cosechar la miel, pero han perdido muchas de las sutilezas del manejo de las abejas sin aguijón, tales como la división de la colmena o el control efectivo de las plagas, discutido a continuación.

CONTROL DE PLAGAS

Las amenazas mayores de plaga a las abejas sin aguijón incluyen a las moscas Phoridae. Los métodos tradicionales de control incluyen el uso de las hojas de Chakah (Bursera simaruba), sin embargo la mayoría de nuestros informantes no utilizó nada. De hecho, algunos de los informantes más jóvenes reclamaron aún que las abejas sin aguijón no tienen plagas y no parecieron estar preocupados por esto. Los informantes más viejos estaban muy enterados de las amenazas de las plagas y tomarían medidas, desde no abrir la colmena durante la temporada lluviosa hasta utilizar Chakah para enterrar los restos de polen después de una cosecha, puesto que las moscas son atraídas al polen. Los informantes más jóvenes en nuestra muestra, que fueron más ignorantes acerca de las plagas, estaban en su mayor parte enterados de que no era bueno dejar la colmena abierta por largo tiempo. Los métodos nuevos para el control de plagas, enseñados a las mujeres en Dzulá, incluyeron el método de la trampa de vinagre que implica el uso de vinagre mezclado con un poco de polen para hacer una trampa para las moscas. El polen de Melipona es muy ácido, como el vinagre, y por lo tanto las moscas son atraídas a la mezcla ácida, lo cual las dirige a caer y ahogarse en el vinagre (A. Parra Canto, comunicación personal), sin embargo este método no parece estar difundido y no se encontró entre ninguno de los otros meliponicultores. División de las Colonias

Otro aspecto del manejo que ha caído fuera de la práctica es la división de colonias. Sólo el grupo en el INI estuvo practicando activamente la división de la colmena, todos los otros informantes tuvieron poco o ningún conocimiento de cómo multiplicar las colonias. Al principio, muchos de nuestros informantes tuvieron tan poco conocimiento acerca de

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la división que nos preguntamos si esto había sido alguna vez parte de la práctica tradicional, o si esto fue un conocimiento que se acaba de perder. Parece que lo último es verdad. Según los informantes en el INI y un informante exterior para un grupo de dignatarios Mayas, quienes mantienen abejas sin aguijón en la manera tradicional, la división de la colmena fue practicada tradicionalmente por los Maya. Dejong (1999) confirma esto en su estudio de los aspectos religiosos y rituales de las abejas sin aguijón. El grupo de dignatarios Maya, llamado Macanxoc, una organización de líderes Maya religiosos y culturales cuya intención es preservar los rituales religiosos y las tradiciones Maya, dividen anualmente utilizando jobones. Cuando la colonia produce a una reina nueva, ella es movida a un jobon nuevo junto con algo de miel, algunas crías y algunos potes de polen. Aunque esto suena lo suficientemente sencillo, esto es realmente muy complicado y si no es hecho apropiadamente, es probable que la colonia nueva falle. Según DeJong, (1999) hay diferentes filosofías acerca del momento y el método de la división de la colmena. Algunos meliponicultores no se preocupan por si una reina nueva ha nacido o no, pero sólo si la colonia Madre es fuerte. Ellos entonces mueven algunas crías, miel y polen a una colmena nueva y asumen que la colonia creará a una reina nueva, lo cual realmente a menudo acontece. Algunos meliponicultores son insistentes en dividir sólo en luna llena, porque se piensa que es cuando las larvas de abeja alcanzan la madurez. El grupo en el INI divide moviendo la colonia nueva a colmenas de caja. Las colmenas de caja hacen la división más fácil, pero no son el método tradicional. Las colmenas de caja son cajas pequeñas, rectangulares y blancas con topes movibles. Las colmenas de caja facilitan la apertura de la colmena, la observación y el acceso a la colonia entera, más que abrir un tronco hueco en un extremo, donde uno puede sólo ver la actividad hacia ese extremo. Las colmenas de caja parecen permitir un manejo más fácil debido a esto, pero muchos grupos tradicionales, tales como Macanxoc, prefieren mantener las maneras tradicionales, incluso si las colmenas de caja hacen la división más fácil. El estudio de Quezada-Euan y Gonzalez-Acereto (1994) sugirió que el precio de transporte de las colonias es ligeramente mejor en las colmenas tradicionales de tronco que en las colmenas de caja, pero que las colmenas de caja son todavía relativamente buenas para el desarrollo de la colonia y permiten un manejo mejor y más fácil. Mercado de miel de las abejas sin aguijón

La miel de las abejas sin aguijón puede ser vendida en los mercados locales a precios extremadamente altos. Nos dijeron que el precio puesto en el mercado para esta miel puede ser tan alto como 600 pesos (US$66) un Kilo ó 60 pesos (US$6) por 100 gramos. Debido a este precio muy alto y a su volumen bajo de producción, la miel es vendida normalmente en cantidades pequeñas. Sin embargo, los pocos meliponicultores con los que hablamos, que realmente vendieron su miel, generalmente la vendieron por casi 300 pesos por kilo y uno vendió su miel por tan poco como 30 pesos un kilo. El precio de mercado alto es mitigado de alguna manera por la productividad baja de las abejas sin aguijón. Una colmena de Melipona beecheii sólo produce en promedio 2 kilos de miel

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por año, mientras que las abejas Africanizadas pueden producir alrededor de 10 kilos por año. Sin embargo, el valor de mercado alto sugiere que una expansión de la meliponicultura podría ser provechosa, aunque poco se sabe sobre la demanda tradicional. Los mercados para la miel de las abejas sin aguijón en Quintana Roo parecen ser muy informales y localizados dentro de los pueblos. La gente que posee jobones, venderá la miel a otros en el pueblo o a veces dará la miel a otros en la aldea por un pequeño o ningún costo si la persona es un pariente o un amigo y necesita la miel para medicina, para indisposiciones tales como una tos, resfriados o conjuntivitis. La miel también es utilizada todavía para algunas ceremonias religiosas. La mayoría de los meliponicultores no mantienen a las abejas por razones económicas del todo, pero para autoconsumo, medicina o por razones religiosas o personales. Algunos meliponicultores indicaron que ellos habían vendido su miel una o dos veces a alguien que vino al pueblo, como un intermediario. Sin embargo, el consumidor final de esa miel es desconocido y fuimos incapaces de localizar a algún intermediario que reportara haber tratado con miel de abejas sin aguijón y de hecho todos, excepto por un meliponicultor que reclamó haber vendido miel de esta manera, fueron incapaces aún de decir el nombre de la persona a la que se lo vendieron. Obviamente, no es una ocurrencia regular para los forasteros entrar y comprar miel de abejas sin aguijón, aunque esto ha acontecido aparentemente. Cuando preguntamos alrededor en los mercados locales en Felipe Carrillo Puerto, el pueblo más grande en el área, encontramos que la mayoría de los vendedores no tuvieron la menor idea de lo que estábamos hablando cuando pedimos miel de xunan kab. Una pareja de vendedores mujeres Maya más viejas entendió lo que les estábamos pidiendo e indicaron que una vez cada cierto tiempo ellas obtienen miel de abejas sin aguijón de campesinos que vienen al pueblo y lo venden, pero esto es raro. Ellas confirmaron también que la miel se vende a precios muy altos y que ellas la venden por alrededor de 60 pesos por 100 gramos. Algunos grupos en el estado de Yucatán y Campeche están tratando de vender formalmente la miel de abejas sin aguijón (Parra Canto, Entrevista, 8 de Mayo del 2002). Un grupo en Campeche vende actualmente a una tienda de alimentos naturales en Francia. Ellos venden también su miel en ferias locales y acontecimientos. Otro grupo en Mérida vende miel de abejas sin aguijón a un puesto de mercado que se especializa en productos apícolas. Hay otro grupo localizado en la Ciudad de México que se especializa en la miel de Scapotrigona mexicana y hace productos medicinales de productos de abejas sin aguijón, incluyendo cremas para piel y ungüentos. Ellos venden también la miel para dolores de garganta, bronquitis y resfriados e incluso miel en un gotero de ojos para cataratas, conjuntivitis y otros problemas del ojo. De este modo, hay evidencia de éxitos a escala pequeña en otras partes en la región de Yucatán de productos de abejas sin aguijón formalmente vendidos. Barreras Ecológicas

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Entender las estructuras de la población de abejas, que son en su mayor parte comúnmente explotadas para la miel, puede dar discernimiento sobre alternativas de manejo. Se llevaron acabo estudios de población y distribución de la especie de abeja sin aguijón en tres áreas del Centro de Quintana Roo con niveles variados de disturbio al ecosistema inducido por los humanos. Se escogieron tres áreas para el estudio de diversidad: los ejidos tradicionales Maya de Kampocolche y Santa María y la Reserva de Biósfera de Sian Ka’an. La intención de escoger estas tres áreas fue tener un área de disturbio bajo (Sian Ka’an), un área de disturbio moderado (Sta. María, que tiene vestigios grandes de bosque intacto) y un área de estudio de disturbio alto (Kampocolche, que tiene un bosque sumamente perturbado) y ver las diferencias en la diversidad y abundancia de las abejas. Los hallazgos se complican, hay un grado más alto de diversidad de abejas sin aguijón en Sian Ka’an que en Kampocolche o Santa María. Sian Ka’an es apreciablemente más diverso que las otras dos áreas en términos de abejas sin aguijón y la diversidad de abejas sin aguijón en Santa María es marginalmente más alta que en Kampocolche. Dos especies de abejas dominaron claramente todos los recursos florales en Kampocolche y Santa María – Apis mellifera y Trigona fulviventris (llamada e’hol en Maya). En Kampocolche, A. mellifera fue la especie más dominante, representando el 39% de todas las abejas observadas, donde T. fulviventris representó el 34%. En Santa María, T. fulviventris fue realmente la especie dominante representando el 29% de todas las abejas observadas y A. mellifera representó el 22%. En Sian Ka’an, T. fulviventris fue casi inexistente, pero A. mellifera fue todavía dominante, representando el 31% de todas las abejas observadas. Melipona beecheii fue sólo observada en las flores en Sian Ka’an y representó sólo el 1.7% del total de abejas observadas allí. Esto es perturbante dado que M. beecheii solía ser una especie muy común según la gente local. Numerosas especies de abejas sin aguijón, inclusive Melipona beecheii, ahora tienen niveles de población que son tan bajos que ellas fueron detectadas apenas en nuestro muestreo y cuatro especies de abejas sin aguijón que se sabe se encuentran en la región, estuvieron completamente ausentes en toda nuestra muestra. Las observaciones de nuestros informantes en la porción social de esta investigación fueron justificadas desgraciadamente por el estudio ecológico – las xunan kab son ahora muy difíciles de encontrar. Discusión

¿Qué aconteció aquí? ¿Por qué una práctica tradicional que viene desde los Mayas antiguos ha sido casi completamente desfasada sólo en los pasados 20 años? Una combinación de factores están contribuyendo al cambio. Un factor es el cambio a la economía de mercado con la miel de Apis y fuera de la producción de miel únicamente por razones de autoconsumo, religiosas o personales. Se piensa cada vez más en la miel como una manera de traer ganancia económica y cada vez menos como un producto medicinal o religioso. En otras palabras, la miel ahora tiene más valor de cambio que

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valor de uso. Estos valores cambiantes están compuestos por el impacto de la abeja Africanizada. Es aparente que las abejas nativas están desapareciendo y la mayoría de la gente local culpa a la abeja Africanizada. Hay una correlación clara entre la llegada de las abejas Africanizadas y el descenso notorio en Melipona a los ojos de toda la gente local. La pérdida gradual de colonias ha llevado a una desintegración en el capital social entre los meliponicultores Maya. El capital social es definido por Stiglitz (2000, P. 59) como “…conocimiento tácito, una colección de redes, una agregación de reputaciones y capital organizacional.” En otras palabras, es la red de conocimientos compartidos de una actividad regular; un acervo de recursos de conocimiento, convenciones, reglas y patrones de interacciones que permiten a un individuo, que tiene acceso a ese capital social, triunfar en una actividad dada. Se sabe que el capital social se desgasta con el desuso más que con el uso (Ostrom, 2000). El capital social de los meliponicultores fue utilizado cada vez menos así como las abejas comenzaron su acto de desaparición y gradualmente los practicantes comenzaron a rendirse, algunos probablemente optaron por la apicultura de Apis, dejando a la siguiente generación sin ningún capital social para utilizar. Así la generación más nueva de meliponicultores, incluyendo a todos los individuos más jóvenes de nuestra muestra, es dejada con conocimientos limitados y sin ningún acervo de conocimientos ni red para utilizar. Esto agrava el problema porque ahora los individuos más jóvenes están más propensos a manejar mal las colonias y así más probables a perderlas. Además, el conocimiento de cómo multiplicar las colonias ha desaparecido, así que los individuos más jóvenes no tienen conocimiento de cómo ir de tener una colmena a tener muchas. Cuando esa única colmena muere, las abejas se van hasta que ellos puedan encontrar una colmena nueva en el bosque. En cuanto a la generación más vieja, ¿por qué será que unos pocos han continuado manteniendo exitosamente a las abejas sin aguijón durante las pasadas dos décadas mientras que muchos han fallado? Esta es una pregunta importante que no fuimos capaces de contestar sólidamente en este estudio, sin embargo la especulación señala a la posibilidad que la mayoría de los practicantes más viejos no cambiaron sus prácticas de manejo cuando las abejas sin aguijón comenzaron a estar bajo estrés debido a la competencia. Obviamente algo cambió en el ambiente para causar estrés en las colonias domesticadas. La destrucción del hábitat explica por qué es más difícil de encontrar colonias silvestres, pero ¿por qué las colmenas domesticadas han estado desapareciendo? Parecería que las colonias domesticadas podrían sobrevivir todavía si la destrucción del hábitat fuera el único factor, desde que los seres humanos estuvieron proporcionando el hábitat adecuado. Claramente, algún estrés ambiental causó que las abejas sin aguijón domesticadas comenzaran a luchar, pero los meliponicultores pueden haber estado ignorando esto hasta que fue demasiado tarde. Implicaciones de Manejo

El mejor plan de manejo para Melipona beecheii tendría dos metas – restaurar las poblaciones de las abejas reproduciendo las colonias y traer beneficios económicos a las comunidades. De esta manera, el manejo de Melipona llega a ser un tipo de ecología de

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restauración en la cual podemos restaurar poblaciones de una especie polinizadora nativa mientras que se beneficia a la gente local. Es importante enfocarse primero en obtener y subsiguientemente en multiplicar las colonias una o más veces antes de cosechar, lo cual significa aplazar la cosecha hasta que el meliponicultor tenga varias colonias fuertes. Se necesita entonces hacer la cosecha a un nivel sostenible; si la colonia produce dos kilos por año, se debe cosechar un kilo por año o menos y la colonia debe ser dejada con sus provisiones de polen y su cerumen2. Utilizando las colmenas de caja en vez de troncos huecos es una opción buena para facilitar el manejo de estas abejas, esto proporciona un acceso más fácil a la colmena que los troncos huecos tradicionales y facilita tanto la cosecha como la separación de la colmena. Hay una necesidad desesperada por mejores prácticas de manejo como hemos visto, especialmente en la generación más joven. La ayuda técnica es esencial para reintroducir las prácticas de manejo perdidas a la generación más joven. Los individuos más viejos que tienen una vida entera de experiencia con estas abejas están aún luchando y podrían beneficiarse del aprendizaje de prácticas y técnicas nuevas de la separación de colmenas y del uso de colmenas de caja. Las abejas sin aguijón tendrán que competir todavía con las abejas Africanizadas, pero con el cuidado y el manejo apropiados, junto con un programa para combatir la Africanización a través de cambiar las reinas de colonias Africanizadas domésticas con reinas europeas, sus oportunidades competitivas pueden ser mejoradas. Aunque nunca podamos ver el regreso de la meliponicultura en la manera que lo fue antes, los programas exteriores pueden ayudar a organizar a los meliponicultores existentes en la región en cooperativas y reclutar individuos nuevos, especialmente dado el potencial de mercado para la miel de abejas sin aguijón. Sin embargo, es importante darse cuenta de que la estructura original del capital social estuvo basado en gran parte en tradiciones religiosas, muchas de las cuales han perdido influencia y no en las fuerzas del mercado. Estructurar una fórmula nueva para el capital social enfocada en la venta de miel para obtener ganancias será muy diferente. Cuando el mercado es la fuerza impulsora detrás del mantenimiento de las abejas sin aguijón, antes que la religión, la tentación de explotar las abejas de manera insostenible será más grande. Ciertamente las organizaciones y las redes manejadas por las fuerzas de mercado han sido formadas exitosamente alrededor de la apicultura de Apis. Sin embargo las abejas Apis son mucho menos frágiles y no están en peligro definitivamente, así que errores tales como la sobre cosecha o el mal manejo de las colonias de Apis no son perjudiciales. Hay mucho menos espacio para estos tipos de errores en la meliponicultura. El conocimiento de la división de la colonia y el manejo de plagas debe ser reintroducido a través de la ayuda técnica y la organización de los meliponicultores pueda permitir que el conocimiento pueda ser compartido más prontamente. Por un lado, parece inadecuado hablar sobre la venta de miel de abejas sin aguijón cuando la especie está casi al borde de la extinción. Sin embargo, si la situación mejora y 2

Cerumen es el material que estas abejas hacen y usan para almacenar su miel, es una combinación de cera y propóleos. Es bueno dejar las piezas rotas de cerumen para que resulte más fácil para las abejas reconstruir sus potes.

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más meliponicultores son capaces de incrementar exitosamente y duplicar sus colmenas, veremos poblaciones incrementadas de abejas sin aguijón y comenzaremos optimistamente a ser capaces de hablar sobre las posibilidades reales para su venta. Los mercados internacionales podrían estar abiertos a esta miel única con su historia notable. Esta no es un tipo de miel que se debe vender en cantidades masivas para que la gente la ponga sobre los pancakes o como un ingrediente en las comidas debido a su precio alto y cantidades bajas y tampoco porque la cosecha masiva de esta miel podría ser el golpe final para esta especie. Los mercados grandes no son apropiados ni necesarios para este tipo de miel. Aunque no será un producto comercial masivo, con una botella agradable, etiqueta y con un rótulo que dice su historia a los consumidores (“…usado por los Mayas antiguos para curar y para rituales…”), éste podría encontrar fácilmente un mercado de nicho en los mercados naturales y de alimento holístico y salud en los Estados Unidos y Europa. Un obstáculo notable a esto es el hecho que debido a que la miel tiene un contenido de agua ligeramente más alto, ésta se fermenta más fácilmente que la miel regular. La miel necesitaría alcanzar el mercado en forma fresca y ser vendida fresca, quizás aún ser refrigerada para evitar la fermentación antes de llegar al cliente en los Estados Unidos o Europa. Antes de desalentarnos sobre las dificultades de introducir un producto nuevo en los mercados internacionales, es importante recordar que ésta es aún miel – no es algo nuevo, es sólo un tipo diferente de miel que puede estar apelando a la gente interesada en alimentos naturales y productos ecológicamente sanos. Junto con las mieles de fuentes simples, las mieles orgánicas y las mieles de flores silvestres, la gente puede gozar de la miel de abejas sin aguijón Maya. Las experiencias en la venta de miel de abejas sin aguijón en el sur de Campeche que se mencionaron al principio, muestran que estos mercados existen. Aún si los mercados internacionales están abiertos o no, la demanda local existe. Los mercados locales pueden ser también expandidos y mejorados. Ocasionalmente la miel es vendida en los puestos en el mercado público en Felipe Carrillo Puerto. Abrir una tienda o puesto de mercado en Felipe Carrillo Puerto y otras ciudades locales, especialmente dedicadas a la miel de Melipona y/o otros productos apícolas, podría ser una posibilidad. Los individuos que han vendido su miel a los intermediarios han obtenido un precio apreciablemente más bajo por ésta de lo que es vendido en los puestos, tan bajo como 60 pesos por kilo cuando se vende por 600 un kilo, así que la venta directa al mercado es importante para esta miel. El destino del bosque está relacionado directamente al destino de sus polinizadores. En un bosque tropical donde el 90% de las especies de planta son dependientes en los insectos o polinizadores animales para reproducirse, la seriedad de un cambio en la constitución del polinizador no se puede subestimar. El destino del bosque está relacionado también directamente a las decisiones de la gente que vive allí. Cada decisión del uso del suelo tiene un beneficio y una consecuencia. La meliponicultura tradicional en Yucatán es una de las pocas actividades de uso del suelo donde los beneficios pueden a lo lejos pesar más que cualquier consecuencia y de hecho los beneficios de la meliponicultura son ambos económicos y ambientales. Además, una vez que el conocimiento tradicional sobre el manejo del recurso natural se pierde, es difícil o a veces

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imposible restaurarlo. Sin embargo, el conocimiento tradicional sobre el mantenimiento de las abejas sin aguijón no ha desaparecido todavía ni las abejas sin aguijón. Allí existe todavía una oportunidad de restaurar las prácticas tradicionales y las poblaciones de las abejas Maya más queridas, aunque la oportunidad se está cerrando rápidamente.

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Influencia disminuida de las prácticas religiosas tradicionales y las tradiciones de Meliponicultura asociadas

Movimienhto hacia una economía de mercado

Empuje hacia la apicultura de Apis

Desintegración del capital social Destrucción de hábitat Prácticas pobres de manejo, generación más joven

Abejas Africanizadas

Cosecha insostenible de abejas sin aguijón

Desaparición de abejas sin aguijón silvestres

Disminución de Meliponicultura

Perdida de colonias domésticas

Modelo Conceptual: Factores que influencian la dinámica cambiante de la apicultura con abejas sin aguijón

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Bibliografía

De Jong, H. J. 1999. The Land of Corn and Honey: The keeping of stingless bees (meliponiculture) in the ethno-ecological environment of Yucatan (Mexico) and El Salvador. PhD dissertation presented to the University of Utrecht, Netherlands. Hostettler, U. 1996. Milpa Agriculture and Economic Diversification; Socieoeconomic Change in a Maya Peasant Society of Central Quintana Roo 1900-1990s. Dissertation submitted to the University of Berne, Switzerland. Ostrom, E. 2000. Social Capital: a Fad or a Fundamental Concept? In P. Dasgupta and I. Serageldin, eds. Social Capital: A Multifaceted Perspective. World Bank: Washington,D.C. Porter, L. 2001. Landscape and Ecology of Apiculture in the Maya Area of La Montana, Campeche, Mexico. PhD Dissertation presented to the School of Forest Resources and Conservation, University of Florida, Gainesville. Quezada-Euan, J. J. G, and J. Gonzalez-Acereto. 1994. A preliminary study on the development of colonies of Melipona beecheii in traditional and rational hives. Journal of Apicultural Research 33(3): 167-170. Stiglitz, J. E. 2000. Formal and Informal Institutions. In P. Dasgupta and I. Serageldin, eds. Social Capital: A Multifaceted Perspective. World Bank: Washington,D.C. Villanueva, R. G., A. Cesar-Dachary and A. Sanchez-Vazquez. 1991. The Impact of the Africanized Honey Bee in North Belize. American Bee Journal 131 (3): 183-186. Villanueva, R. G. and W. Colli-Ucan. 1996. La Apicultura en la Península de Yucatán, México y sus Perspectivas. Folia Entomológica de México 97: 55-70.

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7. POLITICAS, PLAGAS Y BIODIVERSIDAD NO PLANEADA: INTERACCIONES ENTRE LAS DIMENSIONES SOCIALES Y ECOLOGICAS DE LOS PROYECTOS AGROFORESTALES DEL CENTRO DE QUINTANA ROO, MÉXICO1

Por Alexis Eclevia Racelis, MSc, Florida International University, Dept. of Environmental Studies Como parte del Proyecto de Manejo Comunitario de los Ecosistemas Tropicales (MCET) financiado por las Fundaciones Hewlett y Ford, el estudio presentado comparará y contrastará los orígenes sociales, educación, las estrategias de organización y las dimensiones ecológicas, especialmente con respeto a la biodiversidad al nivel de la milpa y al control de plagas de dos iniciativas agroforestales diferentes, en un esfuerzo por comenzar a construir modelos y prácticas nuevas en la investigación agroforestal que combina factores sociales y ecológicos en el mismo marco analítico. Así, este estudio representa la primera investigación sistemática en los procesos políticos y sociales y algunos de los resultados ecológicos de este esfuerzo importante regionalmente, nacionalmente e internacionalmente para crear formas nuevas de uso del suelo en las comunidades tradicionales. Se harán los esfuerzos para examinar y comparar la política y las dinámicas de organización de la promoción de la agroforestería en el centro de Quintana Roo como se canalizó a través de una ONG internacional (ICRAF) y de agencias gubernamentales que trabajan a través de organizaciones de base (UNORCA/ProSelva) para cultivar árboles maderables nativos al área: caoba de hoja grande (Swietenia macrophylla King), cedro Español (Cedrela odorata), así como varias especies poco conocidas de maderas tropicales duras y suaves. Abajo se presentan los datos de los dos sistemas mayores promovidos: un sistema de taungya, el cual se enfoca en la producción de madera como es promovido por la OEPFZM y el sistema de múltiples estratos promovido por el ICRAF, el cual incorpora más cultivos y árboles frutales y relativamente menos árboles maderables. Las dos iniciativas agroforestales parecieron evolucionar en la región contemporáneamente, pero independientemente en el estado Mexicano de Quintana Roo. Dos ejidos dentro del municipio de Felipe Carrillo Puerto sirvieron como estudios de caso para cada iniciativa agroforestal. Los ejidos seleccionados difieren en composición étnica, pero son muy semejantes en tamaño y estrategias de subsistencia.

El estudio se realizó en las comunidades de los dos estudios de caso, Kampocolche y Cuauhtemoc, desde Mayo a Agosto del 2002, con dos visitas exploratorias breves hechas en Diciembre del 2001 y Marzo del 2002. En cada comunidad estudiada, 6 personas que participaron en el Programa de Agroforestería fueron elegidas para este estudio, dando una muestra total de 12 personas. Los esfuerzos de la investigación se condujeron en 4 partes: 1) investigación social, a través de entrevistas informales y de observaciones participativas; 2) investigación ecológica, a través de acompañamiento de campo y observaciones sistemáticas prestando particular atención a la biodiversidad de plantas en la parcela, al diseño de la parcela, la salud de los cultivos maderables y a la evidencia de 1

Resumen del tesis de maestría: Politics, Pests and Unplanned Biodiversity: Interactions between the Social and Ecological Dimensions of the Agroforestry Projects of Central Quintana Roo, por Alexis Racelis. Florida International University. 2003. Traducido del inglés por Rosa Cossio.

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infestación de Hypsipyla grandella (Zeller) (Lepidoptera: Pyralidae); 3) investigación de archivos, que requirió una revisión de informes internos, documentos de capacitación, notas de encuentros de la UNORCA y el ICRAF; y 4) extensión, que implicó dar seminarios de capacitación a los miembros de las comunidades y a los técnicos locales de los métodos de control de H. grandella. Como este estudio ilustrará, hay algunas conexiones inherentes a los aspectos políticos, sociales y ecológicos de las iniciativas agroforestales en el centro de Quintana Roo. Los procesos políticos y los motivos institucionales han modelado los aspectos sociales de la extensión e implementación agroforestal de cada paquete. Así, un programa de gran escala dirigido y financiado por el gobierno y promovido por la UNORCA, y una iniciativa agroforestal participativa de escala pequeña e intensiva supervisada por una ONG internacional, ICRAF, resultaron en patrones diferentes de extensión y patrones diferentes de infestación de plagas y biodiversidad planeada y no planeada, mostrando relaciones claras, si no conexiones causales, entre la política, las dimensiones sociales tales como la extensión y ciertas dimensiones ecológicas de los proyectos agroforestales en Quintana Roo. Como el título de este proyecto sugiere, las áreas mayores de indagación y las relaciones asociadas que se han descrito giran alrededor de las políticas agroforestales, las plagas y la biodiversidad de plantas. La presentación de este estudio se organizará alrededor de estos temas. Políticas La UNORCA fue contratada por el gobierno para aplicar el modelo agroforestal Pet-Pach extensamente y rápidamente. El paquete agroforestal promovido e implementado por la UNORCA fue un programa a gran escala patrocinado por el gobierno, con la intención final de promover e implementar la agroforestería como una opción de uso del suelo a tantos participantes como fuera posible a un nivel regional. Para alcanzar las expectativas grandes para el empadronamiento, la UNORCA modificó drásticamente el paquete del modelo Pet-pach original de 10 hectáreas entregado por el gobierno, basando tales modificaciones en limitaciones del recurso suelo y del trabajo. Lo que fue entregado finalmente a 24 diferentes comunidades fue un paquete agroforestal de taungya que se concentraba en 1-1.5 ha por agricultor, dándosele a cada agricultor semillas para cultivos anuales y plántulas de cedro Español y caoba. Se ofrecieron subvenciones de dinero efectivo como un estímulo para el empadronamiento, resultando en 1,632 ha de Pet-pach o más exactamente, agroforestería de taungya registrada en 1998. Sin embargo, a pesar de los ajustes por la UNORCA, muchos problemas surgieron todavía. Se prometió a la UNORCA el financiamiento para la ayuda técnica, pero este compromiso no se cumplió. Las plantas no se entregaron, o llegaron estresadas o agonizando. La expectativa original del gobierno de 5,000 ha convertidas a agroforestería no se alcanzó. Las agencias federales colaboradoras discutieron acerca de la responsabilidad del programa, del financiamiento e incluso del idioma usado con respecto al nombre o la descripción del programa agroforestal. Los esfuerzos de políticos para poner su sello único en los proyectos incitó una cascada de cambios anuales en el programa agroforestal, con la reestructuración frecuente de la promoción agroforestal y las técnicas de implementación y el nombre del programa. Al 2002, la agroforestería cayó en dos programas separados, pero semejantes. Cada programa se concentra en un

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conjunto separado de comunidades y cae bajo la responsabilidad financiera de un sector gubernamental específico. Los dos paquetes agroforestales nuevos estarán todavía bajo la supervisión de la UNORCA. Y aunque la UNORCA fue incapaz de alcanzar las expectativas desrazonables del gobierno, dadas las limitaciones regionales de los recursos de suelo y trabajo y a pesar de los cambios sumamente confusos y anuales en la política, un análisis conducido en este estudio sugiere que a partir de 1998, ellos fueron todavía capaces de establecer 3,497 ha con plantaciones agroforestales nuevas en 72 comunidades en la Zona Maya, representando un cambio significativo del uso del suelo en la región. En vista de la gran audiencia concentrada y la ausencia de fondos para asistencia técnica y capacitación, este paquete agroforestal pasivo y de bajo ingreso parece apropiado. Adicionalmente, el paquete ha llevado a algunas consecuencias ecológicas interesantes, aunque de alguna manera involuntarias. El estilo pasivo de la agroforestería ha tenido sin duda sus ineficacias y por lo tanto los beneficios económicos permanecen inciertos, no obstante al nivel de milpa tiene algunos resultados interesantes. Por otro lado, la agroforestería del ICRAF en Quintana Roo fue breve (1994-1999) y diminuta (3 comunidades), cuando se comparó con la iniciativa agroforestal continua de la UNORCA. Con un financiamiento limitado de la Fundación Ford, el ICRAF se expandió en Quintana Roo después de varios años de investigación agroforestal en el estado cercano de Campeche. Basando su promoción e implementación de la agroforestería en investigación participativa previa realizada en la región, ellos anunciaron un componente múltiple, el sistema agroforestal de estratos múltiples. Los participantes en cada una de las 3 comunidades fueron auto-seleccionados a través de múltiples talleres participativos y entrevistas semi-estructuradas (Haggar et al. 2002). A cada participante auto-seleccionado se le dio árboles y herramientas y se le permitió diseñar e implementar su propio “ensayo” agroforestal, con asistencia técnica de alta calidad dada por el personal del ICRAF. En la comunidad estudiada de Cuauhtemoc, lo que resultó fueron 7 parcelas agroforestales diferentes con combinaciones diferentes de cultivos anuales, perennes y maderables. Y aunque ICRAF salió de la región después debido a la falta de financiamiento, las parcelas están todavía bien mantenidas y han proporcionado últimamente algunas utilidades de las frutas y árboles perennes. A pesar del financiamiento limitado de la Fundación, a través de su enfoque activo y de ingresos altos a la agroforestería, el ICRAF fue todavía capaz de establecer cerca de 27 parcelas agroforestales en 3 comunidades en el centro de Quintana Roo. Este enfoque “activo” parece apropiado a su audiencia objetivo auto-seleccionada. Las parcelas establecidas han servido muchos propósitos, el más importante ha sido las “demostraciones vivas” del potencial de la agroforestería. Muchos miembros de la comunidad de Cuauhtemoc han presenciado este potencial y están entusiasmados en establecer sus propias parcelas. El número de personas que participan en el Programa Agroforestal en la comunidad se ha incrementado de los 7 originales en 1998 a 38 registrados en el año 2002, aunque esto fue también apreciablemente estimulado por la disponibilidad de subsidios a través de los programas de la UNORCA. De la misma manera, las parcelas agroforestales del ICRAF son usadas todavía como modelos para la

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agroforestería de la región, llamando la atención de estudiantes locales y extranjeros y de investigadores a nivel mundial (G. Casanova, comunicación personal).

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Plagas Al nivel de la milpa, cada iniciativa agroforestal ha llevado a paisajes agroecológicos diferentes. En el caso de la UNORCA, como resultado del personal limitado, los problemas financieros y las malas comunicaciones, el paquete agroforestal “pasivo” fue promovido con niveles bajos de capacitación y asistencia técnica. En la comunidad estudiada de Kampocolche, el seguimiento de la asistencia técnica y la comprobación fue rara. En la mayoría de los casos las visitas del personal de la UNORCA fueron meramente burocráticas, nunca realmente visitando la parcela agroforestal en sí. Sin embargo, como resultado de algunos consejos claves dados inicialmente por el personal de la UNORCA, basados en control de plagas y diminuyendo los costos de mano de obra, los agricultores en Kampocolche sólo “desherbaron parcialmente” sus parcelas agroforestales, las cuales desarrollaron esencialmente en más de un huamil mejorado o enriquecido que en una plantación típica estilo parcela agroforestal de taungya como descrito por Nair (1989). Esto tiene varias implicaciones diferentes. Con una limpieza parcial de la parcela, menos trabajo y menos tiempo son necesarios para mantenerlo. También, desde un punto de vista ecológico, las filas en huamil en regeneración dejadas entre filas de maderables contienen una cornucopia de otras plantas “no planeadas”, que además de tener algún valor para el consumo local o aún para palizada vendible, la dilución de la proporción de los cultivos hospederos para plagas específicas, a saber gusano barrenador, puede reducir la infestación y el daño de los árboles maderables, como sugiere este estudio. Las parcelas agroforestales de Cuauhtemoc describen una figura enteramente diferente. Como resultado de un ingreso de alto nivel y de alta calidad de tiempo y trabajo de tanto los agricultores como del ICRAF, las parcelas agroforestales de estratos múltiples tienen una diversidad alta de plantas planeadas, que incluye árboles frutales, cultivos anuales, perennes y maderables. El paisaje tiene muchas implicaciones económicas: la combinación de cultivos en una escala vertical y temporal lleva a utilidades en el corto, mediano y largo plazo. Sin embargo, comparado con el nivel relativamente más alto de la diversidad total de plantas de las parcelas agroforestales muestreadas de Kampocolche, las parcelas de Cuauhtemoc serían por lo tanto aparentemente más susceptibles a los daños por los gusanos barrenadores. Los resultados muestran que en general, los gusanos barrenadores atacan menos a los árboles maderables en el sistema agroforestal de taungya de Kampocolche que en las parcelas agroforestales de estratos múltiples de Cuauhtemoc. El 87% de los árboles en la parcelas agroforestales de Cuauhtemoc tuvieron daño consistente con el daño de los gusanos barrenadores, donde sólo el 30.9 % de los árboles maderables tuvieron daño semejante en Kampocolche (ver Figura 7.1). De la misma manera, de los árboles afectados, los árboles fueron atacados apreciablemente con mayor frecuencia en las parcelas de estratos múltiples cuando se les comparó con las parcelas de taungya. Los árboles en Cuauhtemoc sufrieron ataques dos veces más frecuentes (2.1 incidentes de daño/árbol dañado) que los árboles dañados en Kampocolche (1.1 incidentes de daño/árbol dañado) (p
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