La situación familiar y económica de los jóvenes

June 9, 2018 | Author: Anonymous | Category: Apuntes, Apuntes de enseñanzas medias, Economía
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2 La situación familiar y económica de los jóvenes

No es objetivo central de este texto la descripción de la situación personal y familiar de los jóvenes, ni tampoco la de las características socioeconómicas de los hogares en los que viven. Por otra parte, la juventud es una fase de transición en la vida de las personas que afecta a toda la sociedad, razón por la cual nos encontramos frente a un grupo humano cuya sociografía tiene un carácter transversal que afecta a todos los ámbitos familiares o comunitarios, sin apenas excepciones. No obstante, el diferente papel y la posición que los jóvenes desempeñan y ocupan en cada uno de los espacios sociales en los que se mueven, configuran unos perfiles específicos que con-

Gráfico 2: Distribución de la vivienda habitual de los jóvenes por edad. 2004. Datos reales hasta 29 años. Estimación de 30 a 35 años 100%

80%

No contesta En casa de otras personas

60%

40%

En una residencia de estudiantes o colegio mayor En un piso compartido con amigos/as En mi casa (comprada, alquilada..)

20%

0% 15

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23 24 25

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En casa de mis sue gros En casa de mis padres o quienes hacen sus veces

32 33 34 35

Fuente: INJUVE y elaboración propia

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viene recordar a efectos de situar la economía de los jóvenes en el adecuado contexto familiar, social y económico. Examinaremos brevemente los tres aspectos antes aludidos; es decir, la vivienda y el régimen en que se habita, el grado de autonomía económica y el estado de formación de la nueva unidad familiar. Los datos más recientes (2004) dan cuenta de que el 71,4% de los jóvenes de menos de 30 años viven todavía con sus padres. A ellos hay que añadir otro 1,6% que viven con sus suegros u otros familiares o en una residencia o colegio mayor, siendo en la mayoría de estos casos situaciones asimilables en cuanto a la dependencia del lugar de residencia habitual respecto a la economía de padres o familiares. El pronóstico o tendencia del comportamiento de la población juvenil entre los 15 y 29 años nos permite estimar que solo con 36 años encontraremos a la casi totalidad de los “jóvenes” viviendo en su propia casa, estimación que puede resultar demasiado optimista a la vista de los resultados observables en materia de autonomía económica de los jóvenes. De hecho, la última decila de jóvenes es prácticamente irreducible pues colisiona con tasas de paro, morbilidad y dependencia familiar difícilmente resolubles. Efectivamente, si analizamos el proceso de independización económica de los jóvenes desde la completa dependencia a la plena autosuficiencia, se observa en el último tramo (27-29 años) una cierta resistencia a la reducción o supresión de la dependencia económica en la última decila de jóvenes. Es decir, un 10% de los jóvenes encuentran serias dificultades para independizarse económicamente, incluso superada la treintena. Lógicamente la tasa de desempleo actúa como freno o límite en el proceso de independización de la juventud. También hay que considerar que algunos de estos “jóvenes sociales”, rezagados en el proceso de emancipación y bien entrados en las cuarta década de su vida, encuentran, además de problemas de inserción laboral, una dificultad final en el hecho de que sus padres han pasado a ser población laboralmente pasiva y la dependencia hijos-padres ha pasado a ser mutua, necesitando ambas generaciones de la convivencia bajo el mismo techo para mantener el preexistente nivel de vida. Según los datos del Panel de Hogares de 2001, un 3% de los hogares en los que el sustentador principal es un menor de 35 años se encuentran en esta situación y conviven con una persona mayor de 65 años. Aun cuando no existe constancia estadística nítida al respecto, nuestra

Gráfico 2.a: Distribución de las fuentes de ingresos de los jóvenes por edad, de 15 a 29 años. 2004 100%

80%

60% No contesta

40%

Exclusivamente ingresos de otras personas Princ. de los ingresos de otras personas

20%

0% 15

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Princ. mis ingresos con ayuda de otras personas Vivo exclusivamente de mis ingresos

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Fuente: INJUVE y elaboración propia

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Gráfico 3: Situación socio afectiva de los jóvenes por edad. 2004 100%

80%

60% Tienes novio/a formal (o una relación afectiva estable) 40%

Ahora no tienes novio/a formal, pero lo tuviste Hasta ahora sólo has tenido relaciones afectivas pasajeras

20% Nunca has tenido una relación afectiva especial 0% 15

16

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No contesta

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Fuente: INJUVE y elaboración propia

estimación es que entre un 10 y un 15 por ciento de los jóvenes no llegan a independizarse física y económicamente de sus padres. El tercer pilar de la transición juvenil a la vida adulta está constituido por el proceso de formación de una nueva unidad familiar. Tanto desde el punto de vista biológico como desde el sociodemográfico, la formación de una nueva unidad familiar se origina en la consolidación de una pareja o relación estable entre dos personas, generalmente jóvenes. Por ello, el carácter de estas relaciones marca la pauta de disposición u orientación que los jóvenes tienen respecto a la reproducción social de la familia. En cuanto a la disposición de los jóvenes hacia la formación de una nueva unidad familiar, la situación real de éstos hasta los 29 años es que uno de cada dos considera importante o muy importante tener una pareja estable; un 25,8 % convive con ella, y, entre los que no lo hacen, un 60,5 % tiene o ha tenido pareja estable y un 40,1 % la tiene actualmente. Tan solo un 4,5% afirma creer que no se casará, ni tendrá pareja. No muy diferente es la orientación de los jóvenes en cuanto a la descendencia: tres de cada cuatro (72,2%) les gustaría tener hijos (si es que no los tienen, que son 9 de cada 10) o tener más (si ya tienen alguno). Más aun, incluso entre los que afirman no querer tener descendencia (solo un 10,3%), una tercera parte de ellos justifican ese rechazo por motivos de inseguridad económica. A la vista de los datos expuestos no parece haber mucho espacio para la duda respecto a que una gran mayoría de jóvenes desea efectuar la transición propia de su edad, traducida en una vivienda, una familia y un medio de vida independientes de los proporcionados por los progenitores. Resulta incuestionable que el ánimo de independencia crece en los jóvenes de forma constante y continúa desde los 17 a los 27 años, de tal forma que en la frontera de los treinta sólo uno de cada veinte jóvenes prefiere vivir con los padres y otro en un piso compartido; el resto, 18 de cada 20, prefieren o preferirían vivir en su propia casa. Las razones de índole económica se convierten así en la fuente explicativa de las discordancias entre la vida y la situación real de los jóvenes y las que manifiestan que les gustaría vivir y tener. Es por ello que el 76 por ciento de los jóvenes entienden que tener un puesto de trabajo (en el ámbito laboral la expresión puesto tiene una cierta connotación de estabilidad o continui-

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Gráfico 4: Forma de vida deseada por los jóvenes según edad. 2004 100,0

90,0 80,0

70,0 60,0

50,0 40,0

En casa de mis padres o quienes hacen sus veces En mi casa

30,0 20,0

En un piso compartido con amigos/as

10,0 0,0 15

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Fuente: INJUVE y elaboración propia

dad) es el presupuesto básico de la independencia, a menudo complementado con la posibilidad de compartir gastos con la propia pareja, como sugiere un 11,9% de los jóvenes. Es la vida en pareja la que en la mayoría de los casos facilita el salto de los jóvenes a la emancipación, siempre y cuando, naturalmente, uno de los miembros de la misma disponga de una cierta estabilidad laboral. Ello contribuye a que el sexo no sea una variable significativa para la emancipación, ya que ambos se necesitan y apoyan para poder acceder a la autonomía4.

4

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El tema de la emancipación en sus aspectos salariales y sociales ha sido ya ampliamente tratado en el libro “A. Hidalgo y S. Pérez, Aspectos salariales de los jóvenes trabajadores”, INJUVE, 2004

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