PANORAMA DE LA VIOLENCIA FEMINICIDA EN MÉXICO: ESCENARIOS Y TRANSFORMACIONES CONTEMPORÁNEAS

March 16, 2018 | Author: Anonymous | Category: Trabajos y Tareas, Sociología y Trabajo Social
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PANORAMA DE LA VIOLENCIA FEMINICIDA EN MÉXICO: ESCENARIOS Y TRANSFORMACIONES CONTEMPORÁNEAS

Autora: Irma Gpe. Aguirre Pérez (Gener@ndo Equidad y Libertad en Colectivo, A.C.) [email protected] La presente propuesta tiene como objetivo exponer el panorama actual de la violencia feminicida en México y en específico el caso del estado de Guerrero, desde una perspectiva antropológica y feminista. Se realizan aproximaciones a los conceptos de violencia,

respecto

de

elementos,

referencias,

vínculos,

materialización,

producción y reproducción, así como del término feminicidio, desde un enfoque de género. Se presenta un panorama de la violencia feminicida a nivel nacional que recupera las estadísticas generadas por la Comisión Especial para el Seguimiento de los feminicidios en la República Mexicana

y dedica atención de caso al estado de

Guerrero. Debido a que es uno de los estados con mayor índice de feminicidios a nivel nacional, en escenarios de violencia social, criminalización de la participación política de las mujeres y narcoviolencia, suficientes condiciones, para considerarlo un laboratorio para el estudio de estos nuevos y complejos escenarios. Palabras clave: violencia feminicida, feminicidio, violencia de género, violencia social

Introducción A mitad de la década de los noventas, se hizo visible públicamente el fenómeno de las mujeres asesinadas de Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua en la zona fronteriza de México con Estados Unidos. A este fenómeno se le denominó coloquialmente como las “muertas de Juárez”, como una primera manera de nombrarle popularmente. ¿Quiénes eran esas “muertas”? Eran mujeres asesinadas que aparecían en el desierto o eran dejadas sin vida en alguna calle de la misma ciudad o sus alrededores. Este fenómeno salió a la luz pública por dos principales motivos: la incontinencia del fenómeno y el reclamo que hicieran las madres organizadas de las mujeres asesinadas, de mayor relevancia. Ante la evasión, desinterés y omisión de la solicitud de su investigación de parte de los Ministerios Públicos y la Procuraduría General de Justicia del estado de Chihuahua, la organización urgente para exigir justicia, la investigación de los asesinatos, así como la identificación y por ende, la impartición de justicia para con los responsables, por parte de las madres, marcaría el inicio de las movilizaciones de mujeres, movimientos por la condena a la violencia feminicida, que generarían instrumentos jurídicos y políticas públicas para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia de género en México. Este es el episodio más reciente en la historia de la organización y participación en el Movimiento Amplio de Mujeres (MAM)1 por parte de las mexicanas, pero no ha sido el único en este mismo tamiz, lo antecede el movimiento de las madres, las hermanas, las esposas y las hijas, de los y las desaparecidas en el periodo de la guerra sucia en México, a fines de los años sesenta y durante la década de los setenta. (Aguilar Tarrés, 2014). Lo que sí es innovador, es que ha logrado conjuntar los diversos feminismos y

1

Es un consenso la denominación de Movimiento Amplio de Mujeres (MAM), para referirse al

movimiento que incluye la participación de las mujeres con diversos intereses de género y agendas, que no siempre se consideran ni adscriben como feministas, ya que la motivación para la movilización, parte justamente del cumplimiento cabal de su papel tradicional como mujeres.

movimientos de mujeres, en el cumplimiento de una demanda impostergable: la eliminación de la violencia de género y la violencia feminicida. 1.-Encuadre conceptual y metodológico de la violencia feminicida Para la comprensión e interpretaciones hipotéticas de la violencia feminicida en México, parto de los siguientes enfoques para su análisis: la sociología de la violencia, teoría del conflicto y la perspectiva de género. Desde el enfoque de la sociología de la violencia, este tipo de prácticas, son considerados “hechos sociales”, determinados por una historicidad, que pueden generar comunicación e incluso cohesión. Propone el interesante enfoque, de que el uso de la fuerza, no es un acto de descontrol y ejercicio desmedido, sino al contrario un empleo racional y administrado de la fuerza: “no es el uso ciego de la fuerza, está calculada dicha fuerza y requiere que la víctima tenga una percepción de que está siendo agredida en su integridad física y moral o en sus valores. No es una cualidad de la estructura, puede actuar como estructurante”. (González Calleja, 2000: 165). De otra parte, hace énfasis en su carácter relacional, entendido como hechos y prácticas inmersas en relaciones sociales, asimétricas de poder: “el carácter relacional y deliberado del fenómeno, donde la fuerza como factor objetivo de la violencia pasa a segundo plano. Puede ser ingrediente de una estrategia de negociación que dé lugar a nuevas normas sociales, pero en la mayoría de los casos actúa como elemento precipitante o consecuente de la ruptura de un compromiso… Es un modo muy peculiar de comunicación extralingüística” (González Calleja, 2000: 166,167). De acuerdo con Michaud, citado por González Calleja, la percepción de estar siendo objetivo de violencia, es crucial en la interpretación y las narrativas sobre violencia, tanto en los imaginarios como en los discursos que (des) naturalizan: “hay violencia cuando, en una situación de interacción, uno o varios actores actúan de forma directa o indirecta, masiva o dispersa, dirigiendo su ataque contra uno o varios interlocutores en grado variable, sea en su integridad física, sea en su integridad moral, en sus posesiones o en sus participaciones simbólicas y culturales” (González Calleja, 2000:

165). Para este autor, las condiciones bajo las cuales se percibe como una transgresión y como un abuso particular insoportable, es relevante. De tal manera que si admitimos la relevancia del carácter relacional de la violencia, reconocemos, que ésta sólo es la manifestación de un conflicto ampliado, por ello desde la teoría del conflicto, la violencia es entendida como síntoma, elemento parcial, ingrediente, etapa, proceso dentro del más amplio contexto del conflicto social. No es el origen, ni el desenlace de un conflicto, sino un medio o probabilidad de resolución. (González Calleja, 2000). Coser, citado por Eduardo González Calleja, define la manifestación de la violencia en relación al conflicto como: “la lucha de valores o pretensiones a estatus, poder y recursos escasos, en la cual los objetivos de los grupos concurrentes no son sólo obtener los valores deseados, sino también neutralizar, lesionar o eliminar los rivales”. (González Calleja, 2000:172) Estas diversas acotaciones conceptuales respecto del fenómeno de la violencia, aun cuando no refieren a la violencia de género y están orientadas al estudio de la violencia social y su relación con el Estado, el cual Weber2 definió como aquel que tiene el monopolio de la violencia, nos son útiles para identificar y mostrar que la violencia de género y su expresión extrema: la violencia feminicida, son los desafortunados síntomas de un conflicto mayor, el de las relaciones asimétricas y desiguales de poder, que sumando la perspectiva de género, nos señala que son las mujeres, principalmente quienes han sido objeto de la violencia feminicida por parte hombres, en territorio mexicano. La perspectiva de género, de tal manera, no es útil para identificar y reconocer un conflicto de intereses, que generan manifestaciones extremas de violencia, en el entramado de las diversas expresiones de la violencia social. ¿Qué aporta la

2

En su obra La política como vocación, Weber atribuye el ejercicio de la fuerza como una de las

atribuciones que definen al Estado.

perspectiva de género al análisis de la violencia? Señalar el tipo de violencia que responde a aquellas que se han denominado por “razones de género”. Estas razones de género, refieren al hecho de que por haber nacido mujeres u hombres, tenemos la obligatoriedad moral de dar cumplimiento al mandato social, es decir cumplir con nuestros roles tradicionales de género. La violencia de género se legitima cuando una de las partes, la que concentra el mayor poder, que generalmente son hombres (pero también pueden ser otras mujeres, en menor proporción), considera que se requiere una sanción por no haber cumplido ese mandato y/o por ende, se ha transgredido la norma social y con ello, deslegitimado el sistema patriarcal. La violencia feminicida entonces, es la manifestación extrema de la violencia de género y se refiere al asesinato de las mujeres por el incumplimiento o la transgresión a su mandato genérico. Por lo que el asesinato se convierte en el castigo permisible, si así el sistema patriarcal, representado de facto en lo masculino que tiene el “monopolio” y el permiso social, para administrar el orden y “corregir” las amenazas, si así lo considera. Por tanto, los homicidios por razones de género, es decir los feminicidios, se distinguen de los homicidios de mujeres, porque los primeros ocurren como una consecuencia, un hecho, una medida correctiva y un castigo ejemplar a las mujeres que no cumplieron los mandatos de género (aun cuando éstos puedan adquirir demandas absurdas). Los segundos no ocurren por las mencionadas anteriormente: razones de género, responden a diversas razones asociadas a la desigualdad, pero no de género. Esa es una de las principales distinciones que Marcela Lagarde y de los Ríos, señala cuando acuña el término feminicidio: “La categoría feminicidio y la teoría sobre el feminicidio, de la que forma parte, emerge del bagaje teórico feminista. Sus sintetizadoras son Diana Russell y Jill Radford. Me basé en su trabajo teórico y empírico, además del de investigadoras como Janet Caputi, Deborah, Cameron…ubica los crímenes contra niñas y mujeres en el patriarcado y los considera el extremo de la dominación de género contra las

mujeres. Algunas lo llaman genocidio otras más lo consideran terrorismo de género…La traducción de femicide es femicidio. Sin embargo, traduje femicide como feminicidio y así la he difundido. En castellano femicidio es una voz homóloga a homicidio y sólo significa homicidio de mujeres. Por eso, para diferenciarlo, preferí la voz feminicidio y denominar así al conjunto de violaciones a los derechos humanos de las mujeres que contienen los crímenes y las desapariciones de mujeres y que, estos fuesen identificados como crímenes de lesa humanidad. El feminicidio es el genocidio contra mujeres y sucede cuando las condiciones históricas generan prácticas sociales que permiten atentados violentos contra la integridad, la salud, las libertades y la vida de niñas y mujeres… y son, de hecho, crímenes de odio contra las mujeres. (Lagarde, 2008:216). Desde este aporte teórico es que se define y tipifica la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en el año del 2007. “La Ley se estructura de acuerdo con los principios jurídicos sustentados en los derechos humanos: igualdad, libertad, integridad, dignidad y seguridad”. (Incháustegui, T & López, Paz, 2011:14). Define la violencia contra las mujeres como cualquier acción u omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte, tanto en el ámbito privado como en el público. Contempla cinco tipos de violencia: física, sexual, psicológica, económica y patrimonial. Define, además, cinco modalidades de violencia: familiar, comunitaria, laboral y educativa, institucional y feminicida. Asimismo define a la violencia feminicida, como “ la forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado, conformada por el conjunto de conductas misóginas que pueden conllevar impunidad social y del Estado y puede culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta de mujeres (Presidencia de la República, 2007: 6). 2.-Panorama nacional de la violencia feminicida Tuvieron que pasar más de diez años para que este fenómeno se colocara en una agenda

política y se atendiera el fenómeno. La movilización exhaustiva de las

madres de las asesinadas de Juárez, logró llegar a la agenda del movimiento feminista, que ya había mostrado interés, profunda preocupación y mayor indignación ante la

evasiva de las gestiones gubernamentales, autoridades políticas y así como procuración de justicia del estado de Chihuahua, con dichas responsabilidades. No es si no hasta 2005 que desde la Comisión de Equidad de Género de la Cámara de Diputados, presidida por Marcela Lagarde y de los Ríos, que se logra atender esta problemática con la investigación diagnóstica sobre los homicidios dolosos de mujeres en las 32 entidades federativas que integran la República Mexicana, con la obligada participación de las Procuradurías de Justicia Estatales, en respuesta al mandato de proporcionar el número de homicidios dolosos y culposos desagregados por sexo. La sistematización de estos datos y la investigación sobre políticas públicas y presupuestos destinados a la atención a la violencia, se integraron en el

Diagnóstico

de la violencia feminicida en la República Mexicana y en el 2005 pudimos conocer por primera vez la dimensión de la violencia feminicida en México.

Esta

investigación mostró una terrible realidad para las mujeres mexicanas: demostró que Chihuahua no era el estado con el más alto índice de homicidios de mujeres, no solo ello, se constató que el fenómeno de las mujeres asesinadas ocurría en todo lo ancho y alto de la República Mexicana. El impacto que generó dicho conocimiento, además de hacer visible y demostrable la violencia feminicida en México, derivó en la creación y promulgación en el 2007 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida libre de Violencia, en donde se tipificaron las distintos tipos de violencia género, se acuñó además el concepto de violencia feminicida y se creó la Comisión Especial para el Seguimiento de los Feminicidios. Un segundo momento en la investigación de este fenómeno, es posible en LVI legislatura, donde se logra la continuidad al diagnóstico de la problemática que bajo la coordinación de la presidenta de esta misma Comisión y con la colaboración de ONU Mujeres México, se publicó el libro Feminicidio en México: Aproximaciones, tendencias y cambios 1985-2009 en el año 2011, que en un primer momento, fuera el

Informe de dicha Comisión. Esta investigación, agregó un mayor número de variables a la investigación, las cuales hicieron de nuestro conocimiento, entre la vasta y relevante información ahí expuesta que: 

Entre 1985 y 2009 en México ocurrieron 34 176 defunciones de mujeres con presunción de homicidio



Los años de mayor repunte entre 1985 y 2009 fueron: 1995, 1998 y 2009.



En 1995 se cometieron 1504 defunciones de mujeres con presunción de homicidio



En 1998 se cometieron 1525 defunciones de mujeres con presunción de homicidio



En 2009 se cometieron 1858 defunciones de mujeres con presunción de homicidio.



En 2009, fue el estado de Chihuahua, el estado con mayor incidencia de defunciones femeninas con presunción de homicidio.



Entre 1985 y 2008 la entidad federativa con la tasa más alta de defunciones femeninas con presunción de homicidio ha sido el Estado de México.



El Estado de México, ha ocupado en 24 años, por 14 ocasiones el primer lugar como la entidad federativa con la mayor tasa de defunciones femeninas con presunción de homicidio.



El estado de Chihuahua ha ocupado en 24 años, por 3 ocasiones el primer lugar como la entidad federativa con la mayor tasa de defunciones femeninas con presunción de homicidio.



El estado de Guerrero ha ocupado en 24 años, por 5 ocasiones el primer lugar como la entidad federativa con la mayor tasa de defunciones femeninas con presunción de homicidio.3

3

Información obtenida de Incháustegui, T & López, Paz (2011), Feminicidio en México: Aproximaciones, tendencias y cambios 1985-2009, Comisión Especial para el Seguimiento de los Feminicidios, INMUJERES, ONU Mujeres, México. pp.33.

En este orden, Guerrero ha sido el la entidad federativa después de Estado de México y antes que el estado de Chihuahua

con mayor ocurrencia de

defunciones femeninas con presunción de homicidio en 24 años.

Estos feminicidios no pueden desvincularse de los escenarios regionales, que conjuntan un escenario nacional con la presencia de otro tipos de violencias: la de Estado, social, la guerra contra el narcotráfico, la guerra entre cárteles, etc. Entre enero y octubre de 2015, siguiendo las cifras de Semáforo delictivo nacional, se contabilizan 14 069 incidencias de homicidios a nivel nacional entre enero y octubre 2015. Tabla I Número de homicidios entre enero y octubre de 2015 México Mes Número de

Enero

Febrero

incidencia

Marz

Abril

Mayo

Junio

Julio

Agosto

Septiembre

o

de

1289

1256

1315

Octubr

Total

e 1379

1465

1448

1454

1563

1477

1423

homicidios

Fuente: Elaboración propia, con base a datos de Semáforo delictivo nacional http://www.semaforo.com.mx/Semaforo/Incidencia A estas cifras, habría que agregar el reconocimiento de la existencia de subregistros: homicidios que desconocemos y son parte de las cifras de personas desaparecidas, homicidios que ni siquiera se han denunciado y están en la invisibilidad absoluta, además de los criterios administrativos para la conformación de una base de datos oficial, que también contribuye al conteo (in) exacto y/e (in)concreto. A continuación podemos observar una gráfica de las cifras mencionadas: Gráfica 1 Número de homicidios entre enero y octubre de 2015 México

14069

Fuente: Elaboración propia, con base a datos de Semáforo delictivo nacional http://www.semaforo.com.mx/Semaforo/Incidencia Ahora bien, ¿en dónde ocurren las incidencias de homicidio?, ¿podríamos hablar de una regionalización de la violencia? A continuación se presenta una tabla donde podemos observar por entidad federativa y el Distrito Federal, el número de incidencias de homicidios, así como el porcentaje que cada estado presenta respecto del total nacional. De igual manera se incluyeron categorías para identificar visualmente, un mapeo de concentración de la violencia homicida. Tabla II Número de incidencias de homicidio y porcentaje proporcional del total nacional, por entidad federativa Enero-octubre 2015 Entidad federativa

Número de incidencias de homicidios entre enero y octubre

Porcentaje respecto del total nacional %

1. Aguascalientes

35

.3

2. Baja California

683

5

3. Baja California Sur

139

1

4. Campeche

43

.3

5. Coahuila

248

2

6. Chihuahua

823

6

7. Chiapas

424

3

8. Colima

113

.8

9. Distrito Federal

709

5

10. Durango

202

1.5

11. Guanajuato

741

5.2

12. Guerrero

1651

12

13. Hidalgo

114

.8

14. Jalisco

802

5.7

15. Estado de México

1723

12.2

16. Michoacán

615

4.3

17. Morelos

402

2.8

18. Nayarit

60

.5

19. Nuevo León

395

2.8

20. Oaxaca

611

4.3

21. Puebla

411

3

22. Querétaro

118

.8

23. Quintana Roo

189

1.3

24. San Luis Potosí

186

1.3

25. Sinaloa

807

5.7

26. Sonora

450

3

27. Tabasco

198

1.4

28. Tamaulipas

457

3.2

29. Tlaxcala

46

.3

30. Veracruz

444

3

31. Yucatán

39

.3

32. Zacatecas

191

1.4

Total

14069

100

Entre 1 y 50 incidencias de homicidios

Entre 51 y 100 Entre 101 y 200 Entre 201 y 300 Entre 301 y 400 401-500 Entre 501 y 750 Entre 751 y 1000 1001-1500 Entre 1501 y 1750 Fuente: Elaboración propia, con base a datos de Semáforo delictivo nacional

Este cuadro, contribuye a identificar las regiones y entidades federativas en donde se concentran los índices más altos de comisión de homicidios. El estado de México y Guerrero se colocan por encima de Sinaloa, en un más del cien por ciento. Es decir la brecha entre los dos primeros lugares que encabezan este rojo registro, es de más del cien por ciento en lo que refiere al tercer lugar, es decir por más de 800 homicidios. Ante el ocultamiento oficial de los datos, es un deber ético la reconstrucción de los hechos desde un enfoque científico. 3.- Estudio de caso del estado de Guerrero El 2015 ha colocado de nueva cuenta al estado de Guerrero como uno de los más violentos a nivel nacional. Entre enero y octubre de 2015, la asociación civil Semáforo delictivo nacional, que sistematiza los homicidios publicados en la prensa nacional y de los estados, toma en cuenta datos oficiales y denuncias anónimas, ha contabilizado 1651 homicidios en el estado de Guerrero, colocándolo por encima de la media nacional y por encima de Chihuahua y Sinaloa. Tabla III Número de homicidios entre enero y octubre de 2015 Guerrero Mes Número de incidencia de homicidios

Enero

Febrero

Marzo

Abril

May o

Ju nio

Julio

Agosto

Septiembre

Octubre

Total

138

140

155

194

175

141

179

199

163

167

1651

Fuente: Elaboración propia, con base a datos de Semáforo delictivo nacional http://www.semaforo.com.mx/Semaforo/Incidencia Estas estadísticas son tan solo un indicador de la violencia, situación e inseguridad pública en la que conviven 3, 389 000 habitantes4. Escenario que no se puede ni negar, ni ocultar, ni invisibilizar. Resulta innegable e imposible su ocultamiento. Tan solo entre enero y octubre, había fallecido por homicidio el 0.5 % de su población. Estas cifras las podemos observar de manera visual en el siguiente gráfico: Gráfica 2 Número de homicidios entre enero y octubre de 2015 Guerrero

Fuente: Elaboración propia, con base a datos de Semáforo delictivo nacional http://www.semaforo.com.mx/Semaforo/Incidencia Si bien el estado de Guerrero, presenta una de las más altas tasas y mayor número de incidencias respecto del país, tampoco es privativo de la entidad y más bien refleja el escenario nacional, en donde tampoco es posible la negación de esta compleja realidad. En este violento escenario, donde el estado de Guerrero ocupaba hasta octubre de 2015 el segundo lugar de incidencias de homicidios, sin ser una entidad fronteriza e identificada como uno de los estados con mayor presencia de pobreza alimentaria, 4

Datos obtenidos del Censo de Población y Vivienda 2010 del Instituto Nacional de Geografía y Estadística e Informática.

estructural, patrimonial y salarial. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), para el 2014 midió que un 65.2% de su población vive en condición de pobreza y de este porcentaje, el 24. 5% se encuentra en condiciones de extrema pobreza5. Todo ello obliga a preguntarnos: ¿qué factores y coyunturas se amalgaman en ese territorio para que se encuentre en el actual estado de cosas? Hasta ahora los argumentos que se consideran explicativos desde el centro del país y el gobierno federal se limitan a señalar al atraso (planteado como una naturaleza adyacente a la identidad local), la “incivilidad” y la actuación de la identidad conflictiva que caracteriza a la población guerrerense (lo que deriva en un territorio sin ley), como las razones estructurales de la violencia homicida en el estado de Guerrero; como si éste fuera una isla desvinculada de la nación en términos, políticos, económicos, administrativos y electorales, entre otros. De ahí que, de igual manera nos convoca la obligación a dar respuestas desde la antropología y la sociología que contribuyan a una explicación científica y pueda generar un análisis científico (con sus limitaciones, delimitaciones, parcializaciones, sesgos, etc) que sea de utilidad y contribuya (de alguna manera y medida) a promover iniciativas de medidas para, en principio la contención, luego la atención, prevención y la ideal posible eliminación de la violencia homicida y feminicida en el estado de Guerrero. Un mecanismo discursivo similar se presenta cuando al interior del estado de Guerrero se cuestiona a los gobiernos estatales y a las instituciones responsables de impartir y administrar justicia, al demandárseles el esclarecimiento de homicidios de mujeres con presunción de violencia feminicida. A octubre de 2015,

el periódico El

Sur, de circulación local, contabilizaba 44 mujeres asesinadas a octubre de 2015, mientras que para el Colectivo Nosotras, organización feminista pendiente de seguimiento al tema y conteo de las mujeres asesinadas, para principios de diciembre de 2015, iban cerca 100 mujeres asesinadas. 5

Datos obtenidos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, http://www.coneval.gob.mx/Medicion/MP/Paginas/AE_pobreza_2014.aspx

“En cuanto a las cifras… desgraciadamente no hay un número oficial, por lo que mientras que la Fiscalía General del Estado tiene sus propias estadísticas, cada organización maneja números diferentes y en este sentido, de acuerdo al conteo del propio Colectivo Nosotras, en el 2014 se registraron poco más de 118 feminicidios, en tanto que en este 2015 ya van alrededor de 100 y falta un mes para que cierre el año”.6 Una gran dificultad se plantea en el registro de los feminicidios en este estado, (y otras entidades presentan similares obstáculos), las cifras oficiales no corresponden con el fenómeno que a la vista pública y de criterio común preocupa. La Fiscalía General del estado de Guerrero tiene contabilizada una cifra muy inferior a la que registran las organizaciones de mujeres y los medios de comunicación. La razón es que no los consideran homicidios por razones de género y los atribuyen a la narcoviolencia, como la principal razón de los homicidios de mujeres. Como anteriormente se mencionó, para el caso de los homicidios, existe una importante situación de subregistro a nivel nacional y ocurre de igual manera en esta entidad. Aunado a ello, la invisibilidad y el desconocimiento de la perspectiva de género, así como la propia condición de desigualdad, asimetría genérica, de clase y de subordinación en la que viven las mujeres, el subregistro es mayor. Aun cuando en el estado existe una Fiscalía Especializada en Feminicidios, no existen registros fidedignos, ni cifras oficiales coherentes con la realidad que se observa. Tan solo en julio de 2015, se presentó la comisión de 11 homicidios en 11 días, solo en el puerto de Acapulco7.

6

Jiménez Rosales, B (3 de diciembre de 2015), Desde hace muchos años es Guerrero el primer lugar en feminicidios: Garfías, Diario de Guerrero. http://www.diariodeguerrero.com.mx/secciones/noticias-del-dia/7744-desde-hace-mu chos-anos-es-guerrero-el-primer-lugar-en-feminicidios-garfias 7

Carbajal Arcos, C. (24 de julio de 2015) En 11 días, 11 mujeres han sido

asesinadas en Acapulco; ONGs exigen alerta de género, http://www.sinembargo.mx/24-07-2015/1426937

Sin embargo,

Bibliografía

Aguilar Tarrés, Luz (2014), Guerrilleras, México. Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Medición de la pobreza, México, 2014.

Incháustegui, T. y López, P. (2011), Feminicidio en México: Aproximaciones, tendencias y cambios 1985-2009, Comisión Especial para el Seguimiento de los Feminicidios, INMUJERES, ONU Mujeres, México.

Instituto Nacional de Geografía y Estadística e Informática, Censo de Población y Vivienda 2010, Guerrero, México, 2012.

Jiménez Rosales, B. (3 de diciembre de 2015). “Desde hace muchos años es Guerrero el primer lugar en feminicidios: Garfías” en Diario de Guerrero.

Lagarde y de los Ríos, M. (2008), Antropología, feminismo y política: violencia feminicida y derechos humanos de las mujeres en Bullen, M y Diez Mintegui, C. (Coord.), Retos teóricos y otras prácticas, Ankulegi, 2008, pp. 209-239.

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