Zombis filosóficos

February 1, 2018 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Mª Angustias Gómez Espigares Psicología Teórica Curso: 5º, Grupo: M1 9 de Junio de 2003.

PARTE A: ZOMBIS FILOSÓFICOS -

Variedades de Zombis. Zombis filosóficos. Ideas relacionadas. Historia. El Contener en Chalmers. Zombis según Dennett. ¿Zombis de Whither? Bibliografía.

PARTE B: CRÍTICA. ¿DE QUÉ COLOR ES EL CABALLO BLANCO DE SANTIAGO?: CUALIAS Y ZOMBIS. -

Satisfacción Personal. Comentario Personal. Resumen. Reflexión. Puntos positivos y negativos. Sugerencias.

PARTE A: ZOMBIS FILOSÓFICOS La clase de zombis que han conocido los filósofos son criaturas hipotéticas. Un zombi es físicamente idéntico a un ser humano normal, pero carece totalmente de experiencia consciente. Variedades de Zombis: Hay realmente tres clases de zombis. Todos son de algún modo como los seres humanos, y todos carecen de algo crucial (algo diferente en cada caso). - Zombis de Hollywood. Éstos son los que se encuentran en las películas de zombis. Su principal característica al definirlos es que son muertos, pero “reanimados”, “muertos vivientes”. Típicamente son algo malos y anhelan la carne humana llegando a consumirla. - Zombis de Haití. Éstos se encuentran en la tradición del vudú en Haití. Su principal característica para definirlos es que parece que carecen de voluntad libre, y quizás carecen de un alma. Los zombis de Haití anteriormente eran personas normales, pero experimentaron la zombificación por medio de un sacerdote llamado “bokor” para luego ser utilizados como esclavos. Al desafortunado elegido, después de permanecer durante un largo tiempo bajo tierra, el sacerdote y sus ayudantes lo desentierran, lo golpean y lo atan vendiéndolo como esclavo a plantaciones donde hay más como él. - Zombis filosóficos. Éstos se encuentran en artículos filosóficos sobre el sentido y la consciencia. Sus características para definirlos es que carecen de experiencia consciente, pero son conductualmente (y a menudo físicamente) idénticos a los seres humanos normales. (Hay también cócteles de zombis pero estos tres tipos son bastante para incluirlos en este trabajo y la extensión que abarca). Estas tres clases de zombis son distintos. Los zombis de Hollywood y los zombis de Haití no son zombis filosóficos, puesto que típicamente tienen perjudicado el comportamiento, y pueden tener algunas experiencias sensoriales (de ahí la anhelación de la carne humana y su ingesta en el caso de los zombis de Hollywood). Asimismo los zombis filosóficos y los de Haití no son zombis de Hollywood, puesto que no comen la carne humana y están indiscutiblemente vivos. Teniendo en cuenta la voluntad libre, diferenciamos los zombis filosóficos y los de Hollywood, que sí que poseen esta cualidad, de los de Haití que carecen de ella. Zombis Filosóficos. Este tipo de zombi es bastante distinto de los zombis que se pueden ver en las películas de Hollywood, que suelen poseer significativas discapacidades funcionales. El tipo de conciencia que los zombis de Hollywood muy obviamente no tienen es una versión psicológica de la misma: típicamente tienen poca capacidad de introspección y carecen de una capacidad refinada de controlar voluntariamente la conducta. Puede o no haber ausencia de la conciencia fenoménica; como Block (1995) señala, es razonable suponer que hay algo que es una degustación cuando comen a sus víctimas. Los

podemos llamar zombis psicológicos. A lo largo de este trabajo se hará un breve estudio sobre los zombis fenoménicos que son aquellos en los que autores como Chalmers o Dennett están más interesados. Éstos son física y funcionalmente idénticos a nosotros, pero carecen de la capacidad de experimentar. La mayoría de la gente duda que los zombis puedan existir en el mundo real (en términos filosóficos, es naturalmente imposible). Pero mucha gente piensa que es por lo menos lógicamente posible, es decir, que la idea del zombi es internamente constante, y que hay por lo menos un “mundo posible” donde existen los zombis. Esta posibilidad lógica se utiliza a veces para ilustrar conclusiones fuertes sobre la conciencia (La mente consciente, Chalmers, 1999). Por ejemplo: - Puede ser utilizada como manera de ilustrar el “problema duro” de la conciencia: ¿por qué y cómo los procesos físicos dan lugar a la experiencia consciente? Esta pregunta se puede expresar igualmente como “¿por qué no somos los zombis?”. Si cualquier conjunto de procesos físicos se aplicara igualmente de bien a un mundo de zombis (esto es, si los zombis funcionaran de forma idéntica a los seres humanos normales), es duro ver cómo tal conjunto puede explicar la existencia del sentido y la conciencia en nuestro mundo real, y no en el mundo de los zombis. - Puede ser utilizada para plantear preguntas sobre la “función del sentido y la conciencia”: ¿por qué la evolución se preocupó en producirnos si los zombis habrían sobrevivido y se habrían reproducido del mismo modo que nosotros? - Y puede incluso ser utilizada para discutir en contra del materialismo. Si hay un mundo posible que es justo como el nuestro con la única diferencia de que el primero contiene zombis, entonces este hecho parece implicar que la existencia de la conciencia es otra, un hecho no físico incluido únicamente en nuestro mundo. Metafóricamente se puede decir que después de determinar los hechos físicos sobre nuestro mundo, Dios tuvo que “hacer más trabajo” para asegurarse de que no éramos zombis.

La idea general es que la posibilidad lógica de zombis es una forma de ilustrar que no hay una supuesta relación lógica entre los hechos físicos y los hechos de la conciencia, mientras que sí existe tal suposición en la mayoría de los otros dominios. La posibilidad lógica de zombis es polémica para algunos autores, pues las intuiciones de su concepción son muy evasivas; y han conocido a algunos autores para preguntarse si cualquier cosa importante realmente se sigue de la idea de que sea concebible. Ideas Relacionadas. Hay dos ideas relacionadas que rondan dando vueltas por otra parte de la literatura filosófica y psicológica. 1. La primera idea es la de un “zombi funcional”, un sistema no consciente, físicamente distinto pero funcionalmente isomorfo a un ser humano normal. Por ejemplo, un sistema con los chips de silicio en vez de las neuronas (esta idea también va por el sentido de los “cualias ausentes”). Algunos utilizan la posibilidad lógica de un

zombi tan funcional para discutir contra las teorías reduccionistas del funcionamiento de la conciencia. Algunos van más lejos y discuten que los zombis funcionales pudieron incluso existir en el mundo real, sugiriendo que cualquier forma de funcionamiento o de inteligencia artificial está condenada. Otros (como Chalmers) niegan que los zombis funcionales pudieran existir realmente, para no amenazar la Inteligencia Artificial. 2. La otra idea relacionada es la del “zombi interior”, que ha conseguido recientemente un cierto juego en psicología y neurología (Ramachandran, 1999). Resulta que muchas de las actividades humanas pueden ser logradas de forma absolutamente inconscientes, - por ejemplo la opinión, la memoria, y otros aprendizajes inconscientes-. Y algunos han discutido que hay importantes caminos de los nervios dedicados al proceso inconsciente de entradas visuales que conducen directamente a la acción motora. Esto ha conducido a sugerir que cada uno de nosotros contiene un “zombi dentro” que inconscientemente produce muchas de nuestras respuestas motoras, sin la participación de nuestra intencionalidad. Historia. Por lo que se sabe, el primer papel en la literatura filosófica al hablar largamente sobre zombis bajo este nombre era de la misma magnitud de lo escrito por Roberto Kirk en “Los zombis contra el materialismo”, en 1974, aunque el libro de “El cuerpo y lamente” de Keith Campbell de 1970 habla sobre la “imitación del hombre” que es mucho; y la idea va de nuevo a la discusión del “molino” de Leibniz. Después del papel de Kirk, durante mucho tiempo apenas hubo discusiones explícitas de zombis en la literatura filosófica (aunque había mucho escrito sobre “cualias ausentes”, es decir los zombis funcionales). Cuando Chalmers escribió su tesis en 1993, en la cual los zombis desempeñaron un papel central, apenas había cualquier cosa fuera de allí. Pero por una razón u otra, los zombis “se han levantado del sepulcro” en los últimos años, y resultan estar representados con detalle en la web. El contener en Chalmers. En su libro “La mente consciente”, David Chalmers discute por la posibilidad lógica de los zombis. Si los zombis fueran lógicamente posibles, según Chalmers, éstos exigirían que el sentido fenomenal no compartiera ningún acoplamiento necesario con las características físicas en el mundo, y por ello, la conciencia no podría ser explicada únicamente de forma reducida y en términos físicos. En el tercer capítulo de su libro (La posibilidad lógica de los zombis), Chalmers proporciona 5 discusiones que apoyan su demanda de que la conciencia escapa de la red de la explicación reductiva. Nunca una explicación enunciada totalmente en términos físicos podrá dar cuenta del surgimiento de la experiencia consciente. La conciencia no es lógicamente superveniente a lo físico. ¿Qué son los zombis? La noción de un zombi es la de un ser que es funcionalmente y psicológicamente idéntico a nosotros, pero no consciente. Es decir, son capaces de caminar y de hacerlo exactamente como lo hacemos nosotros, de reaccionar de la misma manera a cada estímulo y generalmente de demostrar ser exactamente como nosotros. La única diferencia es que un zombi es totalmente inconsciente. Si uno pudiera participar de alguna manera en la “vida mental” de un

zombi, se daría cuenta de que no experimentaría ninguna “rojez” al mirar una rosa roja, por ejemplo. Tradicionalmente se concibe que los zombis son también físicamente idénticos a nosotros, tienen el mismo ADN, la misma configuración de células, los mismos caminos de los nervios, etc. Los zombis podrían proporcionar una descripción del gusto de un sorbete de limón, podrían pintar un paisaje en el estilo de los impresionistas, podrían incluso decir cómo comportarse en el amor, por ejemplo, pero a pesar de esto, carecerían de conocimiento fenomenal. La pregunta más importante para David Chalmers con respecto a su edición es si podemos concebir realmente la idea de zombis. Chalmers dice que son lógicamente posibles. La pregunta no es si es plausible que los zombis puedan existir en nuestro mundo, o si la noción de una reproducción del zombi es normal, la pregunta es si la noción de un zombi es conceptualmente coherente. Además, él discute que la posibilidad lógica de zombis requiere que aceptemos que no se puede explicar la conciencia de un modo reducido, porque demuestra que no hay conexión lógicamente necesaria entre el sentido consciente y el mundo físico. El modo más obvio (aunque no el único) de investigar la superveniencia lógica de la conciencia es considerar la posibilidad lógica de un zombi: alguien o algo físicamente idéntico a los seres humanos, pero que carece por completo de experiencias conscientes. En el nivel global, podemos considerar la posibilidad lógica de un mundo zombi: un mundo físicamente idéntico al nuestro, pero en el cual no existen las experiencias conscientes. En un mundo de este tipo, todos son zombis. Consideremos entonces a nuestro gemelo zombi. Esta criatura es idéntica a nosotros molécula por molécula e idéntica en todas las propiedades de bajo nivel postuladas por una física terminada, pero carece por completo de experiencia consciente. Para fijar ideas, podemos imaginar por ejemplo que en este momento estoy viendo una película en la tele, y experimento algunas agradables sensaciones de humor en la película que estoy viendo, tengo experiencias gustativas placenteras por estar comiendo mi comida favorita y siento calor debido al aumento de la temperatura. ¿qué ocurre con mi gemelo zombi? Es físicamente idéntico a mí y podemos también suponer que está inmerso en un ambiente idéntico. Con seguridad será idéntico a mí funcionalmente: procesará la misma información, reaccionará de un modo similar a las entradas, sus configuraciones internas se modificarán en forma apropiada y como resultado su conducta será indistinguible de la mía. Será psicológicamente idéntico a mí. Percibirá a los actores de la película, en el sentido funcional, y degustará la comida, en el sentido psicológico. Todo esto se deduce lógicamente del hecho de que es físicamente idéntico a mí, en virtud de los análisis funcionales de las nociones psicológicas. Incluso será “consciente” en los sentidos funcionales descritos antes: estará despierto, será capaz de informar del contenido de sus estados internos, capaz de concentrar su atención en diversos lugares, etc. Sólo que nada de este funcionamiento estará acompañado por alguna experiencia consciente real. No habrá ninguna experiencia fenoménica. No existe una experiencia de ser como un zombi. La idea de zombi tal como la describió Chalmers es extraña. Para empezar, es improbable que los zombis sean naturalmente posibles. En el mundo real, es probable que cualquier réplica nuestra sea consciente. Por esta razón, es muy natural imaginarse a las criaturas inconscientes como físicamente distintas de las conscientes; por ejemplo

exhibiendo una conducta deteriorada. Pero la verdadera cuestión no es la plausibilidad de que los zombis puedan existir en nuestro mundo, ni tampoco la naturalidad de la idea de una réplica zombi; el problema es si la noción de zombi es conceptualmente coherente. La mera inteligibilidad de la noción es suficiente para establecer la conclusión. Una argumentación a favor de una posibilidad lógica no es del todo directa. Tan sólo parece obvio. Aunque no existe algo así en el mundo real, la descripción parece coherente. Si alguien objeta que no es lógicamente posible –tan solo lo parece- hay poco que podamos hacer, excepto repetir la descripción y afirmar su obvia coherencia. Parece bastante evidente que no hay ninguna contradicción oculta en la descripción. Un zombi es solamente alguien físicamente idéntico a nosotros, pero que no tiene experiencia consciente, todo está oscuro dentro. Aunque es probable que esto sea empíricamente imposible, parece que se está describiendo una situación coherente; no se puede discernir ninguna contradicción en la descripción. En cierta forma una aserción de esta posibilidad lógica se reduce a una intuición primitiva. Casi todos son capaces de concebir esta posibilidad. Algunos podrán sentirse impulsados a negar la posibilidad para lograr que alguna teoría resulte bien, pero la justificación de tales teorías debería se contingente a la cuestión de posibilidad, y no al revés. En general, la carga de la prueba recae sobre aquellos que afirman que una determinada descripción es lógicamente imposible. Si alguien cree de verdad que un zombi es lógicamente imposible, debe darnos alguna idea de dónde se encuentra la contradicción, explícita o implícita. Si ningún análisis razonable de los términos en cuestión señala una contradicción o hace, por lo menos, que la existencia de una contradicción sea plausible, entonces existe una suposición natural a favor de la posibilidad lógica. Lo único que importa es que la idea de que un sistema de este tipo pueda carecer de experiencia consciente es coherente. Podemos señalar algo similar si consideramos un isomorfo del ser humano hecho de silicio, que está organizado como nosotros pero que tiene chips de silicio donde nosotros tenemos neuronas. Si en los hechos este isomorfo sería consciente es una cuestión controversial, pero a la mayoría de las personas les parece que aquellos que lo niegan expresan una posibilidad coherente. A partir de casos como este se deduce que la existencia de nuestra experiencia consciente no está lógicamente implicada por los hechos acerca de nuestra organización funcional. Dado que es conceptualmente coherente que el isomorfo de silicio pueda carecer de experiencia consciente, se deduce que nuestro gemelo zombi es una posibilidad igualmente coherente. Si el isomorfo de silicio carente de experiencia consciente es concebible, sólo debemos sustituir el silicio por neuronas en nuestra descripción, dejar la organización funcional constante, y tenemos entonces a nuestro gemelo zombi. De este modo, la conciencia no superviene lógicamente a lo físico. Para algunas personas, las intuiciones acerca de la posibilidad lógica de una réplica física inconsciente no son muy claras al principio; esto quizás se deba a que la familiar coocurrencia de la bioquímica y la conciencia puede llevarnos a suponer una conexión conceptual.

Zombis según Dennett. Daniel Dennett ha sugerido que sus conceptos de zombis no se emparejan con la descripción dada anteriormente. Hace hincapié en otras diferencias existentes entre los zombis y los seres humanos normales, además de la carencia aceptada del sentido fenomenológico o de la conciencia. Asume la presencia de diferencias en el comportamiento entre nosotros y los zombis, cuando esto queda eliminado explícitamente por la definición de Cahlmers. De este modo Dennett plantea una discusión dirigida a la imposibilidad lógica de los zombis, discusión claramente enfrentada y/u opuesta a la de Cahlmers. Dennett, uno de los críticos más grandes de Chalmers, no hace en ningún momento acusaciones claras contra Chalmers o cualquier otra persona. Sin embargo, si parece ser cierto que encuentra explicaciones reductoras a las características de un nivel alto tales como la vida o sentido (conciencia) difícil de aceptar. Según Dennett, nada de lo que ha escrito Chalmers demuestra cualquier muestra obvia, así que debemos seguir siendo vigilantes. ¿Zombis de Whither? Cuando el autor precisó en escribir acerca de los zombis, su meta original era presentar la mejor discusión acerca de que los zombis son posibles y la mejor discusión de que no lo son. Descubrió que la mejor discusión para la posibilidad de los zombis estaba desafiada seriamente, casi desde el comienzo. Este descubrimiento le supuso mucha consternación puesto que él creía sinceramente en la posibilidad de los zombis; en el momento que, sin embargo, parece que la oposición lleva una ventaja importante en la calidad de su discusión. El autor eligió la discusión de David Chalmers como la mejor discusión para la posibilidad de zombis (la descrita anteriormente), y la discusión de Gilbert Harman como la mejor discusión para su imposibilidad. Nuevamente se plantea la idea de que cuando los filósofos discuten sobre la posibilidad de zombis, generalmente no están discutiendo acerca de si los zombis son posibles en nuestro mundo, sino que ellos discuten por lo general sobre si los zombis son posibles en un mundo aparte, en un “mundo de zombis”; es decir, consideran la posibilidad de que exista al menos un mundo posible en el cual haya por lo menos un zombi. A menudo cuando los filósofos hablan de zombis, hablan de un “duplicado del ser humano”, del zombi de una persona. Un duplicado de mi zombi sería un duplicado de mí que no sería consciente. Hay varias clases de “duplicación” que son relevantes. Un duplicado físico de mi sería una copia exacta de cada una de mis partículas. Alternativamente, un duplicado funcional duplicaría mis estados funcionales, aunque puede ser totalmente distinto a mí físicamente. Un ejemplo de un duplicado funcional de mi fuerza sería una robusteza cuidadosamente programada con un cerebro hecho de chips de silicio. Un problema con la noción de duplicados funcionales es que hay muchas maneras o formas en que podemos dividir un sistema funcional complejo. Otra clase importante de duplicado es el duplicado intencional.

Presentando un contorno de la discusión de Chalmers, éste plantea que: 1. Los zombis son lógicamente posibles. 2. Cualquier cosa que es lógicamente posible es metafísicamente posible. 3. Conclusión: Los zombis son posibles. Solamente se va a discutir brevemente la opinión de Chalmers para la premisa 1, que los zombis son lógicamente posibles. Esta primera premisa es desafiada seriamente por Harman. Cuando Chalmers dice que los zombis son lógicamente posibles significa que la existencia de zombis no viola ninguna ley de las matemáticas o de la lógica. La razón primaria de Chalmers para creer en la posibilidad lógica de zombis es muy simple y absolutamente convincente para mucha gente. Desafortunadamente, no importa cómo el convencimiento de tal discusión está influyendo en el grupo de gente que ya está de acuerdo con esta idea, sino que lo que preocupa es que esta forma de discusión generalmente tiene poco efecto para convencer a los que no están de acuerdo. Chalmers desafía a la oposición a encontrar la contradicción que haría a los zombis imposibles. Harman pretende aceptar este desafío. Él demanda que un ordenador correctamente programado tendría necesariamente características fenomenológicas. Los zombis no son lógicamente posibles porque cualquier duplicado físico o intencional de uno mismo sería necesariamente un ordenador correctamente programado. El problema es la ausencia de dicho ordenador.

BIBLIOGRAFÍA - Block, N. “On a confusion about a function of consciousness”. Behavioral and Brain Sciences, 18, (1995), 227-47. - Chalmers, D. J. La mente consciente. (1999). Editorial Gedisa. Cap. 3, 131-138. - Dennett, D. C. Journal of Consciousness Studies. Vol. 2, Nº 4, (1995). pp 322-326. - Ramachandran, V. S. Fantasmas en el cerebro. (1999). Debate, pensamiento.

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http://www.u.arizona.edu/chalmers/zombies.html http://www.geocities.com/cognoscento/document/zombies.htm http://gaffa.mit.edu/philosophy/zombies/node2.html

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